@BarbaraCabrera
“Hasta la supervivencia de
una banda de ladrones necesita de la lealtad recíproca”
Antonio Genovesi
Mientras los Diputados reprueban la
cuenta pública 2008 de Felipe Calderón y comienzan a revisar la 2009; Gustavo
Madero –Presidente Nacional del PAN- sorpresivamente regresa a sus tareas
legislativas en el Senado de la República; Enrique Peña Nieto luce sus mejores
imágenes en anuncios espectaculares y en todos aquellos espacios donde le es
posible; Felipe Calderón se dice muy indignado por el caso WalMart; Andrés
Manuel López Obrador pugna por el cambio de formato del segundo debate entre
los candidatos presidenciales, a la par que recorre el país con su República
Amorosa; Gabriel Quadri con el cabello más recortado se envalentona y pide un
debate entre Elba Esther (dirigente del SNTE) y José Ángel Córdova (Ex
Secretario de Salud venido a Secretario de Educación) y así podría seguir
describiendo un sin fin de hechos que caben en un mismo espacio: la vitrina pública;
no obstante, se ha suscitado uno que llama particularmente mi atención y es
motivo central de esta columna: el espaldarazo de Vicente Fox Quesada a
Josefina Eugenia Vázquez Mota.
Todo inicia, a propósito de que
Vicente Fox, de 69 años, bronco, dicharachero, el cual dice las cosas tal cual
las piensa; quien después de culminar su sexenio al frente de la Presidencia de
la República no ha cesado por mantenerse activo en la palestra pública y a la
menor provocación salta a los reflectores con micrófono para esgrimir alguna
opinión basada en sus peculiares percepciones; una de las cuales se dio la
semana pasada -específicamente el 12 de abril- donde vaticinó el inminente
triunfo en las urnas de Enrique Peña Nieto, afirmando que solo “un milagrito”
hará ganar a Josefina Vázquez Mota; días después -es decir, el 25 de abril- todo ha cambiado a partir de la
reunión en privado entre ambos personajes, celebrada en la ciudad de Monterrey;
posterior a ello, salen a hablar escasos minutos con los medios de comunicación.
Ya ante los reflectores, se percibió
a un Fox forzado, poco convencido; aunque con palabras dijo que cuentan con él
incondicionalmente, recalcó su estatus de panista, afirma ser un hombre de
convicciones, por lo que asevera que su compromiso es con ella y espera que
México se beneficie con el triunfo de la ahora candidata. Por su parte, en ese
fugaz encuentro Josefina atinó a decir “los milagros existen y para mí es
realmente muy alentador, es un día muy importante y muy especial; sin duda,
quiero agradecer al ex presidente Vicente Fox por su apoyo, por su respaldo,
por el aliento que me ha manifestado hace unos momentos en que pudimos dialogar
y compartir”
Y aunque pudiera resultar extraño que
estos actores políticos se unan, no lo es tanto; más bien se presta a
suspicacias y a “sospechosismo” en virtud de que de mil maneras el equipo de
Josefina intenta levantar la campaña electoral de su candidata, misma que ha
estado plagada de errores, impericias, cambio de rumbo y hasta de imagen. Por
todos es conocido que Vázquez Mota ha sido poco cuidada por su equipo. Luce
cansada y ha sido increpada en diversos foros –desde su paso por Tres Marías
hasta recibir la desavenencia de algunos universitarios en Nuevo León en el
marco de los Diálogos rumbo a la presidencia-.
Se consuma este “episodio milagroso”,
enmarcado con un beso en la mano: recibido por Josefina y proporcionado por
Fox. Acto seguido él se aleja dejando satisfechos a aquellos que le pedían
dejara de despotricar y apoyara de una buena vez a la contendiente.
Lo anterior, corrobora que Fox sigue
haciendo gala del síndrome que lo caracterizó como presidente de la república:
el de la chimoltrufia porque así como dice una cosa dice otra.
¿Quién gana con la reunión de los
CHE´s: CHEnte y CHEpina? ¿Será acaso la crónica de una regañada anunciada? ¿Es
cierto que esto es una muestra de unidad? ¿Qué plana se trata de corregir con
esta situación?
¡Dejo esto en la mesa de debate!
Es un placer compartir con mis
lectores a través de la palabra escrita.
Nos leemos la próxima Nornilandia.