@BarbaraCabrera
“El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee” Umberto Eco
A un mes de finalizar este año y a propósito de que el 27 de noviembre se inauguró la Feria Internacional del Libro 2010 en Guadalajara; haré algo distinto, no hablaré de la FIL. Al fin que ya está más que difundido su programa de actividades. Lo que deseo presentar en esta Nornilandia es el amor por los libros, algo que se conoce como bibliofilia. Un club que pretende dejar de ser selecto para tener como miembros a todos aquellos que anhelen convertirse en un quijotesco personaje que encuentre refugio entre las páginas de un buen libro.
La pregunta central es: ¿en nuestro país existe una verdadera bibliofilia o que sucede? Sobre el particular, es importante analizar algunos números, algunos dicen que no mienten, habrá que escudriñar con todo detenimiento.
Me di a la tarea de indagar tres grandes temas que tienen que ver con ese amor a los libros y son: la producción de libros; las librerías existentes y las bibliotecas públicas en operación, todo esto referente a México. Estos son los resultados:
En cuanto a producción de libros, presento las cifras en miles de ejemplares, según datos de la Cámara de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) plasmadas en un estudio denominado “Principales indicadores del sector editorial mexicano 2009”. En éste, se advierte que en el sector público durante 2006 se produjeron 133, 275 y para 2008 fueron 144, 319 ejemplares. Mientras que en el sector privado la cifra disminuye considerablemente, toda vez que en 2006 fueron 83, 315 y en 2008 se incrementa a 90,560. Finalmente, la producción del sector privado adquirida por el gobierno (las famosas coediciones) ascienden en 2006 a 54, 279, mientras que en 2008 decrece la cifra a 34, 817.
Respecto a las librerías existentes en el país, debo decir que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), a través de un documento denominado “Estadísticas básicas de la cultura en México” que data de 2008, proporciona datos interesantes como que existen un total de 1,375 librerías en el país. De las cuales el Distrito Federal se lleva el primer lugar con 475. El segundo sitio lo ocupa Veracruz con 117 librerías. Al Estado de México corresponde el tercer lugar con 90 de ellas. Ahora, los tres últimos nada honrosos estados de la república con menos librerías son: Quintana Roo con 8 de estos centros. Hay un empate entre Tlaxcala y Zacatecas con 7 librerías; y Colima con 5.
Si traducimos los anteriores datos por cada 100,000 habitantes, tenemos que en México hay 1.3 librerías por ese número de habitantes. Y los tres primeros lugares son enumerados en orden: Distrito Federal con 5.4. Baja California Sur con 2.0 (que si se percatan ni siquiera aparecía en el listado anterior) y 1.6 Veracruz que en número de librerías ocupa el segundo sitio. Los últimos escalones de esta clasificación son para: Tlaxcala y Estado de México con 0.6. Con únicamente 0.5 librerías por cada 100,000 habitantes tenemos un empate entre: Chiapas, Hidalgo y Zacatecas. Finalmente Oaxaca ocupa el último lugar con 0.4.
No sorprende lo que ocurre con el Estado de México, si tomamos en cuenta su extensión y número de población.
Continúo con el análisis de las bibliotecas públicas en México y esta vez señalaré datos precisos de cómo a través de los años el número de bibliotecas se incrementa de manera muy lenta: en 2004 había 6,810, 2005 reporta un total de 7,010. En 2006 existían 7,211, número que no se incrementó en 2007. Para 2008 las bibliotecas públicas sumaban 7,260. En 2009 7,296 y este año se reportan un total de 7,319 de estos centros.
¿Qué les parece? ¿Sorprenden los datos? ¿Ya los percibíamos de alguna manera? Tal pareciera con los informes antes presentados, que el nivel de lectores se ha incrementado, nada más lejos de la realidad, ya que en el país cada mexicano lee en promedio menos de tres libros por año, mientras que en países europeos, la gente lee en promedio un libro por mes.
Lo anterior es una situación grave, considerando que somos 112´322,757 millones de mexicanos. No cabe duda los datos duros fulminan.
Ahora bien, si Leer que proviene del latín legere, traducido como el proceso de percibir y comprender la escritura, actividad que aparentemente es un acto sencillo ¿Por qué se complica tanto? ¿A qué se debe que en México exista un porcentaje tan bajo de lectores? Dicha situación bien podría relacionarse con el Sistema Educativo Nacional y la inversión que un país le dirige a este sector.
Veamos algunos datos duros, proporcionados por el gobierno.
Según el Cuarto Informe de Gobierno (2010), específicamente en el Anexo Estadístico, publicado el 06 de septiembre de este año en la página web www.presidencia.gob.mx; los recursos humanos, materiales y financieros por nivel educativo se ha incrementado de manera considerable desde 1990; siendo en ese año un 1.2% y hasta 2008 ha aumentado a 18.1% del gasto federal por alumno. La situación es que no siempre se ve reflejada dicha realidad en los avances educativos, sino remítanse a los resultados que he proporcionado en párrafos que anteceden.
Los factores por los que no se lee, son multifactoriales: falta de tiempo, por no tener dinero para adquirir libros, por flojera, por falta de interés, entre muchos más.
Existe un sinfín de tipos de lecturas y objetivos para llevar a cabo esta actividad. Puede ser por placer, para investigar; como un requisito escolar; que se yo. Motivos hay muchos y algunos aducen que tiempo poco. Además las circunstancias en que se lleva a cabo varían. Pretextar no hacer gala de esta acción, nos puede llevar a vivir en la oscuridad de la ignorancia.
Baste recordar una sabia frase de Francis Bacon, que advierte que “En los libros perdura la imagen del conocimiento y el ingenio de los hombres”. Definitivamente, Leer es bueno para la salud. Así que los invito a ser saludables. O en palabras de Miguel Carbonell “La lectura de un buen libro arroja luz sobre nuestra alma”
Remato esta Nornilandia con una máxima de Louise May Alcott:“Un buen libro es aquel que se abre con expectación y se cierra con provecho”
¡Nos leemos la próxima!