@BarbaraCabrera
De un tiempo para acá, el país amanece con un buen número de noticias desalentadoras. Y cuando tomamos un “respiro”, resulta que se suscitan hechos peores que los anteriores.
Esa es la situación que marca el día a día nacional. Vivimos tiempos difíciles, es urgente que reflexionemos. Hasta los más optimistas se dan cuenta de ello. Debo confesar que ya no me permito despertar y prender el noticiero matutino, y mucho menos acompaño mi desayuno de los periódicos del día. Opté por escuchar la radio en el transcurso a mi trabajo y leer el periódico llegando a la oficina, para estar debidamente informada. Se necesita mucho estómago para aguantar las imágenes en fotografía o en televisión de los daños colaterales y no colaterales de cada momento.
Afortunadamente no he perdido la capacidad de impresionarme con los hechos de sangre que a cada rato ocurren en el país. Porque quien pierda esa sensibilidad y no sienta nada al ver, por ejemplo, como lavan la sangre de los últimos masacrados en Ciudad Juárez y como con una espátula quitaban la adherida al suelo, considero lo han perdido todo. Suena pesimista y catastrófico, lo sé; pero es la realidad imperante.
¿Y que pasa con la sociedad en general?, veo a mi alrededor una especie de alteración colectiva (utilizaría el término neurósis, pero no tengo certeza que esté bien aplicado); se pasan los altos, no saludan a quien les esboza una sonrisa cordial, vivimos muy rápido; las reglas mínimas de civilidad se están diluyendo, y me atrevo a decir que muchos ni cuenta nos damos de esta situación. Se actúa por instinto.
Por ello, llegó el momento de hacer un alto en el camino en estos tiempos difíciles para reflexionar.
Ya la semana pasada los invité a soñar; hoy considero una necesidad que juntos recapacitemos acerca de lo que ocurre y como ciudadanos proactivos y responsables, hagamos las propuestas pertinentes para mejorar la situación del país. Ya lo he dicho, y lo reitero en esta columna: no permitamos que México se nos desmorone entre las manos.
Nos leemos la próxima Nornilandia.