6 nov 2011

“¿SOCIEDAD TELEDIRIGIDA?”

@BarbaraCabrera

(Buscando algo bueno en la TV) "¡Nada!... ¡En todos hay televisión!"
Mafalda


Debido a la vorágine en la que está inmerso el progreso tecnológico, la sociedad cambia o intenta adaptarse a esos movimientos. No obstante, esas transformaciones en algunos casos son criticables, toda vez que sumen a quien se somete o involucra en ello en un ser 'casi' autómata. Pasar de un homo sapiens a un homo videns; es motivo de análisis en esta Nornilandia.
En este sentido, la realidad televisiva no tiene únicamente que ver con el simple entretenimiento, el cual de por sí es lamentable; baste encender el televisor para corroborarlo. Va mucho más allá, adquiere tintes pretenciosos para tal vez consciente o inconscientemente ideologizar a quien, teniendo poca información -por los motivos que fueren- considera los contenidos proporcionados a través de la llamada 'caja idiota' como un referente cultural, político, económico; es decir, como un parámetro necesario para la toma de decisiones del entorno dentro del cual se mueve.
Conviene decir que recientemente ha surgido en Twitter un movimiento bajo el hashtags #OccupyTelevisa, mismo que pretende poner un 'Ya Basta' a los abusos y manipulaciones de la televisora, quien se dice posee el 90% de la audiencia; se le señala por tener secuestradas a las cúpulas de los partidos políticos, por utilizar el espectro televisivo y radio con parcialidad; por demostrar a través de su línea editorial, los intereses a los que obedece; además de los bajos contenidos de sus programas. La primera manifestación se ha dado el 5de noviembre a las 5 de la tarde en Avenida Chapultepec 18 y promete no ser la última. Esto muestra el descontento social, no sólo con la política; sino con ciertos medios de comunicación, en este caso las televisoras. Hoy, es Televisa; no olvidemos a la del Ajusco que es tendiente a tener los mismos comportamientos.
Bien lo diserta Giovanni Sartori en su Homo Videns, donde su debate central se refiere al papel que juega la televisión en la sociedad contemporánea; quien afirma “la televisión se caracteriza por una cosa: entretiene, relaja y divierte, cultiva el homo ludens”. Luego se habla sobre una subinformación y sobre la desinformación; y ello estoy segura ocurre en los niveles televisivos, y no dudo que en algunos otros; no obstante, en esta Columna solo es motivo de análisis la televisión.
Por subinformación el autor de referencia entiende una información totalmente insuficiente que empobrece demasiado la noticia que da, o bien el hecho de no informar, la pura y simple eliminación de nueve de cada diez noticias existentes. Por tanto, subinformación significa reducir en exceso. Mientras tanto, por desinformación se entiende una distorsión de la información: dar noticias falseadas que inducen al engaño al que las escucha.
Sin duda, la sociedad ha cambiado, los avances tecnológicos han contribuido a ello; mientras antaño la televisión era la mejor forma de “pasar el tiempo o informarse”, ahora existen otras tecnologías que incluso ayudan a racionalizar, observar y convertirnos en críticos de aquellos quienes manejan el negocio televisivo. Y no se trata sólo de cambiarle de canal o de apagar completamente los televisores, sino en dignificar contenidos, en no permitir se vuelva tendencioso y con ello sumen a la incultura de un país que lucha día con día por salir adelante, pese a las malas decisiones gubernamentales y a los pésimos contenidos televisivos.
Las interrogantes que surgen en torno a este tema son ¿Somos una sociedad teledirigida? ¿Qué pasará a mediano plazo con la televisión en este país? ¿Cuánto influye ésta en nuestras vidas? ¿Esa caja determina el rumbo de la sociedad? ¿Existe algún inconveniente con encender la televisión o de plano mejor la apagamos? ¿Vale albergar la esperanza de que, en algún momento la televisión sea mejor en este México lindo y herido? ¿Algún día lo veremos?


Por hoy es todo.

¡Nos leemos la próxima Nornilandia!