3 oct 2011

“LLAMADA DIVINA y AUSENTISMO LEGISLATIVO”

@BarbaraCabrera

“Antes o después, el hombre siempre ha tenido que decidir si le rinde culto a su propio poder o el poder de Dios”
Arnold Joseph Toynbee

No cabe duda, en México lindo y herido pasa de todo; no obstante, se da la paradoja de que para algunos seguimos en el país de “no pasa nada”. Los sucesos se dan de manera vertiginosa; unos hechos parecen superar a otros y esto se trata de la historia de nunca acabar.
Así que, en esta Nornilandia, abordaré dos acontecimientos dignos de análisis; toda vez que ambos tendrán consecuencias; me refiero a la supuesta llamada del papa para influir en la decisión de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre las denominadas leyes antiaborto; del otro lado, en de la acera de enfrente, tenemos la abulia de nuestros señores Diputados Federales, quienes se dan el lujo –aunque no lo valgan– de ausentarse de los espacios de trabajo legislativo arguyendo un sinfín de pretextos.
Comienzo señalando la notoriedad del poder eclesiástico, sobre todo el de la Iglesia Católica; vemos como surgen opinólogos sobre asuntos públicos cada que se les presenta una oportunidad o cuando les ponen un micrófono con reflectores enfrente ¿Les dice algo nombres como Juan Sandoval Iñiguez, Norberto Rivera Carrera, Onésimo Cepeda Silva? pues a esta lista agreguen el de Joseph Aloisius Ratzinger; mejor conocido como Benedicto XVI; quien según el dicho del obispo de Mexicali, levantó el auricular para persuadir, como lo adelante en el párrafo precedente, la decisión jurídica de los máximos impartidores de justicia en México lindo y herido en materia del aborto, es decir de los Ministros de la SCJN.
Preguntarán algunos ¿Cuál es el problema? Desde mi punto de vista, el inconveniente, además de la incertidumbre sobre si existió o no dicha comunicación que al final será un dato más para el anecdotario periodístico y columnístico; no lo constituye del todo la llamada divina, sino la falta de credibilidad en la que están inmersos quienes fueron nombrados para impartir justicia en un país que a todas luces lucha día con día para salir avante de la situación complicada por la que atraviesa.
¿Cómo creer en lo sucesivo en una institución que un asunto sí y otro también es señalada? ¿Dónde queda la independencia, capacidad, autoridad y responsabilidad con la que deben conducirse los Ministros o será que sí existe en ellos dichas cualidades? Un tema para no olvidar, reflexionar y ser muy observantes.
Dejemos atrás por un momento asuntos que implican tintes religiosos y vayamos a otros más mundanos: el ausentismo legislativo, y para muestra proporciono datos duros del primer mes de actividades de los legisladores donde prevalece esta situación, veamos:
En septiembre, se han llevado a cabo diez sesiones ordinarias, en las cuales no se han presentado más de 350 de los 500 diputados que la integran.
En dos ocasiones la Mesa Directiva suspendió los trabajos ante la falta de quórum legal.
La falta de interés de los legisladores por permanecer en los debates se confirma en la votación de los dictámenes.
Para ejemplificar dicha situación, tenemos que el 13 de septiembre, al final de la sesión no se quedaron más de 211 diputados, y una semana antes, el día 8, los trabajos fueron suspendidos porque sólo permanecían 86 en el recinto.
¿Qué opinan mis lectores? ¡Vaya situación la que impera en una de las Cámaras, integrante del Congreso de la Unión! ¿Qué será de los simples mortales que dependemos de la expedición de leyes necesarias acordes a la realidad social, cultural, económica y política imperante?
Finalizo esta Nornilandia pensando en voz alta: ¿Y si la llamada divina que ahora se niega rotundamente –la cual pareció delinear un aspecto trascendental en la vida del país­– hubiese sido para los Diputados Federales para pedirles atiendan las actividades para las que fueron electos y con ello evitar el obstruccionismo legislativo que tanto daño ha hecho a nuestro México Lindo y herido?

Es todo por hoy.

¡Nos leemos la próxima Nornilandia!