“En una época de engaño universal,
decir la verdad es un acto revolucionario”
George Orwell
@_BarbaraCabrera
Vivir fuera del
presupuesto es vivir en el error; no importa que robe, pero que salpique; no
quiero que me den, sino que me pongan donde hay; un político pobre, es un pobre político; ni los veo, ni los oigo; la moral es un árbol que da moras; defenderé el peso como un perro; con dinero baila el perro; el que no transa no avanza; el que se mueve no sale en la foto; el año de Hidalgo, chingue a su madre el que deje algo; Haiga sido como haiga sido; ni los veo, ni los oigo; aquí se aplica la Ley de Herodes: o te chingas o te jodes… Seguramente ustedes asocien todas o algunas de dichas expresiones, y conocerán muchas más, la cuales están intrínsecamente relacionadas con un fenómeno de mil cabezas llamado corrupción –en este caso política- auspiciado por el neoliberalismo ramplón, salvaje, avorazado y rapaz.
quiero que me den, sino que me pongan donde hay; un político pobre, es un pobre político; ni los veo, ni los oigo; la moral es un árbol que da moras; defenderé el peso como un perro; con dinero baila el perro; el que no transa no avanza; el que se mueve no sale en la foto; el año de Hidalgo, chingue a su madre el que deje algo; Haiga sido como haiga sido; ni los veo, ni los oigo; aquí se aplica la Ley de Herodes: o te chingas o te jodes… Seguramente ustedes asocien todas o algunas de dichas expresiones, y conocerán muchas más, la cuales están intrínsecamente relacionadas con un fenómeno de mil cabezas llamado corrupción –en este caso política- auspiciado por el neoliberalismo ramplón, salvaje, avorazado y rapaz.
Descomposición,
putrefacción, pudrición, podredumbre, pudrimiento, peste, corruptela,
depravación, vicio, envilecimiento, deshonestidad, echar a perder, soborno,
pervertir y dañar; son algunos de sus sinónimos e ideas afines.
En la práctica,
consiste en abusar del poder, de las funciones o de medios para sacar provecho
económico o de otra índole. Ahora bien, se entiende como corrupción política al
mal uso del poder público para obtener una ventaja ilegítima. En este sentido,
a la corrupción se encadenan diversos delitos, ya que el corrupto suele
incurrir en prácticas ilegales, los que pueden ser: tráfico de influencias,
soborno, extorsión y fraude.
Esa misma a la
que Enrique Peña Nieto catalogó en 2014 como un asunto cultural, porque Peña.
La noche del 1
de julio Andrés Manuel López Obrador apuntó: “La corrupción no es un fenómeno
cultural sino el resultado de un régimen político, este mal es la causa de la
desigualdad social, por la corrupción se desató la violencia… Erradicar la
corrupción e impunidad será la misión principal del próximo gobierno. No se
permitirá la corrupción, sobre aviso no hay engaño, quien cometa actos de
corrupción será castigado, incluidos si son de mi equipo”.
Y así se está
llevando a cabo. A pesar de los amparos a granel que el corroído y opaco poder
judicial reparte para proteger a quien tanto daño ha causado a este país, a
pesar de que la minoritaria y choricera oposición los defiende a ultranza y a
pesar de que algunos medios tradicionales pregoneros de las Fake News, siguen sin digerir que se les
acabó el chayote.
Pasamos de la
época de “no te preocupes Rosario” o preocúpate Rosario y Enrique y Luis y
Felipe y Vicente y Emilio y así un amplio catálogo de sátrapas corruptos que
hasta el sexenio pasado se han movido con total impunidad. ¿Pues qué creen?, se
les acabaron los privilegios. ¡Se tenía que decir y se dijo!
Porque la corrupción
política neoliberal tiene rostros, nombres y apellidos. Veamos como los define
AMLO en su libro 2018 La salida, descripción que suscribo, la cual acompaño con
ejemplos de sus corruptelas.
Enrique Peña
Nieto, se trata de un subordinado más de la elite dominante, un personaje
limitado y frívolo, cuya utilidad es meramente escenográfica. Algunos de los
casos más emblemáticos de corrupción de este personaje, son: obra pública a
sobreprecio, la estafa maestra, Odebrecht, el paso exprés, el gobierno espía, la
triangulación de dinero público, permitir el robo de combustible, la compra de
700 pipas que no se entregaron y como olvidar la casa blanca de EPN. En
definitiva, su sexenio fue sinónimo de corrupción.
Carlos Salinas,
es el padre de la desigualdad moderna y el artífice de privatizar bienes
públicos. Y yo agrego, este señor es el jefe de la mafia del poder. Saquen sus
propias conclusiones.
Vicente Fox, se
trata de un personaje vacío y sin principios, como Calderón o Peña, con el
añadido de que él es más burdo y deslenguado. Nunca ha sido un empresario, ha
sido más bien un sirviente de los poderosos. Este papel lo desempeñó con
entusiasmo desde la Presidencia de la República. Ejemplos de corrupción del
señor de las botas son: enriquecimiento ilícito, hacer negocios al amparo del
poder, adjudicaciones directas, triangulación del dinero público y ¡cómo
olvidar el toallagate!
Felipe Calderón
es el prototipo del panista conservador. Es lo más representativo del mundo de
la derecha, de quienes se dan baños de pureza y son en realidad ambiciosos
vulgares; los que van a la iglesia o a los templos y olvidan los mandamientos;
los que se confiesan por rutina todos los domingos para dejar el marcador en
cero y volver a pecar en el transcurso de la semana. Entre las corruptelas de
Calderón tenemos: La Estela de Luz, una obra insulsa y frívola; la supuesta
construcción de una nueva refinería, de la cual no se concluyó ni la barda
perimetral; omisión y permitir el robo de combustible, convertir al país en un
cementerio y el más grave de todos: el fraude electoral de 2006 que lo llevó a
usurpar la Presidencia de la República.
Reafirmo mi
postura de que la corrupción es el principal problema de México.
La crisis de
México no podrá enfrentarse sin cortar de tajo con la corrupción y la
impunidad, lo cual implica cambiar el actual régimen y establecer un orden
político nuevo, democrático, promotor de la legalidad, humanista y con el
distintivo de la honestidad.
Ojalá nunca
olvidemos que la corrupción origina pobreza, frustración, odios, violencia,
desintegración familiar, descomposición social y desigualdad. Por el bien de
todos, el distintivo del México del futuro debe ser la honestidad.
Posdata:
Definitivamente, Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación están
haciendo lo suyo. El actuar no tiene sorpresas, el camino fue trazado y dado a
conocer desde el Plan de Nación y el libro “2018 La salida: decadencia y
renacimiento de México” (consultable aquí https://bit.ly/2rdyZ0p)
el cual vale la pena recomendar a la oposición desinformada, tendenciosa y
ardida.
Es todo por hoy.
¡Hasta la
próxima Nornilandia!