28 oct 2011

“¿REELEGIR O NO? ¡YA NO ESTÁ A DISCUSIÓN!”

@BarbaraCabrera

“Cuando un parlamento no influye en la marcha de la sociedad, cuando no prevé el futuro y no traza los caminos para el porvenir, es un parlamento pequeño e infructuoso que en lugar de ayudar al gobernante lo estorba”

Vicente Lombardo Toledano


Estos días han sido intensos en el salón de pleno en San Lázaro, los Diputados Federales están inmersos en el debate, discusión, negociación, concertacesión de diversos tópicos que giran en torno a la reforma política tan necesaria en el México lindo y herido que nos toca vivir y hasta padecer.

Y dentro de ese bagaje, existe un tema traído y llevado en la agenda nacional, el cual ha sido motivo de promesas incumplidas de campaña e inspiración de diversas iniciativas; en efecto, me refiero a la reelección consecutiva de legisladores.

A pesar de que se han presentado a través de los años diversas propuestas para incluir la reelección consecutiva de legisladores; en esta Nornilandia, únicamente tomaré una muestra representativa; para ello escudriñaré en algunas de las iniciativas presentadas de 13 años para acá.

En 1998, este tema se volvió a plantear en la Cámara, cuando algunos Diputados del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional: Mauricio Rossell Abitia, Oscar González Rodríguez y Jorge Cañedo Vargas, la propusieron. Las controversias no se hicieron esperar en diversos sectores, por lo que el asunto terminó en el archivo del Diario de debates, sin un análisis calificado y objetivo.

En abril de 2003, se presenta nuevamente una iniciativa de reforma en la Cámara de senadores, por parte de un grupo de legisladores encabezados por el senador del Partido de la Revolución Democrática, Demetrio Sodi de la Tijera. La iniciativa se quedo en la discusión en comisiones y se guardo.

Fue hasta febrero de 2004, cuando el diputado panista Germán Martínez Cázares, presentó una iniciativa similar con respecto a este tema. Aunque dicho documento se difundió en diferentes medios de comunicación, no logro reunir una opinión favorable entre los legisladores. La iniciativa se turnó a comisiones y ahí se quedó.

El 10 de febrero de 2005 el Pleno del Senado de la República discutió y votó un proyecto de decreto de reforma constitucional para permitir la reelección consecutiva de legisladores. De acuerdo al resultado de la votación, se emitieron 50 votos a favor; 51 en contra y 1 abstención, por lo que la iniciativa se regresó a comisiones.

En la agenda de la Reforma del Estado de 2006, sólo un rubro parecía promisorio: la reelección consecutiva de legisladores, toda vez que, aparentemente contaba con el suficiente apoyo de las diferentes fuerzas políticas para ser aprobada. No pretendía cambiar de raíz el funcionamiento del sistema político, se veía más como una medida para hacer más responsables a los legisladores. No obstante, al discutirse el dictamen en el pleno, algunos senadores argumentaron que esta modificación es insuficiente y que se necesita una reforma más amplia que incluya otros temas. Otros, argumentaron que la reelección impediría la movilidad política, pues los cargos quedarían concentrados en un pequeño grupo. Su preocupación es que la curul deje de ser trampolín para otros puestos políticos, mejores y más jugosos.

La reforma naufragó porque los senadores del PRI, necesarios para lograr una mayoría calificada, cambiaron de opinión de último momento. Emitieron, según sus propias palabras, un voto de “arrepentimiento”.

En 2011, el escenario no es distinto. El miércoles 26 de octubre, segundo día de la discusión de las reservas a la Reforma Política, uno de los temas que ocuparon la mayor parte del tiempo fue la propuesta del Partido Acción Nacional de incluir este tópico. Es importante señalar que tenía el respaldo de un sector del Partido de la Revolución Democrática; no obstante, había mayoría priísta, ecologista y de Nueva Alianza, quienes resolvieron que primero hay que “agotar previamente una consulta popular, a efecto de que sean los propios ciudadanos los que definan, en una consulta formalmente organizada por el IFE, si están a favor o en contra de la reelección consecutiva”

¿El resultado? 237 votos se impusieron a 171 que proponían: “los senadores y diputados al Congreso de la Unión podrán ser reelectos en forma inmediata; los primeros hasta por un periodo adicional y los segundos hasta por dos”

Pareciera que los legisladores se conocen muy bien, y optaron por mejor no intentar perpetuarse en las Cámaras -léase la de Diputados y Senadores- ¿o será que le temen al castigo ciudadano con nuestro voto en contrario por no representarnos como es debido? ¿Cuáles son las verdaderas razones para una vez más rehúyan a este tipo de reformas? ¿México lindo y herido estaría preparado para ello? ¿Qué opinan mis lectores?

Lo cierto es que, si la reelección ha de prosperar algún día en este país, será porque las ventajas para aquellos que tienen el poder de convertirla en ley, son mucho mayores que sus desventajas.



Lo dejo a la reflexión.



¡Nos leemos la próxima Nornilandia!