@BarbaraCabrera
“Los legisladores necesitan
ciertamente una escuela de moral”
Simón Bolivar
Se
acerca peligrosamente el 7 de junio, fecha decisiva para ver qué rumbo tomará
este aún #MéxicoLindoyHerido, saber si el dinosaúrico y servil continuismo nos
hará presas o si como lo ha convocado de
manera recurrente el Doctor en Derecho Samuel Hernández Apodaca (@iusfilosofo
en Twitter), le quitamos el Congreso
al Señor Peña, para lograr equilibrar los poderes y no seguir permitiendo que
“Mueva a México” a su antojo y bajo las órdenes de quien o quienes peinan su
copete.
Pues
verán mis lectores, ese día, el de las elecciones, elegiremos a quienes
integrarán la Cámara
de Diputados; 300 serán electos de manera directa (uninominales) y 200 por
representación proporcional; es decir, el número que cada uno de los 10
partidos políticos contendientes logre colocar en las curules, dependerá del
nivel de votación; de ahí la trascendencia de concientizar de que si te
abstienes o anulas tu voto, estarás consintiendo a que la mayoría escale y obtenga
su curul; así que cuidadito. Esta crisis de representación en que nos
encontramos, tenemos que superarla con mejores decisiones.
De ahí
que sea necesario participar no solo para castigar a la defectuosa
representación política que hoy padecemos; hagámoslo también con el ánimo y la
disposición de ser factor decisivo e influyente en las decisiones en aquellos
que han llegado al gobierno y que tienen la obligación de tomar en cuenta a sus
mandantes; de esta manera aseguraremos que paulatinamente que sus decisiones
realmente obedezcan a las demandas ciudadanas.
El
protagonismo del Congreso, plantea el problema de quién vigila al vigilante;
por lo que hay que tener presente que en una democracia, el control último
sobre los legisladores recae sobre los mismos votantes, a quienes nos
corresponde exigir cuentas respecto a su desempeño.
Estemos
atentos, seamos exigentes. Acudamos a votar en libertad; y hagamos que esos 500
curuleros (ocupantes de un curul; no sean mal leídos, ni mal pensados) en
verdad nos representen. No perdamos de vista que los que vienen, podrán ser
reelegidos y algunos de ellos hasta faranduleros consagrados son, otros tantos
parentela de corruptos enquistados en la palestra pública.
No sé
ustedes, pero yo no quiero más Diputados del “presidente”; por lo que seguiré
pugnando desde mi trinchera, por la instauración de un sistema efectivo para
evaluar a los legisladores, encaminado a una eficaz y NO simulada rendición de
cuentas.
Es todo
por hoy.
Nos
leemos la próxima #Nornilandia.