@BarbaraCabrera
“Lo bueno del cine es
que durante dos horas los problemas son de otros”
Pedro Ruiz
Érase una vez un país donde los candidatos son impulsados e
impuestos por el poder televisivo; uno de video escándalos, montajes y capturas
simuladas; un país, cuyas tramas son de telenovela, donde la “caja china” es
una técnica válida; un país donde la cotidianeidad es descrita en expresiones que
delinean parte de la realidad socio-política, a saber: “el góber precioso”; “no
soy la señora de la casa”; “ellos están haciendo trabajos que ni siquiera los
negros quieren hacer” y tantas otras; las cuáles denotan la plenitud del pinche
poder.
Se trata de una nación donde el crimen organizado está en las entrañas de
las instituciones y desde donde se ejecutan sus decisiones.
Un país que, en la actualidad utiliza la viralidad de las Redes Sociales
(Twitter y sus hashtag; así como
Youtube y sus videos), para hacer saber, para demandar; y donde sus gobernantes
seguramente piensan al respecto: ¿Trending
Topic? MISHUEVOS.COM; sin olvidar la tradicional frase “La moral es un
arbusto que da moras o sirve para pura chingada”.
Cualquier parecido con el Góber Carmelo Vargas y La Dictadura Perfecta ,
no es coincidencia.
El pasado 16 de octubre acudí al cine al estreno de dicha película de
Luis Estrada. Inicia la función y se lee en la pantalla grande la frase: “En
esta historia, todos los nombres son ficticios. Los hechos, sospechosamente
verdaderos. Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia”.
Un filme que junto con la
Ley de Herodes (1999. Comedia satírica sobre la corrupción política en
México durante el largo mandato del PRI) y El Infierno (2010. Describe de manera real la problemática actual
del narcotráfico y crimen organizado en México), constituyen una trilogía incómoda
para el gobierno y los amantes del status
quo, toda vez que critican al poder. Ante ello, pensaría el gobierno, al
estilo Antonio Machado “El cine… ese invento del demonio”. Desde mi
perspectiva, es posible que se constituya en un instrumento que sin duda puede
ser utilizado para pensar, para reflexionar y, a partir de ahí, actuar.
¿Radiografía del poder? ¿Comedia involuntaria? ¿Sátira política? ¿Descripción
de parte de la realidad? ¿Copy paste
de los acontecimientos actuales, y prospectiva de lo que viene? ¿Será que se
queda corta ante las circunstancias?
He concluido que #MéxicoLindoyHerido, tal cual expone la película y que
ha dado título a este texto, está en la plenitud del pinche poder; de ahí que
es preciso recomponer el mapa de la democracia. Sabemos lo que somos y lo que
tenemos; los convoco a no quedarse como simples espectadores de butaca ¿o acaso
siguen sin interés de ejercer su ciudadanía?
Si no la han visto, los invito a acudir al cine y compartir ¿qué
sensación les ha dejado ésta película?
Es todo por hoy.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!