@BarbaraCabrera
“Sería magnífico, yo creo,
ayudar a hacer de México un lugar feliz”
Pancho Villa
¡Cuánta belleza tiene este país! Con
ciudadanos en la búsqueda constante de la democracia y de mejores instituciones.
En Argentina, Francia, Irlanda,
Colombia, España, China, sin olvidar México y demás latitudes, compartimos
visiones y problemáticas que laten al unísono, en unos con más intensidad que
otros. Cada cual intenta resolverlos o tal vez perpetuarlos, según sus intereses
y necesidades.
Ya lo dijera alguna vez Julio
Cortázar “No me creas demasiado optimista; conozco a mi país, y a muchos otros
que lo rodean. Pero hay signos, hay signos”
Circunstancia coincidente en estos
tiempos convulsos en este #MéxicoLindoyHerido, donde a partir de las
adversidades, los ciudadanos comienzan a despertar. Hay signos, en efecto, de
que podemos rescatar lo que nos queda de país. Lo importante es que no caigamos
en provocaciones, como la acontecida hace unos días, en una evidente
infiltración de un grupo violento en la manifestación sobre el caso Ayotzinapa,
que grafiteo e intento quemar la puerta de Palacio Nacional, la cual en un
santiamén goza de cabal salud; no así #MéxicoLindoyHerido. En lo que debemos
caer es en acciones que nos permitan estar unidos y seguir hacia adelante.
Actualmente, estamos ante
“autoridades” consternadas. Como olvidar el #YaMeCansé de Murillo Karam aquél 7
de noviembre, dicho en plena conferencia para “informar” sobre el caso de los
43 normalistas desaparecidos; quien reculando su desafortunada expresión ha tratado
de justificar arguyendo que no se trata de un problema de vigor, sino de
sentimiento. Este país tiene un “Presidente” que se dice “dolido” por el caso
de los normalistas de Ayotzinapa, pero “tiene que seguir trabajando para que
México no pierda oportunidades” dijo el vocero Eduardo Sánchez; por eso en
medio de una crispación social se fue de gira por China y Australia. ¡Que más
le dan los problemas que ha heredado y generado! ¡El extranjero no puede
esperar!
¡No permitamos que esas y otras
conmovedoras actuaciones, nos mantengan en este continuismo que ha estancado el
progreso que anhelamos!
Los pesimistas dirían, tal cual lo
expresó James Joyce “Ya que no podemos cambiar de país, cambiemos de tema”, yo
diría todo lo contrario, hoy más que nunca es trascendente actuar, difundir,
involucrarse; dejar atrás esa visión reduccionista de que el poder hay que
entregarlo/delegarlo sin más y no saber nada más. De hacerlo, seríamos
cómplices, por omisión, de la corrupción e impunidad y de todo lo que ahí
derive.
Por fortuna, avanzamos, aunque no
como quisiéramos y como el país nos lo demanda; y será así cuando la vida sea
de tal forma que quienes lo habitemos no queramos dejarlo.
Los hechos que hemos vivido en los
últimos días –y los que faltan- nos demuestran que otro México sí es posible,
aunque llegar a él no será sencillo, la tarea es ardua y la comprenderemos
cuando racionalicemos que no estamos ante un México sino ante muchos Méxicos.
¿Acaso tendremos que llegar al
extremo irónico de colocar un letrero grande que diga lo expresado por Alberto
Vázquez Figueroa: País a la deriva necesita renovar a todos sus políticos de
todas las ideologías. Imprescindible no tener experiencia. Se garantiza que
aprenderán a robar en un plazo de seis meses. Futuro garantizado? Como puede
verse se estaría ante un círculo vicioso/tortuoso, ya que la corrupción pasaría
de unas manos a otras.
¿O será que todos nosotros somos muy
injustos?, ¿Deberíamos estar agradecidos con nuestros políticos que muestran,
con sus lujos, que estamos en jauja? Un ejemplo lo tenemos en “La
Casa Blanca ” que aguarda el retorno de EPN
y familia una vez concluido el sexenio; por cierto, una morada que bien podría
ser de interés social, no por sus dimensiones y características, sino porque
esclarecer como se adquirió, es un asunto que a todos atañe.
En un mundo paralelo, seguramente esa
casa sería el premio que resulta de un “esfuerzo” inusitado por mover a México,
que incluye:
·
La bienaventurada elección transparente, austera y
democrática con la que el señor Peña llegó a Los Pinos.
·
La legitimidad y aprobación ciudadana que respalda al actual
gobierno.
·
La certera firma del Pacto por México, donde todos fueron uno
mismo, que derivó en 11 adecuadas reformas estructurales.
· Por su ardua y efectiva guerra contra el crimen organizado,
herencia de su par Felipe Calderón.
¡Muchos logros, una casa como premio
y recompensa! Tal vez yo esté equivocada y no somos un país de tercer mundo y
bajando; por ellos, debemos decir que estamos a la altura del primer mundo.
La realidad es que vivimos en una
telenovela sexenal, tan real como la vida misma. Para muestra baste ver que una
actriz jubilada ejerce el cargo de “primera dama” y que quien se asume como
“Presidente” fue erigido a partir del poder de la televisión ¿queremos seguir
así?
Para entender México, además de
conocerlo y analizarlo; hay que vivirlo.
¿Este país tiene esperanzas? Tomemos
en cuenta que el edificio democrático debe tener como principal cimiento un
gobierno legítimo y efectivo, con una ciudadanía que se asuma y ejerza como
tal. Avancemos, sin maquinaciones, ni simulaciones.
Por hoy es todo.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!