21 jun 2017

BATALLAS MEDIÁTICAS

¿Será que quien hace política pacta con los poderes diabólicos que acechan a todo el poder?, así lo dijo en alguna ocasión Max Weber

Ya se vaticinaba. Después de las elecciones en Estado de México, Veracruz, Nayarit y Coahuila, los ánimos continuarían su efervescencia con altas posibilidades de desbordarse. Y se hizo realidad. Todo #MéxicoLindoyHerido es territorio de grillas y peleas mediáticas para llegar o conservar el poder.
Partidos tradicionales, dinosaúricos, satélites, alianzas y coaliciones advenedizas, así como los cada vez más ansiosos independientes ya se vieron en una curul, casa de gobierno, palacios municipales y algunos de ellos, en los mismísimos Pinos.
Hoy, gobernantes y representantes curuleros [de Curul, no sean mal pensados] arman tremendas batallas campales mediáticas, las que se intensifican en redes sociales, para acaparar reflectores, llevarse una estrellita y ser considerados héroes o heroínas de tal o cual política pública; o bien osan reclamar su paternidad a determinadas reformas legales. Viven en el perpetuo jaloneo. Sin importarles las formas, ni el tono. Hacen y harán de todo por estar, por permanecer, por ser votados y jamás botados.
Las batallas mediáticas al interior de los partidos políticos han iniciado, todos se pelean y manotean por obtener alguna candidatura, se avizora ya una rebelión en la granja. Son esas batallas mediáticas de chapulines que saltan de un puesto público a otro. De un partido a otro o quizá brincan para declararse independientes. Dicho sea de paso, la mayoría, con  un desempeño mediocre y sin una verdadera rendición de cuentas, de cara a los electores.
Vivimos en batallas mediáticas de destapes y pronunciamientos. Batallas mediáticas a partir de las cuales se cree menos en las Instituciones. Batallas mediáticas con autoridades alejadas de la realidad que implementan políticas públicas desfasadas, que descuidan la resolución de problemas fundamentales. Y cuando creen hacerlo, termina en disminución de derechos, incremento de penalidades o mediadas simuladas.
Batallas mediáticas que enfrentan activistas, periodistas, comunicadores y ciudadanos  contra un #GobiernoEspía. Como dictan los cánones de la teoría orwelliana en su 1984, un Peña nos vigila ¡De ese tamaño es la paranoia y el miedo gubernamental! El tiempo pasa y ¡El gobierno tiene miedo! http://bit.ly/1g6Um3k
Batallas mediáticas que libra Enrique Peña Nieto que cual Quijote peleando contra los molinos de viento, en su afán por recuperar lo que nunca tuvo: legitimidad y aprobación [ya sé que solo lo aplauden los peñalibers http://bit.ly/2naTWZV]
Batallas mediáticas de ayer y hoy. Siempre presentes, poco queridas.
No obstante, esas batallas mediáticas no solo tienen como escenario la arena donde se disputa el poder por roer el hueso, sino que se extienden al escenario ciudadano, donde unos se pelean con otros. Segmentación que solo contribuye a empoderar a los ya enquistados en el poder.
¿En serio seguiremos igual? ¿Se han puesto a pensar al final quien gana y quienes perdemos? Tomen nota, el gobierno se aprovecha de la escasa cultura de participación político-ciudadana y seguirá así hasta que no tomemos cartas en el asunto.
En suma, para derribar las barreras del status quo: escuchen, vean, lean y contrasten más todo el tiempo. Solo así saldremos victoriosos de las batallas mediáticas que enfrentamos y las que se avecinan. Es preciso desterrar la mentalidad de manada.
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima Nornilandia!