Dra. Bárbara Leonor
Cabrera Pantoja | Entre letras, con mi café y a un “x”
de distancia me encuentran como @_BarbaraCabrera
“La democracia es el destino de la
humanidad; la libertad su brazo indestructible”
Benito Juárez
Comencemos con un dato cultural. En
el año 2007 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
estableció el 15 de septiembre como el “Día Internacional de la Democracia”,
como una forma de exaltar la importancia universal de que los pueblos decidan,
de manera libre, sus propios sistemas políticos, económicos, sociales y
culturales, así como su plena participación en todos los aspectos de sus vidas.
No obstante, no basta únicamente con
declarar un día de la democracia, es necesario conocerla, reconocerla,
ejercerla y practicarla como modo de vida; así como forjarla como estilo de
buen gobierno.
En México, hasta 2018 la democracia
estuvo secuestrada por quienes por décadas tenían cooptado el poder; por
aquellos que impusieron reformas constitucionales y además instauraron el
neoliberalismo para hacer de las suyas, creando una fábrica de pobreza,
desinformación y manipulación. Con ello, denostaron todo aquello que
significara Estado de Bienestar. Hicieron a un lado al pueblo, al cual únicamente
volteaban a ver llegado el proceso electoral, pasadas las elecciones lo
mandaban al lugar más recóndito de la vida pública, sin permitirle ejercer la
democracia y mucho menos el poder derivado del artículo 39 constitucional.
En 2023, esos mismos personajes
pretenden engañarnos disfrazándose de pueblo, con el objetivo de regresar al
poder en 2024 para hacer valer sus fueros y continuar saqueándonos. Ya han dado
el primer paso al emplear los métodos que los extasían: el dedazo y la cargada.
Lo hicieron para nombrar a quien eventualmente será su candidata: la que los
representa de cuerpo entero, la que personifica sus mañas, la que ha hecho
suyas las malas prácticas; la que se codea con la oligarquía; la que coquetea y
se entrega sin medida al PRIAN, así como a los escombros del PRD; la que lanza
improperios y palabras vulgares creyendo que eso la hará más cercana a los
electores, ¡nada más alejado de la realidad! Xóchitl Gálvez es una más de ese
club de impresentables, de esos políticos de dudosa procedencia que aparecen en
escena enarbolando las causas más ruines. Y ella, junto a la oposición moralmente
derrotada unida para la rapiña tienen un gran problema: no practican el hábito
democrático, con todo lo que ello implica: esto es, no tienen pueblo, son
clasistas, racistas, xenófobos, ignorantes de la realidad del país que
pretenden gobernar.
¡Estemos muy atentos e informados!
Pasemos la voz, para que los timos, la desinformación y las falsas promesas de
la oposición moralmente derrotada, no pasen. En este sentido, prohibido olvidar
lo que dijo George Orwell: “un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones
y traidores, no es víctima, es cómplice”
Mientras nosotros entendemos la
democracia como ese estado socio-político que nos permite dar rumbo a la vida
pública, depositando la confianza en un liderazgo, al cual acompañamos en cada
decisión; ellos, los opositores a la transformación, han secuestrado el término
democracia para acceder al poder por el poder mismo, pisoteando todo aquello
que interfiera con sus intereses.
Mientras ellos tienen comprados a los
medios de comunicación tradicionales para vender ilusiones e inflar
candidaturas que no cuajan; nosotros, tenemos medios alternativos, benditas
redes sociales y vamos de casa en casa para extender el mensaje, provocando con
ello el combate a la desinformación y promoviendo el hábito democrático.
Mientras nosotros celebramos el
AMLOFest, ellos presumen sus marrullerías en el DEDOFest donde ungieron a su
abanderada.
Lo expresó atinadamente el Presidente
Andrés Manuel López Obrador en “La Mañanera” del 31 de agosto de 2023: necesitamos
construir el hábito democrático. Cito textualmente:
“Necesitamos construir el hábito
democrático. Y puede ser que nos lleve tiempo, pero que ya las nuevas
generaciones ya puedan aplicar la democracia, no sólo para lo que tiene que ver
con lo político, con lo electoral, sino democracia como forma de vida.
Y una regla de oro de la democracia
es no permitir la simulación, porque eso fue lo que más perjudicó a México, la
simulación; o sea, una cosa era lo que decían las leyes y otra cosa era lo que
se hacía, esto desde el porfiriato. Y no pudo la Revolución a pesar de que fue
profunda, hacer los cambios en el terreno democrático; se avanzó en lo social,
desde luego, mucho, en lo económico, pero en lo político ya no estaba Don
Porfirio, pero se quedó Doña Porfiria.
Entonces, hay que, aunque se
molesten, seguir insistiendo en la democracia y que no haya electores
oligarcas, que no sean los de arriba los que decidan, los que impongan, que sea
el pueblo, porque eso es la democracia”
Hasta aquí las palabras del Presidente
López Obrador, quien ha expresado y a lo cual me sumo: ¡arriba los de abajo y
abajo los privilegios!
En síntesis, la oposición moralmente
derrotada tiene la candidata que merece; mientras tanto, nosotros, les
mostraremos una vez más, en 2024, el poder del pueblo: que está del lado de la
transformación misma que inició un gran líder, luchador social y actual
Presidente de la República: Andrés Manuel López Obrador, a quien el pueblo
–ejerciendo el hábito democrático- acompaña y respalda.
¡Sigamos en el camino de la
transformación, hasta que la democracia se haga costumbre!
¡Hasta la próxima Nornilandia!