@BarbaraCabrera
“Ante una lista de candidatos se piensa que, felizmente, sólo puede ser elegido uno”
Noel Clarasó
En México lindo y herido ya se percibe desde hace tiempo un ambiente que se antoja electoral. A pesar de no arrancar de manera formal las campañas electorales, es evidente la variedad de personajes que están trabajando para conseguir ser los elegidos por sus respectivos partidos políticos y obtener una candidatura; y de esta manera aspirar a algunos de los diversos cargos de elección popular.
En este sentido, las casas encuestadoras y los medios de comunicación comienzan a presentar diversas estadísticas de cómo van los “suspirantes” con respecto a sus contendientes internos y posterior a ello la percepción que tiene la ciudadanía en cuanto a su posible lanzamiento electoral. Recordemos que una vez favorecidos –de la manera que fuere- por sus respectivos institutos políticos; nos son presentados formalmente en sociedad y en ese orden de ideas seremos nosotros el factor decisivo de quienes queremos que tomen las riendas de México lindo y herido.
Surgen las siguientes interrogantes: ¿De que se tratan las encuestas electorales? ¿Son más válidas unas que otras? ¿Serán capaces de modificar la percepción y por ende el voto? ¿Qué utilidad tienen estos ejercicios metodológicos para la ciudadanía? ¿Será realmente un “termómetro” para los partidos políticos o ni siquiera son tomadas en cuenta?
Comenzaré por advertir que las encuestas no son varita mágica, ni fórmulas que ayuden a predecir con certeza el futuro. Dependiendo del medio contratado para su elaboración unos las desmienten y otros más dicen que son las “encuestas verdaderas”. ¡Se convierte para algunos en una verdadera obsesión!
Para clarificarles a mis lectores, les diré que este tipo de ejercicios son muy útiles si se les utiliza como lo que son: una técnica de investigación.
Bien lo afirma Stanley Greenberg, en una época en que la democracia se ha ampliado y los países no solo se manejan de acuerdo a lo que dicen las élites económicas o intelectuales, una campaña electoral necesita conocer lo que opinan los ciudadanos comunes acerca de los más diversos temas. La única forma de hacerlo es a través de la investigación científica y la herramienta privilegiada de ese tipo de investigación es la encuesta electoral.
Algunos usos prácticos de las encuestas desde una pre, durante y post campaña electoral, son de interés para que los partidos políticos para elegir a los candidatos “mejor vistos” por la ciudadanía, lo que puede ayudar a un eventual triunfo. Pueden servir para diseñar una estrategia electoral y para seguir su evolución. Siendo gobierno este tipos de estudios se aprovechan para estar en posibilidad de delinear políticas públicas acordes a la dinámica social; por lo menos eso es lo que dictan los cánones de la ética política.
No obstante, tenemos la otra cara de la moneda. Sí mis lectores, aquella donde algunos políticos creen que pueden conseguir votos engañando a los electores acerca de sus propias posibilidades electorales y falsifican resultados de “encuestas” para convencer a la ciudadanía de que van a ganar. Consideran que mostrar un rostro ganador es determinante para llegar al poder y puede ser posible entratándose de un electorado poco informado y altamente manipulable.
Después de los anteriores elementos, vale la pena observar de cerca lo que nos apuntan e indicarán los diferentes estudios acerca de las tendencias pre-electorales proporcionado por empresas encuestadoras como:Analitica Marketing; Berumen y Asociados; Consulta Mitofsky; Demotecnia; Lexia Investigacion Cualitativa; Parametría; Pulso mercadológico, entre otros tantos. Puede ser que sea el candidato que apoyamos o no el que encabece dicha encuesta. Lo cierto es que nos pueden ayudar, si las vemos sin apasionamientos y como una simple tendencia.
Y mientras encuestas van, vienen, se contradicen, coinciden, convergen... Estemos atentos para ver si será copetón, será hombrecito; un cómico región cuatro; o algún raro espécimen mezcla de varios componendas quien será el candidato o candidata del otro día para estar preparados para optar por la que después de un análisis concienzudo consideremos sea la mejor opción para México siempre lindo y nunca jamás herido.
Por hoy es todo.
¡Hasta la próxima Nornilandia!