@BarbaraCabrera
“Todo lo que existe tiene una Constitución,
aún cuando ésta no se haya nunca escrito en un papel”
Entre las diversas lecturas que he llevado a cabo últimamente, se encuentra la del libro “El círculo negro, el grupo secreto detrás del poder en México” cuyo autor es Antonio Velasco Piña y la Editorial es Punto de Lectura.
Considero interesante comentarlo con ustedes, mis lectores, por la trascendencia del texto y, de esta manera, dar a conocer una versión de la manera en que se adoptaron las decisiones políticas en el país desde las más altas esferas en aquellos años. Y como peco de prudencia intelectual, manifiesto que no considero la exposición del autor como verdad absoluta, pero sí como un punto de vista trascendente para formar una opinión acerca del viejo sistema priísta.
La narración comienza en 2001 cuando quien escribe las páginas del libro en comento, recibe la visita de un sacerdote jesuita que funge como intermediario entre el político que revela estos secretos del “Círculo Negro” al cual este personaje dijo pertenecer. Una vez que Velasco Piña acepta escribir sobre ello se llevan a cabo una serie de entrevistas, donde se explica la manera en que el PRI pudo sostenerse tanto tiempo en el poder.
Es importante señalar que el político de referencia pide confidencialidad al autor, solo se advierte que se trataba de un político que había ocupado destacados puestos en diferentes gobiernos: diputado, senador, gobernador y secretario de Estado en más de una ocasión.
Comienza por señalar que “el PRI representó uno de los fenómenos políticos más singulares del siglo XX. Era la envidia de los políticos del mundo, que habrían dado cualquier cosa por pertenecer a un partido así” Y cree necesario dejar sentado que el PRI “es un producto de nuestra evolución histórica. El partido no fue algo traído por habitantes de otros países y sustentado en doctrinas desarrolladas en el extranjero. Fueron mexicanos sus creadores y mexicana su ideología, si no tomamos esto en cuenta jamás entenderemos nada de cuanto tenga que ver con el PRI”
Las páginas de este libro contienen referencias históricas relevantes para ayudar a entender este régimen que impero por tantas décadas. Señala que Porfirio Díaz encontró, desde su punto de vista, la única forma efectiva para ejercer un buen gobierno en México: una Monarquía absoluta revestida de ropajes republicanos. Su gran falla fue que no creo un sistema político institucional, sino basado exclusivamente en su persona y continúa diciendo “quienes en su momento logramos crear el sistema político que prevalecería en nuestro país durante el siglo XX no olvidamos nunca esta lección”
Se aborda el tema de la Revolución Mexicana, advirtiendo que fue producto de muy variadas motivaciones.
Plutarco Elías Calles, anunció en septiembre de 1928, que México ha dejado de ser una nación de caudillos para convertirse en una nación de instituciones; al año siguiente funda el PNR (Partido Nacional Revolucionario), abuelo del PRI. A partir de entonces será dentro de los causes del Partido y no en los campos de batalla donde habrán de dirimirse las controversias políticas.
En 1938, el General Lázaro Cárdenas transforma al PNR en PRM (Partido de la Revolución Mexicana). No fue un mero cambio de siglas: el cambio en la denominación correspondía a un cambio real en los objetivos y en la estructura del Partido. En cuanto a los objetivos se intenta hacer realidad los ideales de la Revolución, y en cuanto a organización, éste queda integrado por tres sectores: obrero, campesino y militar.
Ya en tiempos de Ávila Camacho, cinco jóvenes (entre ellos el político entrevistado para la redacción de este libro) acostumbraban reunirse periódicamente para analizar la situación política. Hasta este momento parecería una reunión como la de muchos otros grupos, pero aduce que había una diferencia: no se buscaba sólo captar como en una fotografía lo que estaba ocurriendo en el país, sino lograr una especie de radiografía que permitiese comprender las causas profundas de la realidad política imperante.
Y es aquí donde surge el “Círculo Negro”, cuyo propósito no era conservar las chambas que estos jóvenes tenían o conseguir otras mejores en el siguiente gobierno; sino encontrar que continuarían poseyendo un gran poder hasta el final de sus vidas.
Este grupo se dio a la tarea de elaborar una auténtica Constitución Política que entraría en vigor en 1946, al iniciarse un nuevo periodo de gobierno.
