Dra. Bárbara Leonor
Cabrera Pantoja | Entre letras, con mi café y a un “x”
de distancia me encuentran como @_BarbaraCabrera
“Lo
cual demuestra que ha funcionado nuestra estrategia, que se puede resumir en
una frase: por el bien de todos, primero los pobres. Hay menos pobreza y menos
desigualdad en nuestro país. Esto es un gran logro, creo que ese es el objetivo
principal de cualquier gobierno: lograr la justicia y la felicidad del pueblo.
Y por eso estoy muy contento”
Presidente
Andrés Manuel López Obrador (La Mañanera del 11 de agosto de 2023)
Recientemente se ha
dado a conocer uno de los estudios más esperados, tanto por quienes estamos del
lado de la transformación, como por los detractores, que se frotan las manos
para que a México le vaya mal; me refiero al documento que contiene la “Medición
de pobreza 2022” generado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política
de Desarrollo Social (CONEVAL) organismo público descentralizado de la
Administración Pública Federal, con autonomía y capacidad técnica para generar
información objetiva sobre la situación de la política social y la medición de
la pobreza en México, que permita mejorar la toma de decisiones en la materia.
Sobre el
particular, debe saberse que conforme a los artículos 36 y 37 de la Ley General
de Desarrollo Social, el CONEVAL deberá realizar la medición multidimensional
de pobreza con una periodicidad mínima de cada dos años a nivel nacional y por
entidad federativa, y para ello, se debe utilizar la información generada por
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). De esta manera, el
CONEVAL retoma la información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de
los Hogares del INEGI como fuente de información para medir la pobreza
multidimensional a este nivel de desagregación.
Es relevante
destacar que tal estudio es elaborado por Entidades independientes del
Gobierno, lo que resulta útil para conocer qué tan exitosos son los programas
sociales implementados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien
desde hace décadas ha proclamado “por el bien de todos, primero los pobres”
Conozcamos algunos
de los resultados dados a conocer por el CONEVAL:
El periodo de
análisis abarca de 2018 a 2022 lo cual permite tomar en cuenta las
implicaciones económicas y sociales de la pandemia por el virus SARS-CoV-2
(COVID-19)
Tratándose del
porcentaje de la población en situación de pobreza multidimensional a nivel
nacional, durante el periodo señalado, pasó de 41.9% a 36.3%, lo que representó
un cambio de 51.9 a 46.8 millones de personas en situación de pobreza a nivel
nacional. En otras palabras, entre 2018 y 2022 hubo una reducción histórica de
la pobreza en México.
Y enfatizo: de
51.9 millones de pobres, la cifra disminuyó a 46.8 millones de pobres; esto es:
10.7% menos que en el gobierno de Vicente Fox, 9.8% menos que en el de Felipe
Calderón; y, 6.9% menos que en el de Enrique Peña Nieto. En tanto, la
diferencia salarial entre los más ricos y los más pobres bajó a 15 veces; es
decir, más de 20 veces comparado con el sexenio de Felipe Calderón.
(Dejo aquí el
enlace para quien desee consultar el resumen ejecutivo de dicha medición https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Documents/MMP_2022/Pobreza_multidimensional_2022.pdf)
Por cierto, reducir
la brecha de la desigualdad no significa que los ricos de México se estén
empobreciendo, sino que los pobres están mejorando, dijo el Presidente Andrés
Manuel López Obrador. Esto se demuestra al saber que, entre 2020 a 2022, el
sector de mayores ingresos de la población incrementó sus ganancias un 7.8%.
A propósito de ello, comparto una estadística que traza la ruta de la pobreza durante los 30 años del periodo neoliberal, contrastándolo con 5 años del nuevo régimen llamado Cuarta Transformación de la vida pública:
¿Si notan la
diferencia entre el dañino sistema neoliberal y el Estado de Bienestar?
