@BarbaraCabrera
“La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados `ignorantes´ son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una `cultura del silencio´”
Paulo Freire
Los sucesos internacionales dirigidos a un cambio –la mayoría de las veces radicales- en diversos aspectos, sea gubernamental, educativo, económico, cultural, entre otros rubros están a la orden día. En México lindo y herido no somos la excepción; no obstante, caminamos a nuestro propio ritmo. A veces no como quisiéramos pero algún día se dará, de ello estoy convencida; y no les digo “se los firmo” porque parecería candidata oficial al Estado de México (lo digo por aquello de la estrategia Peñanietista que siguió puntualmente Eruviel)
Retomando los acontecimientos mundiales, en esta Nornilandia me voy a referir a lo que sucede en Chile, donde llama particularmente mi atención una nota que escuché el día de ayer en el programa de radio de Carmen Aristegui; referente a los jóvenes que suspendieron su huelga de hambre a poco más de un mes (para ser exactos 37 días), mismos que advierten seguirán en la lucha por la no privatización de la educación y, además, que ésta sea de calidad. ¿Qué les parece mis lectores? Mientras tanto, en México no pasa absolutamente nada; a pesar de que el Gobierno Federal, a través de un Decreto que data de febrero de este año alienta la educación privada, promoviendo la deducción del ISR (Impuesto Sobre la Renta) sobre el pago de colegiaturas. ¡De la calidad educativa mejor ni hablamos! porque corremos el riesgo de propagar una depresión colectiva.
¿Y qué es lo que pasa en Chile como para sugerir que enchilemos México lindo y herido? Derivado de que Sebastián Piñera, actual Presidente de esa Nación, aprobara la Ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación; aún a pesar de las fuertes críticas del movimiento estudiantil que exige una nueva propuesta y un plebiscito al gobierno y al no ser escuchados, en protesta los estudiantes chilenos realizaron jornadas culturales, cacerolazos y clases al aire libre como parte de sus acciones.
Con estas movilizaciones, se lucha por una educación pública de calidad y gratuita, garantizada constitucionalmente, piden la prohibición del lucro en las universidades privadas, mientras la administración de la enseñanza básica y media sugieren debería volver desde los municipios al Estado.
Piñera pidió a los estudiantes abandonar las consignas, deponer la intransigencia y las continuas protestas. En respuesta, los alumnos movilizados por una reforma educativa profunda anunciaron nuevas marchas y acciones que involucrarán a amplios sectores de la sociedad, ante la negativa del gobierno de tomar en cuenta las alternativas solicitadas por ellos.
El Ejecutivo de la nación sudamericana descartó presentar nuevas propuestas, por lo que se confirma que los estudiantes, además de las diversas movilizaciones, también recogerán firmas a fin de convocar a un plebiscito que defina el futuro de la enseñanza en el país.
Lo anterior, es un recuento sucinto de lo sobrevenido en Chile y me pregunto y hago lo propio con ustedes mis lectores ¿Será que estamos conformes con la educación ofrecida en México lindo y herido?, ¿A poco es complicado comprender que de la educación de los pueblos depende en gran medida su progreso? ¡Vamos en retroceso!, ¡vivimos un México al revés!; mientras en otras latitudes ocurre una manifestación de jóvenes para pedir mejor educación, aquí se debate si tal o cual equipo de fútbol va a ganar. ¡Ya despierten caray! ¿Qué aspiramos con este “valemadrismo” y simulación educativa? ¿A poco creen que el gobierno solito nos proporcionará herramientas para formarnos y generar el pensamiento crítico? ¿Creen esto posible? respondan analizando de manera objetiva a quienes nos gobiernan y representan. ¿Recuerdan cuando el entonces presidente Vicente Fox decía que era mejor vivir en la ignorancia? ¿Acaso olvidamos que la educación en México está en franco retroceso? ¿No se les antoja que enchilemos México?
¡Lo dejo a la reflexión!
Hasta la próxima Nornilandia.