“Mantenerse apático o en el cómodo sillón de status
quo en esta época de cambios sociales, jurídicos y políticos, es participar
de la conjura de traición a la patria”
@BarbaraCabrera
Inicia
un nuevo año, y constituye una tradición lanzar los mejores deseos, suscribir
todos aquellos propósitos que nos lleven a ser mejores. Es época idónea para
replantear estrategias y dirigirnos a mejores puertos.
Seguramente,
muchos de mis lectores hicieron su lista de propósitos y me pregunto ¿entre
ellos estará levantarse del cómodo sillón del status quo? ¿Acaso en ese
listado de buenas intenciones se encuentra protegerse de aquellas acciones que
los políticos llevan a cabo para mantener el control y perpetuarse en algún cargo
público?
Por
si acaso no lo consideraron, en esta primer Nornilandia de 2014, presento a mis
lectores las diez estrategias de manipulación mediática elaboradas por Noam
Chomsky, a partir de las cuales convoco a un redireccionamiento en la
estrategia de proactividad ciudadana. De esta manera continuar con mi objetivo
de aportar a la construcción de un mejor país, para dejar un mundo más
llevadero.
¿Preparados?
Ahí les van esas maniobras que seguro han detectado y que es preciso erradicar:
1. La estrategia de la distracción. El
elemento primordial del control social es llevar a la práctica esta estrategia,
que consiste en desviar la atención de la ciudadanía de los problemas
importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas,
mediante la técnica del diluvio o inundación continua de distracciones e
informaciones insignificantes. Dicho sea de paso, es una de las tácticas más
utilizadas por la clase política; para muestra véase televisa y sus casos más recientes: Lucero y su afición por la cacería que detonó toda una campaña de odio-defensa mediática; y el de Cristian Castro que lanzó vía Twitter una foto desnudo después de un masaje; sin duda otra táctica distractora.
2.
Crear problemas y después ofrecer las soluciones.
Este método también es conocido como “problema-reacción-solución”. En esta
tesitura, la élite en el gobierno crea un conflicto y lleva a la ciudadanía a
demandar soluciones que a veces la llevan a perder libertades o derechos
sociales; al final las medidas son aceptadas porque no hubo más remedio.
3.
La estrategia de la implantación gradual.
Para hacer que se acepte una medida injusta, basta aplicarla gradualmente, poco
a poco, por años consecutivos. Por ejemplo, durante la década de 1980 y 1990 se
dieron paulatinas reformas que han llevado a las privatizaciones, precariedad,
flexibilidad, desempleo en masa, salarios ridículos que no aseguran una buena
calidad de vida. La experiencia les dice a los políticos que si esos cambios se
hubieran aplicado de una sola vez se provocaría una revolución.
4.
La estrategia de diferir. En este sentido se
hace creer a la ciudadanía que las decisiones que se adoptarán aunque
dolorosas, son necesarias. Se manifiesta que se aplicará de manera futura para
ser aceptada; de esta forma se convence a la mayoría de esa idea de cambio y
regularmente es aceptada con resignación cuando llega el momento.
5.
Dirigirse al público de forma infantil.
La mayoría de la publicidad utiliza discurso, argumentos, personajes y
entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad,
como si el espectador fuese una criatura de poca edad o deficiente mental. La
apuesta de ello, es que la respuesta o reacción esté desprovista de un sentido
crítico. Así que cuidado, como antídoto a ello, sugiero la lectura y estar
informados para generar una opinión propia.
6.
Utilizar el aspecto emocional más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto
circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los
individuos. Recordar como algunos políticos venden una imagen de telenovela y
una cara bonita para manipular a la ciudadanía.
7.
Mantener a la ciudadanía en la ignorancia y en la mediocridad.
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos
utilizados para su control y su esclavitud. De esta manera, es importante poner
la lupa en el deficiente sistema educativo y en los miedos que han demostrado
algunos políticos de que los ciudadanos estemos generando, provocando y
convocando al cambio a través del uso de las Redes Sociales.
8.
Estimular a la ciudadanía a ser indulgente con la mediocridad.
Esta estrategia va directamente relacionada con la anterior ¿recuerdan cuando
Vicente Fox dijo que no leía periódicos y que así era más feliz? Al gobierno le
convienen los ciudadanos estúpidos, vulgares, incultos, así es más sencillo
manipular.
9.
Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al
ciudadano que él el culpable de su propia desgracia, por causa de la insuficiencia
de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos, es materia
sustancial de esta táctica. El efecto deseado, es inhibir la acción ciudadana.
Y, ¡sin acción, no hay revolución!
10.
Conocer a los individuos mejor que ellos mismos.
Lo cual significa que el sistema ejerza un gran control ciudadano, lo que
provoca un retroceso y ningún progreso.
Ahora
ya lo saben, pasen la voz y convoquemos desde nuestras trincheras y esfera de
influencia a generar el anhelado cambio que se ha visto postergado por la
apatía ciudadana. ¡Vamos! ¿Qué esperan?
Es
todo por hoy.
¡Hasta
la próxima Nornilandia!