30 ago 2011

“CUESTIÓN DE LEGITIMIDAD”


@BarbaraCabrera

“Ningún gobierno es perfecto. Una de las principales virtudes de la democracia, sin embargo, es que sus defectos son siempre visibles y en los procesos democráticos pueden señalarse y corregirse”

Harry Truman


He decidido abordar esta temática en Nornilandia derivado de varios tweets que he recibido, relacionados con la situación crítica que enfrenta México lindo y herido. La coincidencia entre dichos mensajes se refiere a que algunos opinan sobre la falta de legitimidad, específicamente la relacionada con el titular del Poder Ejecutivo Federal, la cual se advierte ha derivado en el imperante escenario adverso que vivimos desde hace algunos años. Agregaría a lo anterior el déficit de participación ciudadana proactiva y participativa. Recuerden que no todo es labor gubernamental, sino que como parte de una democracia nos corresponde también hacer, no hacer y dejar hacer.

Se preguntarán mis lectores ¿Y que es eso de la legitimidad? ¿Quién la otorga?

En una primera aproximación se define como el atributo del estado que consiste en la existencia de una parte relevante de la población de un grado de consenso tal que asegure la obediencia sin que sea necesario, salvo en casos marginales, recurrir a la fuerza. Por lo tanto, todo poder intenta ganarse la aceptación ciudadana para que se le reconozca como legítimo, transformando la obediencia en adhesión.

En cuanto al proceso de legitimidad, es claro si lo describo de la siguiente forma: hay una elección; de ella resulta un ganador (caso que nos ocupa Presidente de la República); quien deberá -entre otros rubros- velar por el bienestar general apoyado en actos de gobierno; cuando dicho acto se apega a la norma jurídica y es aceptada por la sociedad se dice que hay legitimidad; esto es, necesariamente debe existir esa aceptación.

Una vez situados en este contexto, hemos sido testigos como se ha increpado la figura presidencial, la cual sostuve en una Columna se ha ido diluyendo (Vid. "Presidente diluido" http://columnanornilandia.blogspot.com/2011/06/presidente-diluido.html); es indudable, los tiempos cambian y los políticos tienen que adecuarse, toda vez que poco a poco la ciudadanía va despertando y con ello exige más a sus gobernantes.

Desde el inicio de su gobierno, se ha sostenido que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no goza de la cualidad de legítimo ante los ojos de un porcentaje importante de la población, contrario sensu a aquellos que sostienen y apoyan su labor.

Las opiniones se polarizan entre defensores y aquellos que exigen la renuncia de quien actualmente ostenta el cargo de Presidente de la República y mientras esto sucede el crimen organizado se enquista en una sociedad lastimada, triste, dolida. Pese a ello existe un ánimo colectivo de sacar adelante a esta gran nación, a nuestro México.

¿Cómo hacerlo? ¿Por donde comenzar? ¿Cuáles son los mecanismos para llevarlo a cabo? ¿Será que todo cuanto ocurre en el país se deriva de la falda de legitimidad de nuestras autoridades? ¿Son ellas las únicas responsables?

Busquemos juntos las respuestas y las alternativas para rescatar a nuestro querido México lindo y herido.


Es todo por hoy.


¡Nos leemos la próxima Nornilandia!