@BarbaraCabrera
(Buscando algo bueno en la TV) "¡Nada!... ¡En todos hay televisión!"
Mafalda
Mafalda
Debido a la vorágine en la que está inmerso el progreso tecnológico, la sociedad cambia o intenta adaptarse a esos movimientos. No obstante, esas transformaciones en algunos casos son criticables, toda vez que sumen a quien se somete o involucra en ello en un ser 'casi' autómata. Pasar de un homo sapiens a un homo videns; es motivo de análisis en esta Nornilandia.
En este sentido, la realidad televisiva no tiene únicamente que ver con el simple entretenimiento, el cual de por sí es lamentable; baste encender el televisor para corroborarlo. Va mucho más allá, adquiere tintes pretenciosos para tal vez consciente o inconscientemente ideologizar a quien, teniendo poca información -por los motivos que fueren- considera los contenidos proporcionados a través de la llamada 'caja idiota' como un referente cultural, político, económico; es decir, como un parámetro necesario para la toma de decisiones del entorno dentro del cual se mueve.
En este sentido, la realidad televisiva no tiene únicamente que ver con el simple entretenimiento, el cual de por sí es lamentable; baste encender el televisor para corroborarlo. Va mucho más allá, adquiere tintes pretenciosos para tal vez consciente o inconscientemente ideologizar a quien, teniendo poca información -por los motivos que fueren- considera los contenidos proporcionados a través de la llamada 'caja idiota' como un referente cultural, político, económico; es decir, como un parámetro necesario para la toma de decisiones del entorno dentro del cual se mueve.
Conviene decir que recientemente ha surgido en Twitter un movimiento bajo el hashtags #OccupyTelevisa, mismo que pretende poner un 'Ya Basta' a los abusos y manipulaciones de la televisora, quien se dice posee el 90% de la audiencia; se le señala por tener secuestradas a las cúpulas de los partidos políticos, por utilizar el espectro televisivo y radio con parcialidad; por demostrar a través de su línea editorial, los intereses a los que obedece; además de los bajos contenidos de sus programas. La primera manifestación se ha dado el 5de noviembre a las 5 de la tarde en Avenida Chapultepec 18 y promete no ser la última. Esto muestra el descontento social, no sólo con la política; sino con ciertos medios de comunicación, en este caso las televisoras. Hoy, es Televisa; no olvidemos a la del Ajusco que es tendiente a tener los mismos comportamientos.
Bien lo diserta Giovanni Sartori en su Homo Videns, donde su debate central se refiere al papel que juega la televisión en la sociedad contemporánea; quien afirma “la televisión se caracteriza por una cosa: entretiene, relaja y divierte, cultiva el homo ludens”. Luego se habla sobre una subinformación y sobre la desinformación; y ello estoy segura ocurre en los niveles televisivos, y no dudo que en algunos otros; no obstante, en esta Columna solo es motivo de análisis la televisión.
Por subinformación el autor de referencia entiende una información totalmente insuficiente que empobrece demasiado la noticia que da, o bien el hecho de no informar, la pura y simple eliminación de nueve de cada diez noticias existentes. Por tanto, subinformación significa reducir en exceso. Mientras tanto, por desinformación se entiende una distorsión de la información: dar noticias falseadas que inducen al engaño al que las escucha.
Sin duda, la sociedad ha cambiado, los avances tecnológicos han contribuido a ello; mientras antaño la televisión era la mejor forma de “pasar el tiempo o informarse”, ahora existen otras tecnologías que incluso ayudan a racionalizar, observar y convertirnos en críticos de aquellos quienes manejan el negocio televisivo. Y no se trata sólo de cambiarle de canal o de apagar completamente los televisores, sino en dignificar contenidos, en no permitir se vuelva tendencioso y con ello sumen a la incultura de un país que lucha día con día por salir adelante, pese a las malas decisiones gubernamentales y a los pésimos contenidos televisivos.
Las interrogantes que surgen en torno a este tema son ¿Somos una sociedad teledirigida? ¿Qué pasará a mediano plazo con la televisión en este país? ¿Cuánto influye ésta en nuestras vidas? ¿Esa caja determina el rumbo de la sociedad? ¿Existe algún inconveniente con encender la televisión o de plano mejor la apagamos? ¿Vale albergar la esperanza de que, en algún momento la televisión sea mejor en este México lindo y herido? ¿Algún día lo veremos?
Por hoy es todo.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!