27 jul 2016

SER CIUDADANO/A

“¡No hay ciudadanía sin determinación!”
@BarbaraCabrera

Ciudadanía, palabra conformada por 10 letras y un acento, que desde su definición evoca diversos sentimientos.
Cuando se habla de ella, desde la academia, en charlas de café, y hasta en pláticas casuales; la percepción de su ejercicio, varía. Punto y aparte es señalar cómo la alude y utiliza el espectro político. Al final, se trata de un solo atributo constituido por matices en la que cada uno le imprime su sello.
Sobre este tópico, hace unos días tuve uno de esos diálogos fortuitos acompañados de varias tazas de café, con diferentes actores acerca de las implicaciones de la ciudadanía y lo que significa ser ciudadano/a en esta época. Los temas fueron diversos, contradictorios y hasta polémicos. Hay quien defendía la visión legal y reduccionista para decir “¡eso es ser ciudadano!” y se referían a tener la mayoría de edad, así como un modo honesto de vivir. Y sanseacabó, en eso circunscribía esta calidad.
Otros, apuntaban elementos, como la obligación de pagar impuestos y votar en cada elección [¡Caray, como si con estas acciones alcanzara para sentirse ciudadano/a!]. Luego, no falto el defensor del establishment que sugirió: la ciudadanía es una condición moldeada por el gobierno, quien debe decirnos cuál es el camino y rumbo. [¡PLOP!]. Absortos en lo que representa ser ciudadano/a, varios desenfundaron sus smartphones; gratamente fui sorprendida debido a que uno de los presentes leyó en voz alta una de mis #Nornilandia de 2014 que continúa vigente [excepto porque se consumó las leyes secundarias de las reformas estructurales], la cual redacté en torno a estas temáticas y a la que di título con una interrogante al estilo Mafalda ¿POR DÓNDE HAY QUE EMPUJAR ESTE PAÍS PARA LLEVARLO ADELANTE?  [Por acá la leen, para la desmemoria http://bit.ly/Us169N] en dicho texto, trazando múltiples interrogantes aludo diversas maneras para generar cambios.
No obstante, hablando en macro, pocos, aún, son concientes de la valía de estas 10 letras y las implicaciones que de suya son; por eso son insistente en hablar y generar conciencia en estas cuestiones; tanto en mis columnas, así como en mis líneas de investigación, generación y aplicación del conocimiento.
En este orden de ideas, el “Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México” auspiciado por el Instituto Nacional Electoral y El Colegio de México [consultable aquí http://bit.ly/29yJCzS]. En específico, el rubro 3. “Sociedad civil y ciudadanía (participación no electoral)”, enlista los tipos de participación política no electoral en la que se involucran los mexicanos [Nota al margen: digiérase la siguiente información únicamente como un indicador, el lector deberá confrontar con la observación participante y su experiencia personal]; dicho lo anterior, veamos:
Los mexicanos participan: platicando con otras personas sobre temas políticos [39%]; con su asistencia a reuniones de cabildo municipal o delegacional [12%]; colaborando en las actividades de los partidos políticos, previo y durante las campañas electorales [11%]; intentado convencer a sus amigos para que voten por los candidatos que cree son los mejores [11%]; leyendo y compartiendo información política por alguna red social de la Web como Twitter o Facebook [10%]; firmando peticiones o documentos en señal de protesta [9%]; participando en manifestaciones o protestas públicas [6%]; tomando o bloqueando lugares o instalaciones públicas (calles, carreteras, monumentos, edificios) [3%]; y, participando en una huelga [2%].
Lo cierto es que la escasa o nula participación contribuyen a: a) defender el status quo; b) a mantener en la palestra pública a los actores políticos de siempre; c) a no brindar oportunidades, sea a nuevos mecanismos de participación para incidir en la agenda pública, o bien a partidos políticos cuya visión es distinta a la del Sistema.
Dejo por aquí el siguiente silogismo para la reflexión: SÍ de acuerdo al Barómetro de las Américas, en comparación con otras sociedades latinoamericanas, los mexicanos no son especialmente participativos; ENTONCES, es ineludible trazar la ruta de intervención [en la medida de posibilidades de cada quien] para la conformación de una ciudadanía proactiva, que influya en la agenda pública.
¿CONSTRUIR CIUDADANÍA? Sí ¿QUÉ ES? Alude al proceso por el cual una persona que reviste o va a revestir la condición de ciudadano cuando obtenga la edad necesaria para ejercer plenamente sus derechos, va formando su personalidad individual y social en base a los valores que la comunidad que integra, considera valiosos y positivos para que una sociedad democrática se desarrolle en orden, en paz y en miras al progreso ético, material, tecnológico y científico. [Fuente: http://deconceptos.com/ciencias-juridicas/construccion-ciudadana]  ¿CÓMO SE HACE? Con libertad, igualdad, información, responsabilidad y participación ¿CUÁNDO? Ahora ¿QUIÉN O QUIÉNES? Todos ¿ES SENCILLO? No ¿VALE LA PENA? ¡Por supuesto!
Actualmente, estamos ante una grave crisis de desmemoria colectiva, que trasladado al ámbito de decisión socio-política, resulta de suyo un desastre; de ahí que pugno por un ¡No a la desmemoria! ¡No al pensamiento único! ¡Sí a generar un crecimiento, a partir del pensamiento crítico, la argumentación y la acción! ¡Bienvenida la construcción de ciudadanía! y recuérdese ¡No hay ciudadanía sin determinación!
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima Nornilandia!