“Gobernante que tenga que resguardarse
de su pueblo no sirve de nada”
@BarbaraCabrera
Todos los
días, como cada día a primera hora reviso diferentes periódicos; para estar al
tanto, estar informada y contrastar editoriales para generar mi propia opinión,
a partir de mi observación participante.
Estamos ante
un gobierno sensible que incrementa cada vez más el nivel de no querer que se
le toque con el pétalo de una crítica.
Un gobierno
que al estilo de los clásicos “ciudadanos Vargas” pretende hacer notar que
pasan puras cosas buenas; mostrar que estamos en jauja; y, lavando la cara al
país e intentando ponerlo presentable, lo ofrecen al mejor postor; y lo hacen
con la Ley en la
mano, con reformas estructurales aprobadas por un grupúsculo de políticos que
se protegen los unos a los otros y que se reciclan trienio tras trienio;
sexenio tras sexenio; salvo escasas excepciones.
Un gobierno
que en palabras de Osorio Chong quiere quitar el estigma que pesa sobre Iguala.
Un gobierno
que pone al servicio del señor Enrique Peña Nieto un avión nuevecito para
levantar el vuelo a tierras extranjeras, para olvidar lo deslegitimado de su
estancia en Los Pinos.
Un gobierno de
políticos paseantes y dadivosos en y con el extranjero; que dicen estar
promoviendo el país, lo cual indudablemente se refleja y no precisamente para
mejorar.
Un gobierno
simulador: de malos modales con los suyos; pero de finas maneras en otros
países, con los que es importante “quedar bien”.
Un gobierno
que afirma que minimiza la corrupción calificándola como algo cultural.
Un gobierno
consolidado en el lema de no ver, no oír y no escuchar aquello que no le
conviene.
Y nosotros,
los ciudadanos ¿qué estamos haciendo ante esta canija situación que tarde o
temprano nos alcanzará a todos? ¿Qué ocurre con los que siguen cómodamente
sentados en su sillón de status quo?
La intensa
participación ciudadana, sepan todos no debe ser cuestión de moda, ni moneda de
cambio. Inmiscuirnos en asuntos públicos es una obligación y una motivación en
tiempos donde más que nunca el gobierno y sus instituciones se muestran con
miras internacionales y una incómoda ceguera nacional, escondiéndose de los
ciudadanos y pactando en lo oscurito. Es tiempo de los ciudadanos #NoRendirse
es la máxima.
Es todo por
hoy.
¡Hasta la
próxima Nornilandia!