@BarbaraCabrera
“La política no es una
ciencia exacta”
Bismarck
90
días de campaña, traducidas en 2160 horas ideales para crear un expediente de
aquellos que dicen ser los buenos para tomar las riendas de México lindo y
herido. Justamente estamos en la segunda parte de la contienda electoral y los
acontecimientos son diversos, de cuyos vestigios nos apropiamos con el acontecer
diario; los más relevantes en los últimos días: el abucheo en la Ibero a
Enrique Peña Nieto y como su equipo intentó minimizarlo; la sanción a AMLO por
actos anticipados de campaña; la burla hacia Josefina Vázquez Mota por parte de
comunicadores del programa Tercer Grado y su lucha contra Elba Esther Gordillo;
los señalamientos por parte de estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro
de que Gabriel Quadri es candidato de Elba Esther, la respuesta a gritos de
dicho candidato con un “les quiero contestar, les quiero contestar” Y mientras
algunos se lamentan y a otros se las mientan; nosotros los ciudadanos podemos
reírnos, llorar, padecerlos, disfrutarlos, confrontarlos; pero de ningún modo
considerar la posibilidad de dejar pasar la oportunidad de elegir a alguno de
ellos este 1 de julio.
¡Es
un hecho!, Josefina, Andrés Manuel, Enrique y Gabriel están ahí, integrando lo
que con el tiempo será imperativo consultar para confrontar con los hechos.
Antes y durante su andar por tiempos electorales, nos proporcionan datos de lo
que es posible o no esperar de ellos si llegaran a ganar.
Aunque
los cuatro candidatos transitan caminos en ocasiones divergentes; su objetivo es
el mismo: ganar las elecciones y ser los inquilinos por los próximos seis años
de Los Pinos y ataviarse con la banda presidencial. No obstante, las
intenciones de cada uno varían, las formas para cristalizarlas de igual manera.
Del otro lado -a nivel ciudadanía- coexisten diferentes posturas: actitudes
determinantes para cuestionar a los candidatos; evasivas para conocer quien es
quien lo que implica una actitud somnolienta; ir a las urnas para anular el
voto, ejercer el voto útil; participar en asuntos públicos una vez pasado el
día de la contienda electoral y un amplio listado que se matiza con cada manera
de pensar.
Conforme
avanzan los días, el lente que sobre cada candidato se tiene parece adquirir
más aumento. Cada uno de los pasos y eventos a donde asisten son seguidos desde
diferentes ópticas. Sus errores,
aciertos, omisiones, promesas, desatinos, desafíos, esperanzas son motivo de
observación constante.
Culmino
esta columna planteando algunas interrogantes a los candidatos para continuar
integrando su expediente consultable por todos para el bienestar de una nación
que a gritos silenciosos está urgida de soluciones: ¿Están dispuestos a
establecer comunicación directa con la ciudadanía? ¿De qué manera tomarán en
cuenta las demandas de los que estamos del otro lado de la palestra pública?
¿Están dispuestos a gobernar para todos o solo para una élite? ¿Se consideran
capaces de asumir las responsabilidades propias del cargo que anhelan ostentar?
¿y sí no cumplen, que medidas sugieren adoptemos los ciudadanos? ¿o de plano
tendremos que esperar otros seis años para cambiar la historia?
Es
todo por hoy.
¡Nos
leemos la próxima Nornilandia!