@BarbaraCabrera
“Tenemos que hacer planes para la libertad, y no sólo para la seguridad,
por la única razón de que sólo la libertad puede hacer segura la seguridad”
Karl Popper
Es inevitable abordar este tipo de temáticas y más aún con la situación que el país enfrenta desde hace 4 años; la cual en lugar de ir a la baja día con día se incrementa de una manera inusitada. Como ciudadanos, urgimos al gobierno nos proporcione las seguridades mínimas indispensables para llevar una vida sin “sobresaltos” o “daños colaterales”.
De manera estructural contamos con una Policía Federal; otra más propia de las entidades federativas y, tenemos una policía municipal, que es materia de análisis en esta Nornilandia, en virtud de que se trata de la corporación que los ciudadanos tenemos más cercana.
Para ello, me he dado a la tarea de investigar datos precisos, contenidos en distintos informes y documentos generados, tanto de Instituciones académicas como del Gobierno Federal.
Comenzaré por señalar que, en cuanto a preparación de los policías municipales en el país; el 42% tiene secundaria como nivel máximo de estudios. El 13.7% cuenta con bachillerato. Mientras que el 5.4% posee estudios de carrera técnica y únicamente el 7.8 % tiene nivel licenciatura.
Un Informe que se ha entregado a mediados de noviembre al Congreso Federal, con motivo del análisis de la iniciativa que plantea el Ejecutivo Federal, para crear el Mando único policial, destaca que más de 400 municipios no cuentan con cuerpos de seguridad propios. Sólo el 90% de las corporaciones dispone de menos de 100 elementos y el 61% de ellos percibe un sueldo inferior a los $4,000 mensuales. Lo que en estos tiempos resulta una situación ofensiva para estos servidores públicos, que generalmente mantienen a una familia de más de 5 integrantes.
La figura de la policía municipal, esta soslayada, ya que siete de cada 10 agentes municipales se dedica a vigilar delitos menores, por ejemplo a estar alerta de que la gente no orine en la vía pública o que sus mascotas no defequen en la calle, entre otro tipo de situaciones.
Mientras tanto, un diagnóstico del Gobierno Federal sobre las corporaciones policíacas municipales y sus 135 mil agentes revela que son institucionalmente vulnerables y débiles. Esto sin contar con que en varias localidades del territorio nacional, la plantilla completa ha renunciado ante las amenazas y hostigamiento del narco y crimen organizado.
Lo que lleva a concluir que la policía municipal carece de preparación y equipo para ofrecer seguridad a los ciudadanos. ¿Entonces que hay que hacer? ¿Cuál es el camino adecuado? ¿Cuáles las estrategias para terminar con esta situación?. La primera y más urgente es la de pagar mejores sueldos a estos elementos, de ahí habrá que reestructurar sus funciones y obligaciones.
Aún con este panorama, la iniciativa de Mando único pretende establecer el “principio de corresponsabilidad”, que implica que los municipales también sean responsable en el combate al crimen organizado, con las corporaciones federales y que se conviertan en agentes de “reacción inmediata”. Esta situación suena como algo así como que los policías municipales serán “carne de cañón” tomando en cuenta que no tienen entrenamiento, preparación y elementos materiales necesarios para hacer frente a situaciones tan peligrosas.
Bajo las condiciones que les he manifestado hasta este momento, se están signando de manera vertiginosa diversos convenios para aplicar el denominado y multicitado Mando Único para enfrentar también delitos vinculados con el crimen organizado. Y ante tal panorama me atrevo a afirmar que será un nuevo intento fallido por parte del Gobierno Federal, así como la absurda guerra contra el narco y crimen organizado.
Los ciudadanos queremos algo más que demagogia y concertacesiones de los distintos grupos parlamentarios, que negocian reformas a cambio de lograr beneficios propios y no para sus representados que somos nosotros. Ya no queremos un Poder Ejecutivo que “declara la guerra en contra de…” anhelamos un México en paz, prospero, en crecimiento. Aquel donde la figura de la policía municipal lejos de infundir temor o risa, sea respetada y proteja la seguridad pública de los ciudadanos. Finalmente, al contribuir puntualmente con nuestros impuestos estamos en calidad de exigir mejores servicios.
Concluyo parafraseando a Thomas Macaulay que dice que “los políticos tímidos e interesados se preocupan mucho más de la seguridad de sus puestos que de la seguridad de su país”
¡Nos leemos la próxima!