@_BarbaraCabrera
“La democracia tiene que convertirse en un hábito porque eso va a ayudarnos a que nadie en ningún nivel de la escala se sienta absoluto, que nadie olvide que el pueblo es el que manda, que el pueblo pone y el pueblo quita, el pueblo es el soberano”
Palabras del presidente Andrés
Manuel López Obrador al salir de la casilla al inicio del proceso de revocación
de mandato, aquel 10 de abril de 2022.
En tiempos
neoliberales fueron varios los términos que parecían estar vetados; los que si
acaso alguien osaba siquiera mencionarlos podía haber sido llevado al cadalso
más recóndito de aquel corroído sistema, o ser etiquetado como un peligro para
México. Me refiero a expresiones tales como
participación ciudadana directa, cuyo principal ejemplo lo tenemos en las
Consultas Populares; la conferencia matutina diaria del presidente, conocida
como “La Mañanera”; la Austeridad Republicana; el Estado de Bienestar, entre
otros.
En esta
ocasión, en esta Nornilandia, quiero destacar una de las figuras que han hecho
patalear a los integrantes de la oposición moralmente derrotada, me refiero a
la revocación de mandato; de la que tal vez alguno que otro político
conservador habló en su discursos, pero a la hora de someterse a ella, dijeron
¿revocación de mandato? ¡No conozco a ese pokemon! Tal es el caso de un goberladrón
naranja de occidente de cuyo nombre no quiero acordarme, pero al que ustedes sí
deben tener en el radar, toda vez que dicho personaje manifestó se sometería a la
revocación del mandato. Al respecto, recuérdese uno de sus tweets, del 21 de
noviembre de 2018 a las 5:34 pm, donde como respuesta a un tuitero aseveró: “la
revocación de mandato ya existe en la legislación jalisciense (…); los
ciudadanos la solicitan ante la autoridad electoral. Yo me someteré a la mitad
del sexenio a una ratificación de mandato como ya lo hice en Guadalajara y
Tlajomulco”. En efecto, el mecanismo existe en dicha entidad federativa, pero
no es suficiente tener una “ley de avanzada” hay que llevarla a la práctica
para que no quede –como otras- plasmadas en papel y nada más. Se preguntarán
¿por qué le huye a este ejercicio? La respuesta es simple: por su mal gobierno,
el escaso respaldo que tiene de los jaliscienses (menos del 32%); por la crisis
de inseguridad que vive la Entidad, el alarmante incremento de desaparecidos y
feminicidios; súmese a ello el endeudamiento público desmedido, el sometimiento
de los otros dos Poderes Públicos a sus caprichos. Por cierto, recientemente se
le vio agresivo hacia unos manifestantes que pedían, en Sayula, Jalisco; la no
destrucción del patrimonio cultural. Este señor –siempre ecpático (contrario a
la empatía) y actuando conforme a su naturaleza- les dijo: “toooodo lo vamos a
hacer… los que deberían dejarse de grillas son ustedes y ponerse a trabajar”
Otro
ejemplo de desatinos y gobiernos malogrados, lo encontramos en el norte del
país, auspiciado también por el partido
del “Nanananana nanana… Nanananana nanana”
Me
refiero al del TikTokero Samuel García que enfrenta por sus malas decisiones la
crisis del agua; el alza al transporte; la inseguridad; así como una escalada
de protestas por la desaparición de mujeres y por los feminicidios en la
Entidad, donde los casos emblemáticos más recientes son los de Debanhi Escobar
y Yolanda Martínez. ¿Verdad que no es lo mismo gobernar que ser influencer en
redes sociales? Estemos atentos al despertar de los neoloneses y veamos si el
señor García es el primer gobernador en ser despedido al ser sometido a un
proceso de revocación de mandato. Por lo pronto, el Congreso del Estado de
Nuevo León ya aprobó en Comisiones la reforma a la Ley de Participación
Ciudadana para abrir la puerta a este ejercicio de participación ciudadana. No
se pierda de vista que en diciembre de 2021 se aprobó dicha figura, sin embargo
se estableció que entraría en vigor a partir del 5 de octubre de 2025, es decir
que no sería aplicable a Samuel García; no obstante, por el descontento social
derivado del desgobierno del TikTokero, se contempla adelantar la entrada en
vigor del referido mecanismo. El siguiente paso será votar la iniciativa en el
pleno, para ello se requiere de la mayoría calificada, que en Nuevo León
representa 28 votos de los 42 diputados. Con esta medida, se permitiría que los
ciudadanos de Nuevo León puedan acceder a la figura de revocación de mandato
durante el sexenio 2021-2027 y no hasta el siguiente.
Revocatoria
de mandato, revocación de mandato, referéndum revocatorio o elecciones
revocatorias –depende del país de que se trate, adopta un nombre distinto, pero
su finalidad es la misma- es un procedimiento legal a través del cual los
votantes determinan la permanencia o no de una persona que llegó al cargo por
una elección popular, ya sea por votación directa, recolección de firmas o una
combinación de ambas. En suma, estamos ante un ejercicio de participación
ciudadana directa que hace realidad la premisa de que el pueblo pone y el
pueblo quita.
La revocación de mandato
–que actualmente está en vigor y se ha practicado a nivel federal- es para que nunca más mantengamos en el poder
a esos políticos conservadores, entusiastas del neoliberalismo que se creen
dueños del Estado, del municipio o de la curul donde descansan plácidamente,
como si se tratara de una franquicia o de un botín desde donde podían
repartirse el presupuesto o el poder, a placer. Con los ejemplos aquí plasmados
¿ven por
qué es importante promover la revocación de mandato en todos los niveles?
Merecemos
tener mejores gobiernos en las Entidades donde aún está enquistado el
neoliberalismo.
Merecemos
tener representantes populares más comprometidos con sus electores en el Poder
Legislativo y no simples curuleros al servicio de las fuerzas conservadoras.
Merecemos
tener la posibilidad real de revocar el mandato a sátrapas como los dos
aludidos en esta columna para no permitir que continúen saqueando y destruyendo
a los Estados, porque no es lo mismo ser influencer TikTokero (caso Samuel García);
o querer gobernar desde las redes sociales (caso Enrique Alfaro).
Lo
anterior se los dejo a la reflexión, para llenarnos de acciones.
Es todo
por hoy.
¡Hasta la
próxima Nornilandia!