3 ago 2011

“¿HIJOS DE… CHINCHUNCHÁN?”


@BarbaraCabrera

¡Qué triste! En la medida en la que crecen las utilidades de las empresas contratistas, crece la pobreza extrema, aun lo niegue cuanto lo niegue el señor Calderón.

Rayuela en la Jornada 1 de agosto 2011



El título de esta Columna Nornilandia, es el nombre de un libro de tiras cómicas que data de 1983 de la autoría de Joaquín Velasco; el cual retrata la problemática actual no solo de México sino de otras latitudes, las imágenes de esta Nornilandia corresponden a esta obra.

Dicho lo anterior, ¡comenzamos!

En México lindo y herido tenemos una superestructura burocrática, ¿quién dice entonces que no somos un país generador de empleo?, ¿a poco no es suficiente para ser una nación próspera? ¡Claro que no!, aún con tantas y tantas secretarías, dependencias, organismos públicos y puestos menores que de ahí se derivan, no alcanza para emplear a tantos millones de mexicanos. ¿Será entonces que no alcanzaron los “changarros” y “vochos” para todos tal como lo prometió Vicente Fox cuando era Presidente de la República? ¿Fue mi imaginación o el actual habitante de los pinos se autonombro el Presidente del empleo?

En esta ocasión mis lectores, a través de mi Nornilandia daré mi opinión respecto a la creciente pobreza en el país; y no lo haré proporcionando datos de su medición, que para eso contamos con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) creado como “un organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal, con autonomía y capacidad técnica para generar información objetiva sobre la situación de la política social y la medición de la pobreza en México, que permita mejorar la toma de decisiones en la materia”, información que según refiere Julio Boltvinik, investigador del Colmex; esconde los verdaderos niveles de pobreza. Sino desde una perspectiva societal. Finalmente, nos queda claro que la política social de este gobierno es un rotundo fracaso. ¿Si ya existe la CONEVAL con una función dedicada a normar y coordinar la evaluación de la Política Nacional de Desarrollo Social y las políticas, programas y acciones que ejecuten las dependencias públicas, que es lo que pasa? ¿Y si el presupuesto para este organismo se destina a programas para comenzar con la eliminación de este mal?


Lo cierto es que podemos caminar por la ciudad solo para comprobar lo evidente; aquello que se dice en algunos medios de comunicación: el nivel de pobreza va en aumento. Y desde hace tiempo, vemos en la palestra pública a funcionarios de la alta burocracia afirmando que somos un país en jauja; ya vamos saliendo de la crisis económica; ¿quién no recuerda a Ernesto Cordero y los seis mil pesos? Y lo que percibimos a cada paso es el incremento acelerado de la mendicidad: personas durmiendo envueltas en una cobija raída cuando bien le va, algunos se tapan con una bolsa negra; niños, jóvenes, adultos mayores pidiendo una moneda; cada vez más comercio informal intentando ofrecer lo que sea para subsistir; los “aparta lugares”; los “limpia vidrios” son la opciones para ganarse unas monedas. ¿Piensan que exagero? Insto a nuestros gobernantes, aquellos que inauguran obras cada día; los que llegan ya que todo esta lindo para dirigir un discurso cargado de demagogia de la que estamos hartos los ciudadanos; así es, va la invitación para ellos para que recorran a pie las calles, les sugiero lo hagan sin guaruras, ni le digan a sus asesores que lo harán porque serán tentados a poner “presentable” el lugar por donde pasará su jefe; ¡caray! ¿Qué injusta soy verdad? como pretendo hacerles ver la realidad, que caso tiene hacerlos sufrir. Una vez que vean como están verdaderamente las cosas dirán: esta no es la ciudad que gobierno.


Es una situación complicada, lo sé. Propuestas para erradicar la pobreza existen bastantes y enumero solo unas cuantas para ejemplificar: replantear el sistema hacendario para eliminar la evasión fiscal sobre todo de los grandes contribuyentes, esto va de la mano con la opacidad fiscal; verdadera aplicación de políticas públicas tendientes a promover una mejor distribución de la riqueza, con ello no me refiero a volvernos un país socialista; apostar a la mejora del Sistema Educativo Nacional, estoy convencida que la educación es clave para el progreso de un país; eficientar la coordinación entre los tres niveles de gobierno en la implementación de planes y programas para erradicar la pobreza; reducir la burocracia o formas organizadas no efectivas; eliminar la corrupción pública y privada dando más transparencia a su actuación; entre muchas otras medidas.

Finalizo planteando dos interrogantes para la reflexión: ¿existe disposición gubernamental para realmente erradicar la pobreza? ¿Estamos dispuestos a colaborar en ese binomio indisoluble gobierno – ciudadanía?



¡Es todo por hoy!


¡Nos leemos la próxima Nornilandia!