Dra.
@_BarbaraCabrera
“Un
país habrá llegado al grado máximo de su civismo cuando en él se celebren
partidos sin árbitros”
José
Luis Coll
Pasaron los
tres debates presidenciales. La alineación se hizo presente en la cancha donde
cada jugador hizo lo suyo: Andrés Manuel López Obrador finteo bien a sus
adversarios, corría hacía la portería para anotar un gol, mostrando quien va
primero en las encuestas y preferencias. Sus lejanos adversarios José Antonio
Meade y Ricardo Anaya, a ratos desesperados, se metían zancadillas entre ellos
para tirarse y tal vez lograr que el árbitro les concediera un tiro libre
directo, como si eso los fuera salvar de la goliza de su principal rival. Meade
pretendió hacer su jugada maestra y resultó que al hacer tiro de esquina,
golpeo el balón con el poste. Ricardo Anaya con su peculiar estilo intentó golear,
y lo suyo terminó en un rudimentario autogol.
¿Y Heliodoro
Rodríguez? bueno, el candidato sembrado por el TRIFE estuvo ahí, a media
cancha, representando su papel de “El Bronco”. Mientras que los árbitros en
esta ocasión intentaron (y lo lograron más que en los debates anteriores)
llevar a los candidatos para que contestarán las preguntas de la afición; es
decir, llevaban las tarjetas amarillas y roja bien afiladas.
Este tercer y
último debate presidencial se vislumbraba un partido de alto riesgo, no fue
así. A pesar de las rabietas de Ricardo Anaya contra López Obrador, que al
estilo de esos jugadores que gritonean al árbitro por ser amonestados, se
mostró poco deportivo en la escena político-electoral. Por cierto, a quien
estuvieron a punto de sacarle la tarjeta roja fue al autodenominado “Bronco”,
quien valiéndole las reglas del juego, sacó su celular. Cuando le fue llamada
la atención, en su rudimentario comportamiento solo atinó a decir: “estaba
viendo la hora”
Mientras
desde el palco, nosotros los ciudadanos, expectantes tuiteamos los mejores
momentos.
Es el 1 de
julio, día cero en que tenemos la posibilidad de elegir a quien nos
representará y gobernará. Contrario a lo que opinan algunos, considero que
estos días pueden ser decisivos; es preciso no confiarnos y seguir haciendo
llamados para que todos informados y en libertad, salgamos a votar. Si nos
descuidamos y no lo hacemos, estamos lanzando a México, al precipicio.
El 14 de
junio comienza el mundial y con el silbatazo inicial los ánimos estarán
dirigidos al deporte de la patada, sin importar que de la patada estamos en un
país futbolero que grita gooooool con una pasión exacerbada, donde a pesar de
la situación algunos suelen guardar silencio ante los llamados que implican la
construcción de una ciudadanía proactiva, propositiva, revolucionaria,
contestataria. De esa que no se deja inmovilizar por políticos que se creen
dueños del poder.
Y en esta
fiebre futbolera, vale la pena llamar la atención de los pamboleros que solo
sueñan, comen y viven del fútbol. Decirles que a la par de las porras a su
selección de preferencia, hagan lo suyo en la palestra socio-política. Salir a
votar es hoy un acto que se debe volver impostergable, por el rescate de este
aún #MéxicoLindoyHerido.
No sean solo
espectadores, los invito a que juguemos y lo hagamos bien. Pues en estos días
no solo se disputa una copa del mundo, sino el destino de un país entero. Luego
no digan que no se los advertí. Reflexionemos. Actuemos.
¡Hasta la
próxima Nornilandia!