@BarbaraCabrera
“Mis
primeros recuerdos tienen que ver con la revolución y éstos influyeron el resto
de mi vida. Comprendí que no había un México sino muchos Méxicos”
Fernando
Benitez
En
plenas fechas patrias para este México lindo que continúa herido, pero que
ahora se ha vuelto dividido; donde celebramos la independencia del país como
consecuencia de haber transitado por un proceso político-social resuelto por
las armas–periodo conocido como la guerra de independencia que dio comienzo el
16 de septiembre de 1810 con el famoso grito de Dolores y finalizó el 27 de
septiembre de 1821 con la entrada del ejército trigarante a la Ciudad de México-
se torna imprescindible hacer un ejercicio introspectivo acerca de la situación
actual que impera en el país.
A
través de las diferentes entregas de esta Columna, he presentado múltiples
aspectos de crítica al poder para provocar el pensamiento crítico-analítico y
reflexivo; y derivado de ello actuar en consecuencia; la meta, es lograr que la
ciudadanía se levante de su cómodo sillón de status quo donde cada cual sea responsable de hacer lo que le
corresponde ¡ni más, ni menos! ¿Suena sencillo, verdad? Entonces, ¿a que se
debe que no terminemos por sacar adelante este país?
Al
igual que ocurre en otras latitudes, hoy en día la división social esta
presente en México; misma que se da por diferentes factores: las ideologías
partidistas y religiosas; desigualdad económica; falta de acceso a las nuevas
tecnologías y así podría seguir enumerando. Es un hecho, existen muchos Méxicos
en los cuales confluyen elementos que de una u otra manera perjudican a todos
quienes habitamos este territorio, a saber: tenemos instituciones carcomidas,
con presupuestos que no terminan por alcanzar; con políticos que se reciclan
una y otra vez.
¿Qué
nos queda? Ser ciudadanos, lo he dicho y lo reitero. ¿Es acaso oportuna una
nueva revolución? En efecto, pero distinta a la armada.; ya con esta guerra que
no es guerra –según Calderón- suman más de 70 mil muertos y contando. ¡Ya no
más!
Lo
mejor que puede darnos una revolución en estos momentos, es aprender a pensar
por nosotros mismos; a cuestionar a la autoridad y a decir no cuando el status
quo comodón aparece ante nosotros para seducirnos y regresarnos al modo de
simulación ciudadana, donde la pasividad es la cereza de las “cualidades”.
Es
todo por hoy. ¡Nos leemos la próxima Nornilandia!
Continúenos
el intercambio de ideas en Twitter, me
encuentran como @BarbaraCabrera