@BarbaraCabrera
Históricamente, se ha considerado a la Cámara de Diputados como depositaria de los representantes de la Nación y al Senado como garante del Pacto Federal. Dicha apreciación es parcialmente cierta, pues la composición de ambas cámaras rompe con dicho esquema, porque en realidad todo legislador federal tiene la obligación de velar en todo momento por el bien de la federación, al margen del distrito o la entidad federativa que representen.
Para el análisis de dicho poder, existen por lo menos dos formas, tal y como señala Orozco Gómez quien afirma que el transcurrir del tiempo y la evolución en las formas de organización política de los Estados han permitido que el sistema parlamentario se vea desde dos perspectivas:
a) como una forma de organización legislativa, que representa la división del trabajo parlamentario, en dos Cámaras o Asambleas, cada una con funciones especificas, otras de manera conjunta o bien coordinada; y
b) como una idea de doble soberanía, por un lado, la soberanía de las subunidades o estados que se expresa en las Cámaras Altas, llamadas comúnmente Senado; por el otro lado, las preferencias de la totalidad de los ciudadanos del Estado nacional expresadas en la Cámara de Diputados.
Lo expresado anteriormente, por Javier Orozco, nos permite identificar que nos podemos referir al Congreso desde dos ópticas, o entenderlo en dos sentidos.
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