@BarbaraCabrera
“Ya no
podemos confiar en que las instituciones gubernamentales nos guíen en la
dirección correcta”
Peter
Joseph
El reloj estaba cercano
a dar las campanadas para anunciar las 21 horas de un 11 de julio de 2015.
Parecía que un día cualquiera estaba por concluir, cuando ¡Oh sorpresa! Por
segunda ocasión Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “el chapo” se fugaba de
un penal de máxima seguridad en el país. En 2001, lo hizo de Puente Grande
(ubicado en Jalisco) al que en lo sucesivo y ante tal acontecimiento se le
llamó con ironía “Puerta Grande”, cárcel donde permaneció 13 años. Dicen los
que saben que salió en un carrito de lavandería, previo pago de sobornos y bajo
la bota protectora de quien entonces hacía de Los Pinos, su rancho extendido;
así es, me refiero a Vicente Fox. La inminente presión y coscorrones
internacionales, no se hicieron esperar.
Años después, y sin
olvidar la excitada celebración del señor Peña –ahora inquilino de Los Pinos-
aquél 22 de febrero de 2014 cuando “el chapo” fue recapturado tras un 'pulcro'
y 'atinado' operativo de las 'fuerzas de inteligencia', la promesa fue que
jamás de los jamáses se volvería a escapar, “ni en 300 años”, apunto Jesús Murillo
Karam –entonces Procurador General de la República- Las
palmaditas y aplausos de Estados Unidos reconfortaron a EPN.
Para asegurarse de
cumplir su promesa sin firmar, el capo fue llevado el penal del Altiplano
(ubicado en el Estado de México) desde donde y a 17 meses de distancia “el
chapo” Guzmán aplicó mismo tratamiento a un débil y corrupto Estado: ¡se dio a
la fuga!; posiblemente ante la mirada atónita de EPN y secuaces, ya que desde
mi perspectiva, lo que menos conviene al deslegitimado peñanietismo es un revés
de esta magnitud, sería como brindar con una copa con cicuta. [Como dato
cultural, “el chapo” es el primer reo que se fuga de esa cárcel].
“El chapo” fue visto
por última ocasión dirigiéndose a la regadera de su celda; posteriormente,
casualmente se dieron cuenta que había un túnel, envidia de la ingeniería y de
los constructores que ofrecen sus servicios al mejor postor, que sirvió para
irse sin decir adiós; nadie sabe, nadie supo como tan acabada obra fue hecha en
pocos meses y con tal eficiencia, sin dejar rastro, ni hacer aspavientos. Y
sobre todo de uno de los penales –supuestamente- más seguros de este aún
#MéxicoLindoyHerido. Entonces, ni HIGA, ni OHL, ni los grandes y consentidos
contratistas de los diferentes niveles de gobierno deberían ser requeridos
jamás, que sean quienes construyeron el túnel para “el chapo” los que amplíen
la línea 12 del metro en el DF o la línea 3 del tren ligero en Guadalajara; por
mencionar algunas.
Peña guardó silencio, ni
un tweet lanzó, siquiera para decir
que algo haría 'su' gobierno respecto a la nueva fuga del capo. Unas horas
antes de la espectacular fuga, EPN voló a Francia junto a una comitiva que
sumaron 441 personas; país desde el cual rompió el silencio después de un
tiempo prologado, aludiendo a que esta se trata de una “afrenta para el Estado
mexicano y que ha instruido a las áreas correspondientes para su pronta
recaptura” y asestó que se queda a concluir su histórica gira por Francia.
Miguel Ángel Osorio
Chong, el hombre fuerte de Peña y 'plenipotenciario' secretario de Gobernación,
uno de los integrantes de la numerosa comitiva que a aquél país europeo
acompañaron a Enrique Peña, una vez que se supo y el escándalo estalló, no tuvo
más que tomar un vuelo a México: el 441 regresó para dirigir el armado del
escabroso rompecabezas de la nueva fuga de Guzmán Loera.
Y en todo este
entramado, los medios nacionales hicieron alusión a la gran cacería y
movilización institucional para reaprender a quien fuera el máximo trofeo del
peñanietismo en materia de seguridad y de combate frontal al crimen organizado.
Medios que repitieron una y otra vez: quien es “el chapo” y cómo es el túnel
por donde escapó, creando y recreando escenas; parecía que estábamos ante un
guión digno de una trama televisiva o de película de bajo presupuesto. Por su
parte los medios internacionales coincidieron que éste es un duro golpe en la
lucha contra las drogas en México y demerita –aún más la imagen de Enrique Peña
Nieto-.
Lo cierto es que este
país se ha convertido en un burlesque internacional.
En fin, estos dos
casos: el de la numerosa comitiva del Tour de Francia con #EPN y la vergonzante
nueva fuga de Joaquín “el chapo” Guzmán son una muestra representativa de la
debilidad institucional, con tintes de corrupción e impunidad inusitada que de
manera estrepitosa están conduciendo a este país a un lugar donde mejor no les
cuento y de donde quien sabe si podremos regresar.
Quedan tantas dudas, a
innumerables preguntas. Éstos solo son dos ejemplos que acrecientan el
sospechosismo de los ciudadanos hacía todo lo que huela a política, gobierno e
instituciones.
Merecemos y necesitamos un nuevo Pacto
Social.
Por hoy es todo.
¡Nos leemos la próxima
Nornilandia!