@BarbaraCabrera
“Esta ciudad [país] es
lo que es porque sus ciudadanos son lo que son”
Platón
Un
día cualquiera en un país de cuyo nombre me acuerdo, pero no lo escribiré; sus
autoridades “sin querer queriendo” se percataron que se encontraban frente a
sí, un tipo de ciudadano cuya principal característica era dudar de todo, que
converge en un simpático vocablo que debido a las circunstancias prevalece y se
incrementa, así es me refiero a los sospechosistas.
En
ese país, donde antaño no pasaba nada, hoy ocurre de más y la clase gobernante
no puede permitir que así sea comprendido; por eso alardea más, pide le
aplaudan con intensidad; expide mejores leyes para controlar, y sus discursos
de unidad y grandilocuencia son elaborados como si quisieran ser el antídoto
para erradicar las fuerzas sospechosistas que están listas para señalar, para
actuar, para exigir, para manifestarse contra aquello que dañe y no sirva a
aquél país.
Lo
que no saben es que los sospechosistas -hasta que no se demuestre lo contrario-
llegaron para quedarse, y es así en un país donde los cárteles son ley, donde
cobran por ser y para permanecer. Un país donde si me estorbas y no me
obedeces, te quito derechos e incremento los impuestos. Un país donde los capos
son abatidos y resucitan en el siguiente sexenio. Un país donde las sin razones
se imponen a la razón, un país donde la corrupción es rey y gobierna junto a su
reina la impunidad; cuyos vástagos son la complicidad y la opacidad. Un país
cuyas características bien podrían resumirse en dos palabras: lindo y herido.
Si
esos sospechosistas vivieran en #MéxicoLindoyHerido podría ser que ante los
ojos de Jesús Murillo Karam, quien ostenta el cargo de Procurador General de la
República, fueran vistos con la “típica actitud delictiva”; pero eso de ninguna
manera va a ocurrir, ya que si “súper Carstens” tiene razón México “tiene un
muy buen futuro y cuenta con un horizonte bien planeado y con una dirección
adecuada”
Mientras
tanto, yo sigo siendo del club de sospechosistas que seguimos percibiendo el
futuro borroso.
¿Ustedes
que opinan?
Es
todo por hoy.
Nos
leemos la próxima Nornilandia.