Se advierte por parte de este personaje de la política nacional, quien fuera integrante de esta organización, que no era necesario hacerla pública, lo importante era que esta Constitución se aplicase en la práctica. Dicho texto se le entregó a Ávila Camacho y él estuvo de acuerdo en su promulgación, la que consistió en que y cito “los seis firmáramos con nuestra propia sangre cada uno de los seis ejemplares mecanografiados”
Debido a la trascendencia de este texto, lo transcribo a continuación:
Artículo I. El Estado Mexicano es una Monarquía absoluta y está integrado por tres Instituciones reales: el Monarca, el Círculo Negro y el Partido.
Artículo II. El Poder Supremo y la Soberanía del Estado residen en el Monarca, el cual tendrá, con las únicas limitaciones que esta Constitución establece, facultades absolutas para el ejercicio del gobierno.
Artículo III. El Supremo Poder del Monarca es indivisible, sexenal e improrrogable. Concluido el término de su mandato el Monarca dejará de serlo para siempre y no podrá ejercer el poder a través de otra persona.
Artículo IV. Son obligaciones del Monarca:
1ª. Mantener incólume la soberanía de su gobierno y la unidad territorial del país.
2ª. Preservar el orden y la paz en todo el territorio que integra el Estado Mexicano.
3ª. Procurar mejorar las condiciones de vida de los habitantes del país.
Artículo V. Son atribuciones del Monarca:
1ª. Imponer las leyes, decretos y reglamentos que considere necesarios para un buen gobierno.
2ª. Designar libremente, con las únicas limitaciones que esta Constitución establece, a las personas que considere más convenientes para ejercer en su representación el gobierno, en cualesquiera de los tres poderes establecidos en la constitución formal (ejecutivo, legislativo y judicial) así como en cualesquiera de los tres niveles del gobierno que determina la constitución formal (federal, estatal y municipal)
3ª. Designar libremente a su sucesor, con la única limitación que esta Constitución establece.
Artículo VI. Cuando el Monarca considere que se trata de cargos de poca relevancia, podrá delegar en quien juzgue capacitado para ello su facultad de designar funcionarios.
Artículo VII. Los habitantes del Estado Mexicano están obligados a obedecer cualquier resolución del Monarca, el cual podrá disponer libremente de sus vidas y propiedades.
Artículo VIII. El Círculo Negro es una Institución real de gobierno, de carácter secreto, integrada por cinco miembros y que tiene como obligación fundamental colaborar con el Monarca en la forma y términos que éste considere convenientes. Ninguno de los integrantes del Círculo Negro podrá pretender jamás convertirse en Monarca.
Artículo IX. Son atribuciones del Círculo Negro:
1ª. Escoger libremente en cada gobierno sexenal los cargos que dentro del mismo ocuparán sus cinco integrantes.
2ª. Designar a quienes habrán de dirigir los diferentes sectores que componen al Partido.
3ª. Proponer el cese ante el Monarca de cualquier funcionario, que a juicio del Círculo no esté desempeñando su cargo con la debida lealtad hacia el Monarca.
4ª. Vetar la decisión de la persona escogida por el Monarca para sucederle, cuando a juicio del Círculo resulte evidente que el Monarca pretende continuar ejerciendo el poder a través de esa persona.
5ª. Decretar la muerte del Monarca cuando este pretenda prorrogar su mandato más allá de los seis años que le corresponden.
Artículo X. Los cinco integrantes fundadores del Círculo Negro lo son por autonombramiento, desempeñarán su cargo hasta el final de sus días y quedan para facultados para que, al ocurrir el deceso o incapacidad de cualesquiera de ellos, los demás designen libremente a quien habrá de sustituirlo.
Artículo XI. El Partido es una Institución real de gobierno, cuya finalidad es organizar y controlar a todas las fuerzas sociales existentes en el país la cuales deberán agruparse en tres sectores: obrero, campesino y popular.
Artículo XII. La conducción de todos los procesos políticos para la designación de los cargos de autoridad que establece la Constitución formal, deberá hacerse dentro de los causes del Partido, para que sean siempre las personas que designe el Monarca las que ocupen dichos cargos.
Artículo XIII. En todo aquello que no se contraponga a lo dispuesto en esta Real Constitución, podrán aplicarse las disposiciones contenidas en la Constitución formal de 1917 y en las leyes que de ella emanen.
México, D.F; a 1 de enero de 1946.
Y esta es la primera parte de esta reseña, mañana la segunda y última entrega.