@BarbaraCabrera
“No estoy seguro de cómo me convertí en comediante o actor cómico. Tal vez no lo sea. En cualquier caso me he ganado la vida muy bien durante una serie de años haciéndome pasar por uno de ellos”
Groucho Marx
Es inevitable para esta crítica del poder y dueña de una pluma que escribe a la menor provocación, movida por el interés de provocar un cambio en diversas manifestaciones; redactar una columna dedicada a un hecho que no debe dejar de sorprendernos: la reaparición de Ernesto Javier Cordero Arroyo en la vitrina pública, defendiendo a capa y espada a la hoy candidata del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República: Josefina Eugenia Vázquez Mota (JVM).
El show mediático, tuvo lugar el 2 de mayo de 2012 donde por espacio de 40 minutos, con su peculiar estilo y ademanes manifestó la pertinencia de que Josefina Eugenia sea la próxima presidenta de México.
Recordemos, aunque Ernesto en estos tiempos electorales fue ungido y se asume como asesor económico de JVM, fue de los principales detractores de Vázquez Mota, al erigirse en crítico, juzgador y verdugo.
¿Cómo olvidar aquellos momentos donde de manera reiterada Cordero mencionó la falta de observancia de Vázquez Mota a su trabajo como Diputada Federal? ¿Qué decir la manera en que le recriminó participar en solo 8 de 134 votaciones en la Cámara baja? ¿Qué tal cuando Ernesto Cordero acuso a JVM de rehuir el debate calificándola de “profundamente antidemocrática”? y así podría continuar el listado; no obstante regresemos al punto neurálgico de esta Nornilandia.
Hoy, el panorama es diametralmente opuesto; y como en política todo parece mezclarse, lo que ayer parecía irreconciliable, mañana se amalgama, formando un híbrido politiquero difícil de digerir; ante esa situación es que surge esta crónica de un comediante involuntario que tiene nombre y apellidos.
Un hombre que ha desatado risas y lágrimas; que enfatizó en alguna ocasión que con seis mil se vive bien. Que en su reciente aparición mostró un billete gigante de 100 mil pesos, repartiendo culpas a otros gobiernos emanados de un partido distinto al suyo.
Lo que es un hecho, es que ni con su intervención a favor de Josefina Vázquez Mota, ni instituyéndose en su salvador y defensor férreo; mucho menos “haciendo números alegres” termina por repuntar la campaña de Acción Nacional rumbo a Los Pinos.
¿Y a que me refiero con “números alegres”? justamente en su retorno, Ernesto Cordero aseveró, y cito textual: “somos cerca de un millón 800 mil quienes militamos en el Partido Acción Nacional, si cada uno de nosotros consigue diez votos el día de la elección, habremos de darle aproximadamente 18 millones de votos a nuestro partido, consiguiendo así el triunfo por tercera ocasión consecutiva al PAN en la presidencia de la República. Llevemos a Josefina a la Presidencia” ¿En serio cree Cordero que con la simple pertenencia a un partido político se garantiza un voto? Supongo que ésta es otra de sus aportaciones cómicas a la arena política.
Finalizó lanzando algunas preguntas al aire: ¿Ustedes le creen a Ernesto Cordero? ¿Merece un personaje de su “talla política” apostarse en una curul en el Senado de la República los próximos seis años? ¿Con el show que hará durante la campaña de JVM esta pagando ese “premio de consolación” otorgado por el PAN después de haber perdido la candidatura presidencial que ya veía más que suya? ¿Será acaso que solo hay un paso para saltar de político a comediante?
Ayer Fox, hoy Cordero ¿y mañana? Oh, ¡quien podrá defendernos!
Por hoy es todo.
¡Hasta la próxima Nornilandia!