22 abr 2012

“¡PROHIBIDO LEER!”


@BarbaraCabrera

“Leer es el único acto soberano que nos queda”
Antonio Muñoz Molina

A propósito de que el 23 de abril se conmemora el día internacional del libro, promulgado así por la UNESCO y celebrado desde 1996 para promover el hábito de la lectura; ocurre que dicho evento –por lo menos en el caso mexicano- es como predicar en el desierto. Admitámoslo: ¡¡somos un país de no lectores!! Una nación tendiente a subsistir sin probar, devorar y mucho menos masticar y digerir las letras proporcionadas para generar y provocar una manera de pensar distinta.
Datos elaborados por el CERLALC  (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, así como por CONACULTA, advierten que únicamente dos de cada diez mexicanos tienen como hábito la lectura de libros; en este sentido la cifra no rebasa los tres libros por mexicano al año.
Además, recientemente una encuesta señala que 63.6% de los encuestados leen para cumplir con compromisos académicos; es decir: tareas, trabajos y demás actividades, lo que implica una connotación de obligatoriedad. Un dato relevante de este análisis, lo constituye el porcentaje del gusto natural por la lectura, alcanzando el 9.2%; mientras tanto, leer por diversión, llega al 6.8%.
En esta tesitura, es de saberse que en el país, el mayor número de puntos de venta de libros corresponde a Sanborn´s con 160 sucursales; no obstante no se trata propiamente de una librería, sino que se extiende a multiplicidad de productos como perfumes, tecnología, restaurante, farmacia; entre otros. Y en cuanto a libros, en estas tiendas lo que abunda son los de superación personal y best sellers.
¿En general, que tópicos de lectura interesan a los mexicanos? la respuesta son: novelas, libros de historia y biografías, representando -en conjunto- el 62% de las preferencias.
Tratándose de librerías, es destacable decir que Gandhi -con 21 sucursales- y El Péndulo -con seis- son las mejor posicionadas entre las preferencias de los lectores. No obstante, ésta última únicamente se encuentra en la Ciudad de México.
Hasta aquí estos datos, que aunque no sorprenden, si debieran ocuparnos para actuar en consecuencia.
Entonces, ¿Qué sucede si no se lee? la respuesta es ¡no pasa absolutamente nada! generaciones van y vienen; políticos se reciclan y se enquistan en el poder a sabiendas que no serán reconvenidos. ¡Simple y sencillamente no hay progreso! La ciudadanía se torna pasiva, apática y poco demandante de mejorar su calidad de vida. En más de alguna ocasión, se ha afirmado que la ignorancia es símbolo de felicidad.
Por eso mis lectores, este día no puede terminar sepultado en el olvido hasta un próximo año. ¡No leer es equivalente a dejar de pensar! ¿en verdad nos conviene? ¿Seguirán impávidos sin ayudar a incrementar el porcentaje de lectores en México?
¡Vamos, tomen un libro, léanlo; establezcan una charla íntima con su autor! porque mientras continuemos en esta línea; es decir, ser un país de no lectores ¿cómo podemos exigir no tener gobernantes y aspirantes a un cargo público analfabetas?

Es todo por hoy.

¡Nos leemos la próxima Nornilandia!