@BarbaraCabrera
Son tiempos de hablar de política y políticos. De un momento a otro los escenarios públicos cambian; por supuesto, me refiero al arte de hacer política. La atmósfera llamada palestra pública a veces es deplorable; aunque en ocasiones podemos encontrar políticos verdaderamente situados en su labor; no obstante, son los menos. En esta tesitura, nos preguntamos ¿será acaso que merecemos a esa clase de personajes dirigiendo o llevando a pique los destinos de este México lindo y herido?
En razón a todo cuanto ocurre en esta materia; ofrezco en esta Nornilandia una muestra de la percepción que han forjado aquellos seres que aparecen cada tres o seis años para pedirnos, implorarnos o amagarnos para que votemos por ellos; y ya bien cómodos en su silla o curul, tienden a padecer una amnesia temporal que solo se curará en el devenir del próximo “hueso”.
Sócrates, uno de los principales representantes de la filosofía griega refirió: Si yo me hubiera dedicado a la política. ¡oh atenienses!, hubiera perecido hace mucho tiempo y no hubiese hecho ningún bien ni a vosotros ni a mí mismo. Advertimos mis lectores como desde la antigüedad la labor política ya era soslayada. ¿Qué opinaría este filósofo acerca de la política mexicana en los tiempos que hoy enfrentamos?
Más adelante el filósofo y estadista británico, Francis Bacon ya manifestaba que es muy difícil hacer compatibles la política y la moral. ¿Acaso sería vidente o de plano la política y la moral era, es y será un mundo de extremos?
Una percepción de los años 1800 acerca de la labor política, es la del diplomático y estadista francés Charles-Maurice Talleyrand Périgord quien afirmó: Nadie puede sospechar cuántas idioteces políticas se han evitado gracias a la falta de dinero. Entonces, ¿tendríamos que estar agradecidos por la falta de presupuesto en la mayoría de las dependencias públicas? En el gobierno no hay dinero que alcance por más incrementos en las diversas partidas presupuestales.
Y como si se tratará de una opinión esgrimida al escuchar las pifias de Enrique Peña Nieto, Ernesto Cordero, Vicente Fox, José Ángel Córdova y una lista que pudiera incrementarse en las próximas horas; el escritor británico Robert Louis Stevenson afirmó que la política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación. ¡Contundente es la palabra que describe mejor esta frase! Esperemos que no la lean los políticos, para que no la tomen como justificación.
Seguimos con Bertrand Russell, quien dilucida ¡Qué agradable sería un mundo en el que no se permitiera a nadie operar en bolsa a menos que hubiese pasado un examen de economía y poesía griega, y en el que los políticos estuviesen obligados a tener un sólido conocimiento de la historia y de la novela moderna! Definitivamente, estoy de acuerdo con lo enunciado por este filósofo, matemático y escritor británico; ante cualquier controversia sobre ello, baste ver como por la ignorancia de la clase política, México lindo y herido está en franco retroceso, alguna culpa debemos tener los ciudadanos.
En este orden de ideas, y ya que hago referencia a la ciudadanía; el historiador inglés Arnold J. Toynbee, es puntual al manifestar que el mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan. Por ello, es trascendente e imperativo, tal como lo he manifestado en diversas Columnas Nornilandia; ser proactivos, participativos y observantes de la cosa pública, para de esta manera actuar en consecuencia en pro de México lindo y herido.
No sigamos permitiendo que la política sea el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados, expresión atribuida al actor estadounidense Groucho Marx; porque como bien lo sugirió el novelista, ensayista y poeta inglés, Aldous Huxley, cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje. ¿Les parece conocida esta situación? ¿Qué nos depararán las promesas y discursos de las cada vez más cercanas campañas políticas?
Seguro un porcentaje considerable de la población continuará pesando: Los políticos son siempre lo mismo. Prometen construir un puente aunque no haya río, aunque esto lo dijo un político ruso llamado Nikita Jruschov, pareciera aplicar a la perfección a casi cualquier político mexicano de ayer y hoy; apreciación que va de la mano con la del escritor español Enrique Jardiel Poncela quien exteriorizó que los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa. ¿Qué tan apartada se encuentra esta percepción de lo que los ciudadanos pensamos de los políticos de este México lindo y herido?
Finalizo esta columna con 14 palabras que muchos de los políticos parecen no digerir por completo, de ahí aquellos que se enquistan y se momifican en el poder por el poder mismo:
En política hay que estar preparados para ser, no ser y dejar de ser.
Por hoy es todo.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!