@_BarbaraCabrera
“El poder sólo corrompe a los
corruptos, hace golfos e inmorales a los que ya lo eran antes”
Juan Barranco
Seré breve: la oposición en México en
esta época de cambio de régimen donde pasamos de un rapaz sistema neoliberal a
un estado de bienestar con la 4T de la vida pública, está moralmente derrotada.
Les diré porque en esta Nornilandia.
Aunque a nivel federal dijimos adiós
y nos saludas a nunca vuelvas a un grupo que se regodeaba con privilegios
inmerecidos, arrebatando con ello oportunidades para los más, para ponerlas en
bandeja de plata a los menos, resulta que en algunas Entidades continúan enquistados
gobernantes y representantes populares que siguen haciendo de las suyas, como
ejemplo ahí están los “goberladrones” quienes se asumen vulgarmente como
“alianza federalista”, así como a los curuleros locales, quienes están a las
órdenes del Ejecutivo.
Esos son algunos de quienes forman
parte del indecoroso club de los moralmente derrotados, personeros de un
sistema decadente a los que es ineludible evidenciar para que en el próximo
proceso electoral no se cuelen al gobierno.
Recuérdese que la política de ayer
provocó especimenes acostumbrados al besa manos, a encorvar la cerviz ante los
intereses internacionales, a los discursos acartonados, a la vestimenta rígida
y protocolaria, donde el gatopardismo era su máxima; debido a que en los
hechos, la corrupción y la impunidad seguían reinando.
Los integrantes de la oposición
moralmente derrotada tienen un grave problema de dislexia nacional, tal parece
que ignoran y no les interesa la realidad de este país, están prestos a
propagar Fake News, irradian odio
ante el cambio de régimen, unos son defensores a ultranza de políticos
impresentables que desfalcaron y empobrecieron al pueblo, sirviéndose del
poder; otros, son esos políticos sátrapas y corruptos.
Los moralmente derrotados son
asociados a expresiones tales como “no importa que robe, pero que salpique”; “no
quiero que me den, sino que me pongan donde hay”; “un político pobre, es un
pobre político”; “ni los veo, ni los oigo”; “la moral es un árbol que da moras”;
“el que no transa no avanza”; “el que se mueve no sale en la foto”; “Haiga sido
como haiga sido”; entre algunas otras.
Los moralmente derrotados perdieron
los privilegios y ante ello, su reacción es atacar sin sentido y sin argumentos;
paulatinamente sus corruptelas están quedando al descubierto y no dudemos en
que serán castigadas. Ellos, perdiendo como siempre. Y México, ganando con la Cuarta
Transformación de la vida pública, liderada por el Presidente Andrés Manuel
López Obrador.
Están moralmente derrotados y aún así
cada que pueden amenazan con regresar en forma de cascajo, de boas, de frenas,
de tumores; intentando dar otra cara, pero con las mismas mañas. ¡No se los
permitamos!, pues lo único que tendrían que regresar es lo robado.
Están moralmente derrotados y poseen
una exclusiva membresía en el club de impresentables, debido a que no tienen credibilidad, ética,
legitimidad, ni honor.
Al estar moralmente derrotados se
erigen en lo “opositodo”, en odiadores públicos número uno; y solo les ha
alcanzado para publicar desplegados en los medios tradicionales de siempre,
pagar bots, crear y propagar Fake News, provocando una terrible infodemia,
nociva para la democracia, así como instalar en el Zócalo casitas de campaña
voladoras al menor viento, ya que ha quedado en evidencia la falta de
habitantes en esta curiosa forma de “manifestarse” de la oposición.
A esa oposición moralmente derrotada,
que hoy defiende a ultranza la extinción de los fideicomisos, los cuales ha
quedado demostrado servían como su caja chica, para desviar recursos y
enriquecerse vilmente ellos y sus cercanos; hay que dejarles muy claro que aquellos
gobiernos neoliberales erigidos en fábrica de vividores del erario, han quedado
atrás, y que en 2021 refrendaremos en las urnas que el único lugar que les
corresponde, es el basurero de la historia.
Somos más quienes elegimos un cambio
de régimen, en las urnas sumamos más de 30 millones. Aprovechemos esta
oportunidad histórica para mantenernos unidos y no dar un paso atrás. La Cuarta
Transformación de la vida pública de México está en marcha y el Presidente
Andrés Manuel López Obrador nos necesita. Así que caminemos con la frente en
alto, con las convicciones bien puestas y las acciones dispuestas.
¡Hasta la próxima Nornilandia!