@BarbaraCabrera
“Cuando esperes esa llamada
telefónica… permanece sentado, que no llegará”
#MíaFrase
Ring, ring… si díga, “reciba mi mas sentido pesame”
palabras de condolencias que para algunos son reconfortantes en el momento de
dolor por el cual se está atravesando, derivado de la muerte de un ser querido.
Mensaje que el Señor Felipe Calderón -inquilino de Los Pinos- ha expresado vía
telefónica a la viuda de Carlos Fuentes, quien murió el 15 de mayo de 2012 a
los 83 años, por la complicación de una úlcera.
Sentimientos de Calderón que se expresaron en #Twitter
y cito textual uno de los tweets que lanzó justo el día del deceso de Fuentes
Macías:
“@FelipeCalderon: Expresé mis condolencias telefónicas
a Silvia Lemus, viuda del gran Carlos Fuentes.”
Al leer por accidente éste mensaje –redactado en menos
de 140 caracteres- debido a un retweet
me invadió un sinsabor, un hartazgo que hasta este día me invaden.
Mi mente dio un vuelco pensando en los miles y miles
de personas que han muerto derivado de los “daños colaterales” de una guerra
que no es guerra, una guerra cruenta y
estupida; resultado de una estrategia fallida; por tanto, mi respuesta a tan
generoso mensaje del Señor Calderón a la viuda de Fuentes no se hizo esperar y
fue en los siguientes términos:
“¿Y también lo hizo con los familiares de los miles de
muertos durante su sexenio? ¿O ahí que aplica? #DudaExistencial” Por supuesto,
no recibí respuesta. Así como tampoco la tendrán aquellas familias “de a pie”
que han perdido de manera trágica a un ser querido; y ni siquiera consideremos
la posibilidad de recibir esa llamada teléfonica de condolencias. Si fuera así,
no habría presupuesto suficiente para pagar el recibo telefónico, ni le
alcanzaría el tiempo a Calderón Hinojosa para levantar el auricular y hacer esa
llamada que sabemos no se llevará a cabo.
Si gusta señor Calderón, le mando una tarjeta telefónica
prepago para que llame a cada deudo y le pido se conmocione de igual manera que
cuando muere una persona importante y destacada como Carlos Fuentes.
En este país de inseguridad garantizada ¿Quién tiene
la cifra exacta de los muertos del sexenio? Digo, para hacer cálculos de cuanto
saldría esa tarjeta prepago telefónica que ofrezco a Felipe Calderón. Hablamos en
todo caso de aproximados, cada sector llevará su propio conteo. Por ello, si
nos referimos a una cantidad moderada, digamos que van alrededor de 50 mil;
estadísticas que van incrementándose de manera estrepitosa; para ejemplo, este
mes -mayo de 2012, a pesar de que va la mitad- ya ha sido distinguido como uno
de los más sangrientos del sexenio ¡donde había escuchado eso antes!.
Al final, mis lectores se preguntarán: ¿Porqué
teléfono rojo? Con este término me refiero a dos características: 1) aquella
línea directa de comunicación utilizada en casos de emergencia ¡por si no se
habían dado cuenta el país vive una situación de peligro que requiere de
acciones eficientes inmediatas; y, 2) por ser el color distintivo del sexenio, resultado
de tantas y tantas muertes colaterales que han ocurrido provenientes de una
estrategia de seguridad fallida.
El país se nos desmorona. Es tiempo de actuar, época
de decisiones. Momento de racionalizar si es pertienente seguir como estamos e
irnos directo al precipicio; o bien, decidimos en un acto valiente y
responsable el rumbo que pretendemos dar a México lindo y herido. ¡Para ayer es
tarde!, no se les olviden mis palabras.
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima Nornilandia!