@BarbaraCabrera
“El que lee
mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”
Miguel de
Cervantes Saavedra
Ser lectores
no es una tarea fácil en un país como el nuestro donde el sistema educativo es
simulado y la cultura se suministra a cuenta gotas; si a esto le sumamos
múltiples factores, los resultados a la vista son avasalladores; ¡somos un
pueblo que no hemos vencido a la sátrapa clase corrupta enquistada en el poder;
ya que la no lectura de la ciudadanía, los respalda!
Recientemente se han dado a
conocer los resultados de la “Encuesta Nacional de Lectura y escritura 2015”
[http://bit.ly/1Y24zqA] auspiciada por la Secretaría de Educación
Pública y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) instrumento que
aunque no constituye una panacea, ni es único; sí proporciona un panorama
general que deseo conozcan mis lectores , aunque sus cifras no debemos creerlas del todo:
Para comenzar
a situar la problemática y dilucidar el meollo del asunto, veamos: ¿Cuántos libros leemos al año? 5.3 libros
al año, de los cuales 3.5 es por gusto y 1.8 por necesidad. Mientras que en Finlandia
se leen 47; en España, 10.3; y, en Portugal, 8.5.
Y
continuemos, sabiendo: (importante abrir paréntesis para indicar que, por
tratarse de respuestas múltiples, no suman el 100%, además de que en esta
Nornilandia, únicamente traigo los primeros tres lugares)
¿Qué leen los que leen? Libros 57.3%; Periódicos 55%; Redes
Sociales 44.9%. ¿Quiénes
leen? Muy pocos
lectores 20.6%; Lector diversificado 20%; Lector diversificado, preferente de cómics
e historietas 16.1%. ¿Cómo lee el
que lee? Periódicos y
revistas impresos 96%; Libros impresos 86%; A diario en Redes Sociales 54%. ¿Cómo conseguimos los libros? Comprados 59.1%; Regalados 46.2%; Prestados
40.6%. ¿Dónde compramos los libros? Librerías 69.8%; Ferias del libro
18.6%; Tiendas de autoservicio o departamentales 17%. ¿Por qué leemos libros? Por entretenimiento 44.3%; Para
estudiar 30.5%; Para informarme 11.8%. ¿Por
qué no leemos o no leeríamos? Por falta de
tiempo 79.9%; Porque nos da flojera 21.3%; Porque no nos gusta 14.6%.
De lo anterior concluyo que la (in)cultura de la lectura va de
la mano con el fenómeno de desafección de los ciudadanos hacia la política,
gobernantes e instituciones; existe escaso interés en informarse y se pretexta
falta de tiempo para llevar a cabo una actividad que por sí traería
consecuencias positivas al cambio que necesitamos y urge en este país:
desterrar a quienes tanto han dañado y continúan haciendo a este #MéxicoLindoyHerido.
Lo he dicho y seguiré
insistiendo, hasta que los ciudadanos, en su mayoría, se percaten del poder que
tienen y lo ejerzan, solo así podremos comenzar a modificar la situación, y las
lecturas constituyen un arma imprescindible y poderosísima cargada con harto conocimiento
para ser usado en caso necesario.
Entonces, si los libros son
armas, no posterguemos más la revolución que México necesita.
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima
Nornilandia!