Y aunque como dice
el CONEVAL, dicho informe no tiene como objetivo calificar la efectividad de
los programas, acciones e intervenciones gubernamentales, sino identificar los
avances en materia social, a la par que hace posible distinguir los retos de
políticas públicas para conquistar el anhelado Estado de Bienestar; la valoración
nos corresponde a nosotros, y en efecto,
la implementación de una forma distinta de gobernar –que significa dar rumbo al
país- por parte del Presidente López Obrador, funcionó. Se han sentado las
bases del humanismo mexicano que implica una economía moral, y, por ende, es preciso
dar continuidad a la Cuarta Transformación para consolidad el rumbo.
Debe saberse que
las políticas públicas ejecutadas por el Presidente López Obrador son resultado
de su profundo amor por el pueblo, así como de su conocimiento de la realidad
del país, el cual conoce como nadie, ya que lo ha recorrido completamente en
diversos momentos y circunstancias.
Baste recordar cómo
desde su libro “Un proyecto alternativo de Nación” que data del año 2004; uno
de los veinte postulados, -el séptimo para ser precisa- comienza diciendo y
cito textual:
Como punto de partida, sostenemos que el país no será
viable si persiste la enorme desigualdad. Es un imperativo ético, pero no sólo
eso, sin justicia no hay garantía de seguridad ni tranquilidad ni de paz
social.
Nadie, ni siquiera los muy prósperos, por la lógica
más elemental, podría dejar de considerar esta realidad lacerante. La pobreza
no sólo debe darnos vergüenza, sino que debe preocuparnos a todos.
La fraternidad no solo tiene rostro humano, sino que
es la manera más eficaz para garantizar la tranquilidad y la seguridad
públicas. Por eso, volvemos a postular que “por el bien de todos, primero los
pobres”
Nada justifica la pobreza en que viven millones de
mexicanos y debe entenderse que no es producto de la fatalidad o del destino.
En buena medida, la pobreza se reproduce y se agrava ante la ausencia de un
Estado con dimensión social.
Admitamos que el Estado –en cualquier parte del mundo-
es fundamental para el bienestar de la población y, en un país como el nuestro,
con tantas desigualdades, resulta indispensable para la supervivencia.
Dejemos a un lado la hipocresía neoliberal: al Estado
le corresponde atemperar las desigualdades sociales. No es posible seguir
desplazando a la justicia social de la agenda de gobierno. No es jugar limpio
utilizar al Estado para defender intereses particulares y procurar desvanecerlo
cuando se trata del beneficio de las mayorías.
El Estado debe alentar con decisión el desarrollo
social en dos vertientes: por un lado, impulsar el crecimiento económico y la
creación de empleos para mejorar los ingresos de la gente. Ello redundaría en
mejor educación, salud y calidad de la vida en general. Por otro lado, en tanto
se logra alcanzar ese nivel de desarrollo, y dada la situación de pobreza en
que vive la mayoría de los mexicanos, el Estado debe garantizar satisfactores
básicos de bienestar.
Aquí termina la cita
del libro “Un proyecto alternativo de Nación” de la autoría de Andrés Manuel López
Obrador.
Asociado a ello,
en uno de sus libros más recientes, del año 2019, llamado “Hacia una economía
moral” ya como Presidente de México, Andrés Manuel refrenda su compromiso con
los más desfavorecidos y nuevamente cito textual:
El objetivo más importante del Gobierno de la Cuarta
Transformación es que en 2024 la población de México esté viviendo en un
entorno de bienestar. En última instancia, la lucha contra la corrupción y la
frivolidad, la construcción de la paz y la seguridad, los proyectos regionales
y los programas sectoriales que opera el Ejecutivo Federal están orientados a
ese propósito sexenal.
Vuelvo a proclamar: por convicción, humanismo y por el
bien de todos, primeros los pobres. Solo con una sociedad justa lograremos el
renacimiento de México. El país no será viable si persisten la pobreza y la desigualdad.
Las palabras de
López Obrador son claras, congruentes y contundentes. Y como bien lo afirma, su
epítome la encontramos en ocho palabras que es preciso no perder de vista: “por
el bien de todos, primero los pobres”
Los convoco a que
sigamos en el camino de la transformación para alcanzar el Estado de Bienestar,
enarbolado por la Cuarta Transformación de la vida pública de México.
¡Hasta la próxima
Nornilandia!