@_BarbaraCabrera
“¿Es lícito
confundir la prosperidad de una clase con el bienestar de un país?”
Eduardo
Galeano
Imaginen un mundo donde cada
habitante es etiquetado según su tono de piel, manera de hablar, peso,
estatura, forma de vestir o arreglo personal, clase social, creencias
religiosas, sexo, edad y orientación sexual, y de esa manera es tratado. Supongan
que están situados en un país donde los gobernantes y políticos de siempre se
acostumbraron a no ver, no escuchar y mucho menos consultar al pueblo. Y cuando
atiende a la ciudadanía y organiza consultas, un sector poblacional se desgarra
las vestiduras.
En pleno siglo XXI cuando los avances
tecnológicos están a la orden del día, donde la interconexión con el mundo es
manifiesta, época en la cual la información es más sencilla de conseguir y
digerir; existen este tipo de situaciones. Las causas, son multifactoriales y
principalmente tienen que ver con ignorancia, falta de empatía e intolerancia, resultado
de un sistema caduco, conocido como neoliberalismo salvaje.
Así es como surge una división bastante
notoria en las redes sociales, especialmente en Twitter: los chairos y los fifís.
Vayamos por partes y comencemos por definir
dichos términos.
Chairo, expresión usada
generalmente para referirse de manera despectiva a los activistas de izquierda.
Según la
definición oficial del Diccionario español de México, la palabra es un
sustantivo y adjetivo ofensivo, y explica que el chairo es una “persona que
defiende causas sociales y políticas en contra de las ideologías de la derecha,
pero a la que se atribuye falta de compromiso verdadero con lo que dice
defender; persona que se autosatisface con sus actitudes”.
El vocablo fifí lo define la Real Academia Española de la
siguiente manera: 1. m .
y f. coloq. Arg., El Salv., Méx. y Ur. Persona presumida y que se ocupa de
seguir las modas.
Mientras que el diccionario Oxford
refiere a fifí como: Adjetivo/nombre 1. coloquial [persona] Que tiene modales y
actitudes delicados y exagerados.
Chairos y fifís se han puesto de moda
–sobre todo en su presencia en redes sociales- y es la manera en que la
sociedad se ha fraccionado, rumbo al cambio de régimen.
Recientemente se organizó una marcha
para mostrar el descontento por la cancelación del aeropuerto en Texcoco,
auspiciada por aquellos etiquetados como fifís.
Dicha movilización, es útil para
ejemplificar aquellas manifestaciones que no necesariamente son organizadas
para la defensa y consolidación de derechos, sino para hacer saber que existe
un sector privilegiado por el neoliberalismo, negado a sumarse a un cambio ineludible
y necesario que conduzca a mejorar la calidad de vida de la mayoría y no solo
de unos cuantos.
En la que se conoció como #MarchaFifí
hubo muestras de intolerancia, odio, clasismo e ignorancia. Para muestra, algunas
de sus consignas:
No
más delincuencia, inseguridad, narcotráfico, usura, prostitución ¡inmigrantes
indeseables! nuestro pueblo primero (Movimiento Nacionalista Mexicano)
Queremos
procesos democráticos. La consulta no fue democrática.
No
sé quién mordería ni cartulina; si un chairo o uno de la #CaravanaMigrante…
porque resulta que ambos tienen hambre.
Por supuesto, este sector poblacional
tiene derecho a marchar y exteriorizar su opinión. La libertad de expresión y
de manifestación son derechos consolidados. No obstante y debido a la
particularidad de sus expresiones, vale la pena cuestionarles:
¿Por qué no se sumaron a las manifestaciones cuando
Felipe Calderón, con su estrategia fallida, ensangrentó al país?
¿Dónde estaban
cuando sucedió la represión en Atenco?
¿A qué se debe que no alzaran la voz
cuando se dio la represión a maestros en Nochixtlán?
¿Por qué sus consignas
contra la desaparición forzada de 43 estudiantes de Ayotzinapa no se
escucharon?
¿Qué hay de trasfondo al permanecer callados tras
la imposición de las reformas estructurales de Enrique Peña Nieto que
trastocaron y dañaron al país con, por ejemplo, alzas exorbitantes a la
gasolina?
¿Por qué han guardado silencio sexenio tras sexenio y apenas se toca
con el pétalo de una consulta sus intereses saltan y marchan?
¿A qué se debe
que no se manifestarán por las obras fallidas de Peña Nieto, canceladas por
sospechas de corrupción (Véanse
de cuales se trata en el siguiente enlace http://cort.as/-C2h-) y sí se dolieron hasta salir a la calle por
la cancelación del aeropuerto en Texcoco, por cierto, otra obra corrupta de
EPN?
Hemos vivido en un sistema corroído
por la corrupción e impunidad, donde un par de partidos políticos han
detentando la titularidad del Poder Ejecutivo: El PRI, que dio oportunidad a
que el PAN se mantuviera dos sexenios, regresándole el poder, aunque la
experiencia nos comprueba que jamás se fueron. De hecho en la palestra
socio-política y ciudadana se les considera como el PRIAN, unidos para defender
el establishment, entusiastas generadores
de división para vencer y acaparar.
¿A qué se debe la segmentación
de la sociedad? ¿Contribuye en algo? ¿Merecemos continuar fraccionados? La
respuesta es no, en esta época convulsa más nos vale unir esfuerzos para
rescatar lo que nos queda de país.
Respecto a la #MarchaFifí veo
algo rescatable, ellos los que condenaron una y otra vez las marchas y
manifestaciones, ahora se animaron a salir a las calles a ejercer su libertad
de expresión, aunque sea de forma rudimentaria, clasista y tendenciosa. Un paso
a la vez.
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima Nornilandia!