10 ago 2016

LIBROS MUTILADOS… ¡PERDÓN!

“Cada libro –bien masticado y digerido- deja una huella indeleble en nuestras vidas”
@BarbaraCabrera

Este país va de perdón en perdón. Desde la mea culpa de Enrique Peña Nieto que derivó en un “ustedes disculpen mexicanos” por aquello de su imperiosa necesidad de adquirir una casita por interpósita esposa para que su familia extendida tuviera un cómodo y cuestionable modo honesto de vivir; hasta el perdón de Luz María Ortiz Quintos, presidenta neolonesa de padres de familia, a propósito de la solicitud de arrancar hojas de los libros de texto de aquellos lares.
Contextualizo al lector y cito:
La Unión Neolonesa de Padres de Familia y la Asociación de Padres de Familia, se reunieron el viernes con diputados del PAN, PRI, Nueva Alianza, Partido del Trabajo y la bancada independiente para solicitar apoyo legal para plantear la propuesta a la Secretaría de Educación.
“Arrancar hojas, literal. Estamos proponiendo que se arranquen las hojas de los libros de texto, en donde de acuerdo con los especialistas, la información que se está manejando a la edad a la que a los niños se les está dando no es la forma correcta”, manifestó Ortiz Quintos.
Algunos de estos contenidos ya aparecían en los libros de ciclos anteriores, por lo que pidieron perdón por no haber hecho los señalamientos en su momento.
Las asociaciones aseguraron que el incremento en el número de embarazos en adolescentes es producto de la información contenida en estos libros de texto.
Esta imagen muestra parte de las hojas que se pretenden arrancar a los libros.
Juzguen ustedes.

Lo anterior evoca varias circunstancias:
a) Esta intentona de mutilación de libros de textos representa una simbólica quema de libros contemporánea [consúltese aquí quemas de libros en la historia http://bit.ly/2b8Y5bH] aunque sin lumbre de por medio, que de suyo tiene una visión reduccionista que se antoja tanto como querer “quemar” el pensamiento.
b) La concepción simplista de los contenidos de los libros de texto son los culpables de ciertas problemáticas [libros tontos, diría el vulgo].
c) La preocupante y prontona intervención de Hernán Salinas, diputado del PAN quien se sumó al rechazo de los libros, y afirmó apoyaría la solicitud de las asociaciones.
Veamos.
Cuando algo no gusta, regularmente se evade. Cuando no se concuerda con determinada acción o pensamiento, ocurren diversas situaciones: se debaten las ideas para llegar a un entendimiento; se lee más al respecto; se acude a un tercero, para pedir su opinión y en ocasiones resolver el entuerto; o al estilo Homero Simpson no se piensa, se reacciona; es cuando solo importa el “yomi, yomi, yomi” [recuérdese el capítulo de esta popular serie cuando en su adolescencia, Homero se pierde un alunizaje por estar escuchando música); o tal vez cuando se intenta procesar una idea, únicamente viene a la mente un changuito tocando un tambor [nótese como aludo al mismo personaje amarillo de la citada serie].
Pues bien, Nuevo León parece que encontraron a integrantes de este tipo de pensamiento y los pillaron reunidos para discutir el absurdo de erradicar de los libros de texto cualquier alusión al sexo, planeación familiar y métodos anticonceptivos. El cónclave conservador parecía tener una cita con el medioevo.
¿En serio? ¿Esto ocurre en el siglo XXI? ¿Alguien les dijo a estas personas que estamos en el año 2016? ¿Creen que el tabú a este tipo de temas resuelve los [sus] problemas? ¿Mutilar libros? ¿Arrancar páginas? ¿Y “el bronco” gobernador que dice –además de llamar gordas a las adolescentes embarazadas-? Pobre Monterrey, con ese retraso de pensamiento seguramente hasta el cerro de la silla querría ser reubicado.
Este es solo un tema, al que podrían sumarse tantas más implicaciones. Finalizo esta Nornilandia con dos puntos:
a)     La educación es todo, la que bien encauzada debe estar orientada a generar el pensamiento crítico-analítico y universal, el cual inicia con la dotación de informaciones [las que provienen desde casa, se fortalecen en las instituciones educativas, se practican en la sociedad y se refuerzan con el sentido común]; todo ello para contribuir a mejores toma de decisiones, que sin duda contribuyen a la construcción de una ciudadanía interesada e involucrada en los asuntos públicos y en su comunidad.
b)  Hago un atento llamado a quienes están sentados en una curul –algunos les llaman legisladores, yo prefiero dirigirme a ellos simplemente como diputados- para hacerles saber que su fuero, la burbuja en que se encuentran; las potestades de las que gozan, son efímeras. Racionalicen antes de actuar. No quieran pasar a los anales de la historia como unos vulgares bufones que legislan basados en filias y fobias. Mismo comentario aplica a todos los curuleros, sean federales o estatales.
Lo dejo a la reflexión.
PD. ¡Larga vida a los libros leídos y digeridos!
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!