11 dic 2011

“ENTRE PIFIAS Y COPETES”

@BarbaraCabrera

“El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor”
Confucio 

Enrique Peña Nieto, es chico UP, es decir, se licenció en derecho por la Universidad Panamericana; a su formación se agrega la de chico TEC, donde curso la Maestría en administración de empresas; seguro que su paso por estas dos universidades no le aportaron una pizca de intelecto, eso ha quedado confirmado hace unos días con el multicitado exabrupto y torpeza mostrado en el marco de la Feria Internacional del Libro que ha dado la vuelta al orbe.
Trae la política en la sangre: es descendiente de Severiano Peña, quien fue cuatro veces presidente municipal de Acambay, Estado de México (1914, 1916, 1921 y 1923). Su padre, Gilberto Enrique Peña del Mazo, era pariente de Alfredo del Mazo González; y su madre, María del Perpetuo Socorro Ofelia Nieto Sánchez, era hija de Constantino Enrique Nieto Montiel, familiar de Arturo Montiel Rojas. 
No obstante, Enrique ha demostrado que como gobernante es un gran actor; así es mis lectores, analicen cada uno de sus movimientos y verán como fácilmente lo constatan. La televisora donde personajes de la talla de Carlos Loret, Laura Bozzo, Joaquín López – Dóriga, Adela Micha, Brozo, Chabelo y un amplio etcétera son las estrellas del canal de las estrellas, y donde a fuerza de la mass media los incorporan a la vida del mexicano promedio; emergió el señor del copete, quien al contraer nupcias con una actriz que por esos tiempos estaba en franca decadencia, se convirtió en el producto de mercadotecnia al que más “cariño” y “apuesta” le tiene televisa. ¿Será que después de las incapacidades demostradas (y las que faltan) por Enrique Peña la televisora le guarde las mismas consideraciones y apego?
Ya encarrilado, Peña Nieto se apresura por todos los medios para despejar el camino y ser elegido para ocupar la silla presidencial en 2012, pero su vía no está libre de obstáculos y me refiero a las dificultades que él y nadie más que él -claro con ayuda de sus asesores- se ha puesto en el camino; la más reciente la documentó el diario español El País, quien al entrevistar al virtual candidato del PRI a la presidencia de México; le pregunta por determinados precios de productos básicos, algunos los supo, otros no, pero suspendió la conversación al preguntársele por el monto del salario mínimo; Enrique Peña Nieto, intento atinar la cifra, llegó a decir  que él tasa en 900 pesos al mes, cuando para 2011 ronda los $1,740. ¡Así o más alejado de la realidad que vive el país!
Y esto lo dice un personaje que desde hace años, de manera disfrazada -aunque por todos sabido-, aspira a gobernar a México lindo y herido; por lo pronto el 27 de noviembre de 2011, Peña Nieto acudió a la sede nacional del PRI, para entregar la documentación y recibir la constancia que lo acredita como precandidato de este partido, con miras a las elecciones presidenciales del 2012.
El señor Peña, se aferra a la parafernalia del concepto que engloba el “nuevo PRI” y al ser interrogado por El País, el entrevistador de manera directa le cuestiona ¿en que distingue el PRI actual del viejo, el del autoritarismo y la corrupción?; éste contesta “Hoy el PRI está conformado, en buena medida, por nuevas generaciones que se han formado en una cultura y un ambiente democrático”. Me pregunto en voz alta ¿dónde están esas nuevas generaciones? Porque por más que volteo de un lado y otro de la palestra pública encuentro a puro político del pasado, de esos heredados de la era paleolítica que tanto daño han causado por sus corruptelas, los que se creen impunes y esgrimen opiniones de cómo lograr un cambio en México. ¡Caray! ¿A poco creen que la ciudadanía no conoce su historia? Y a quien no la recuerde, los críticos del poder nos encargaremos de perpetuarla para que al momento de elegir a quienes tomarán las riendas de México lindo y herido estemos atentos y actuemos en consecuencia.
Mientras tanto, quiero dejar constancia de las “tres obsesiones” -así llamadas por él- del político nacido en Atlacomulco, Estado de México: el crecimiento económico para generar empleo; disminuir la pobreza de manera acelerada, lo que fue un éxito en Brasil, y la seguridad. ¿Acaso en un acto demagógico se atreverá Peña Nieto a firmar estos tres puntos ante Notario Público?
Lo cierto es, que sin un guión de por medio, seguiremos documentando las ineptitudes de alguien que está en la mirada de todos por ser un personaje más que aspira, transpira y suspira por ponerse la banda presidencial.

Por hoy es todo.

¡Nos leemos la próxima Nornilandia!