13 nov 2012

“FACTOR DEMOCRACIA”


@BarbaraCabrera

“La democracia necesita una virtud: la confianza. Sin su construcción, no puede haber una auténtica democracia”
Victoria Camps

Hoy quiero que hablemos de democracia; sí mis lectores, dialoguemos sobre esas 10 letras que conforman un concepto inacabado tan repetido en los discursos políticos, las más de las veces son conocer, ni comprender su verdadera esencia.
Etimológicamente democracia significa el gobierno del pueblo. Sin embargo, en nuestro nivel histórico, tanto en occidente como en oriente no existe forma política alguna en la cual el pueblo como tal, ejerza el poder político. La palabra democracia tiene diversos significados y se emblematiza de diferentes maneras. Su uso ha ido en expansión en el discurso político; invade cada vez más los ámbitos no políticos, como el medio económico, familiar, cultural y hasta en el deporte.
Una de las definiciones más socorridas de este lado del mundo es la que aporta Abraham Lincoln, citada porque tiene las ventajas de ser breve, directa y clara: la democracia es “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”; sin embargo, no basta para definirla; pues la utilización de democracia en su sentido literal inicia un discurso descriptivo cuya íntima naturaleza es permanecer inconcluso.
La democracia es un principio que sirve de base para un buen gobierno, donde un instrumento esencial para ejercerla es a través del voto, momento cumbre donde acudimos a las urnas para decidir a quien delegaremos la responsabilidad ejecutiva y legislativa.
En este preciso momento es relevante parafrasear a Bovero, quien afirma de manera acertada que muchas de las “desilusiones de la democracia tienen su raíz en la misma naturaleza indirecta del proceso decisional político” ya sea porque se pierde o porque esta mal representada; después del voto, los ciudadanos se sienten alejados de sus representantes, y estos, se transforman en un ser superior. Como decía Orwell, todos los ciudadanos son iguales, pero algunos son más iguales que otros.
La participación de la sociedad al momento de elegir a sus representantes es fundamental, pues nada menos se elige a quienes deberán cuidar nuestros intereses y legislar en favor de una sociedad plural como la nuestra.
Debo decir desde este espacio, que la participación, no es suficiente para entender la dinámica de la democracia, pero sin participación, sencillamente la democracia no existiría. Ahí es donde ésta realmente cobra su peso real: el valor que tiene la ciudadanía de construir un sistema democrático con su participación.
  
Es cuanto por esta ocasión.

Mientras llega la próxima Nornilandia, intercambiemos ideas en Twitter. Me encuentran como @BarbaraCabrera