15 oct 2013

“#CABILDEROS, AL SERVICIO DEL PODER”

@BarbaraCabrera

“En toda negociación, el hombre honrado está destinado a llevar la peor parte, mientras que la picardía y la mala fe se apuntan finalmente los tantos”
Mika Waltari


Erase que se era una vez una historia de donde emergen unos personajes conocidos como cabilderos, que en tiempos de polémicas reformas estructurales, adquieren notoriedad. 

Imagen de adnpolitico.com
Y aunque se sabe que el cabildeo es una labor que data de tiempos inmemoriales, específicamente surge en 1829 en Estados Unidos y sus primeros antecedentes normativos se remontan a 1876 con la exigencia de la Cámara de Representantes para que estos oficiosos se registraran en su secretariado. Lo cierto es que cada país tiene sus anécdotas y su regulación en materia de cabildeo, tal es el caso de Argentina, Colombia, Inglaterra, Chile, Costa Rica, Escocia, Canadá; y, por supuesto, Estados Unidos.

Si somos bien pensados, esta tarea debe informar para influir. Y así podríamos pasar las letras de esta Nornilandia proporcionando una conceptualización y escudriñar cada uno de sus elementos y puede ser que concluyamos de manera positiva la existencia en el papel de estos profesionales. Lo cierto es que los cabilderos están al servicio del poder para buscar apoyo –sea legislativo o ejecutivo- para que prosperen los intereses que representan, sin que necesariamente ocupen un escaño, un espacio en el gobierno o formen parte de un partido político. Los métodos que utilizan no siempre son transparentes y en ocasiones incluyen prebendas y presiones para lograr su cometido; todo ello sin consecuencia alguna.

¿Qué pasa cuando la corrupción es superior al bien por obtener? ¿Qué sucede cuando la regulación parece no ser suficiente? ¿Cuál es el punto de quiebra entre las decisiones de un poder público y un cabildero? ¿Hasta qué punto los legisladores polemizan para adecuar el texto normativo y darles orden? Estas interrogantes surgen en el contexto de un país como el nuestro, de un #MéxicoLindoyHerido, donde los niveles de corrupción e impunidad van en franco crecimiento y donde llegamos tarde a los grandes temas, algunos ya superados en otras latitudes.

Aquí algunos datos para recordar, contextualizar y tomar en cuenta: 

  • Hasta antes del sexenio 1994-2000 (Ernesto Zedillo) esta práctica era usada a favor del presidente en turno. Así es, con un gobierno hegemónico ¿Qué caso tiene esta figura hacia afuera si los dictados de las políticas públicas -dentro de las cuales se incluye la legislación- las dicta el Señor Presidente?
  • 1997, cuando el PRI pierde la mayoría en la Cámara de Diputados, el cabildeo se utiliza de manera más recurrente para influenciar de manera directa en las decisiones legislativas.
  • 1998, la Secretaria de Hacienda y Crédito Público llevo a cabo la primera acción concertada para convencer a legisladores en las negociaciones presupuestales para el ejercicio fiscal del aludido año.
  • En ese mismo año, 1998, los empresarios, organizaciones civiles y demás funcionarios se hacen presentes para iniciar negociaciones con el Congreso para impulsar sus intereses.
  • En 2004, algunos legisladores señalaron la presión que sobre ellos ejercían los cabilderos para aprobar la instalación de Casinos en México a través de reformas a la Ley de Juegos y Sorteos.
  • En 2005, hay registros de que bastaron 10 minutos para que los Diputados Federales aprobaran la llamada “Ley Televisa”, gracias a los buenos oficios de cabilderos, los cuales actuaban conforme a su naturaleza, ya que no estaban regulados, mucho menos eran controlados.
  • Se provocaron presiones para que en 2006 se aprobara una iniciativa para la contratación de propaganda electoral.
  • Para no hacer el listado interminable, vayamos a 2013, donde las presiones de las refresqueras –a través de interpositos cabilderos, incluidos los contratados por empresas trasnacionales- para que no se graven con uno o dos pesos este tipo de bebidas, continúan. 


Lo que es preciso observar es cómo lo llevan a cabo, que tipo de acciones ejecutan, quienes son esos cabilderos. Aunado a que verdaderamente estas prácticas sean transparentes y no constituyan una cueva de negociaciones donde, como es costumbre, los menos enterados y más afectados somos los ciudadanos.

Es relevante abrir un paréntesis para manifestar que toda esta situación se da en medio de un proceso legislativo para regular la práctica del cabildeo, iniciativa impulsada por la Diputada Merilyn Gómez Pozos, quien después de un intenso trabajo ha logrado dar un paso importante en esta materia; al lograr la aprobación después de que el tema fuera bajado del orden del día la sesión pasada. No obstante, la tarea resulta inacabada. El documento que fue motivo de debate en el Pleno, proviene del dictamen emitido por la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias y es para reformar los artículos 264 y 265 del Reglamento de la Cámara de Diputados.

Ahora bien, pese a todo ese andar y tomando en cuenta que la regulación de esta figura comienza a tomar forma en 2011; dos años después seguimos con trazos legislativos y una voluntad forzada por parte de los grupos mayoritarios para consolidar la regulación, la actuación y orden de estos trabajadores. En esta Legislatura, están registrados 252 cabilderos, de los cuales solo 27 son personas físicas y 225 son personas morales, al servicio del poder económico. Estamos en una época donde el empadronamiento no será suficiente. (Léase Título octavo, Capítulo III denominado “Del Cabildeo” del Reglamento de la Cámara de Diputados http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/Reg_Diputados.pdf)

Y en este que algunos consideran un juego político y parlamentario ¿seguirán los cabilderos dando? ¿Ustedes que opinan?

Por hoy es todo.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!