Dra. Bárbara Leonor Cabrera
Pantoja | Entre letras, con mi café y a un “x” de distancia
me encuentran como @_BarbaraCabrera
“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo.
Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El
pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la
forma de su gobierno”
Artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
El obradorismo
cosechó su segundo gran triunfo. El pasado domingo 2 de junio de 2024, el
pueblo de México se manifestó masivamente en las urnas. Es posible afirmar que
el arrollador triunfo de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo para ser la primera
Presidenta de México, así como la primera mujer en ocupar tan alto cargo en
América del Norte, se debió a varios factores, entre los que destacan: su buen
desempeño como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; contar con un Proyecto
de Nación sólido, propositivo y con métricas que ofrece continuidad de la
Cuarta Transformación con sello propio; además, la elección fue una especie de
referéndum al Presidente Andrés Manuel López Obrador, por su buen gobierno.
Suman a lo anterior, una campaña política donde se escuchó al pueblo,
manteniendo en todo momento la cercanía con él. Todo esto es un bono
democrático nunca antes visto en la historia contemporánea de México.
Con el 61% de
participación ciudadana, la Dra. Claudia Sheinbaum con la coalición Sigamos
Haciendo Historia –conformada por el Partido Movimiento de Regeneración
Nacional, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México- obtuvo
el 59.7% de la votación, lo que representan 35 millones 924 mil 519 sufragios.
En suma, ¡el
mandato del pueblo se escuchó fuerte y claro el 2 de junio!; es decir, la
Cuarta Transformación tendrá un segundo piso, se consolidará con el sexenio de
Claudia Sheinbaum el anhelado cambio de régimen inaugurado por el Presidente
Andrés Manuel López Obrador, tras décadas de luchas y movimientos sociales.
Para que siga la
transformación y seguir haciendo historia, le conferimos a la Dra. Claudia
Sheinbaum el poder reformador, para hacer realidad el Plan C, esto es, al
obtener mayoría calificada en la Cámara de Diputados, una amplia mayoría en el
Senado de la República, así como la mayoría en 27 Congresos estatales; además
de sumar la mayoría de las gubernaturas, un total de 24 gobiernos estatales
donde se ha optado por la transformación; tenga la posibilidad de llevar a cabo
las reformas legales y constitucionales necesarias para forjar el país que la
mayoría anhelamos: de oportunidades, igualitario; un Estado de Bienestar donde
se procure la felicidad del pueblo, y ante todo donde por el bien de todos,
primero los pobres.
En este orden de
ideas, es importante recordar de que va el Plan C y luego explicar de qué trata
el poder reformador. Iniciemos por el Plan C, el cual describe de la siguiente
manera el Presidente López Obrador:
“500 diputados,
son 300 de mayoría y 200 plurinominales: 500. Para poder reformar la Constitución
se necesitan 334, hay que ir por los 334 en la próxima elección, para poder
llevar a cabo reformas constitucionales. Ese es el Plan C, que cuando se vaya a
votar se piense en eso, si se está en contra del clasismo, del racismo, de la
corrupción que se piense a la hora de votar que sea no solo para el Presidente
o la Presidenta, parejo, porque si se tiene el triunfo en la Presidencia, como
ahora ganamos la Presidencia, ganamos la mayoría en el Congreso, pero como no
se tiene dos terceras partes en el Congreso se han dedicado a bloquearnos. Y
ahora con la complicidad de un poder faccioso al servicio de la corrupción, que
es el Poder Judicial. Y si se puede alcanzar, si hoy fueran las elecciones se
alcanza, porque en las encuestas la gente está a favor de la transformación”
En cuanto al poder reformador, se trata de una institución jurídico-política, traducida en un mecanismo en virtud del cual se reforma y se adiciona la Constitución. Si es un atributo de la soberanía, entonces el poder reformador es un poder inherente al pueblo.
Y el poder del
pueblo soberano en tiempos de transformación es uno de los protagonistas de la
escena socio-política; y es lo suficientemente poderoso para mandatar las impostergables
adecuaciones constitucionales que den sentido y rumbo a la Cuarta
Transformación de la vida pública.
Entonces, algunos
se preguntarán ¿a qué se debe que no se hubiese propuesto un nuevo texto
constitucional si estamos ante un cambio de régimen? Al respecto, el Presidente
Andrés Manuel expresó como la Constitución vigente de 1917 está muy parchada,
muy reformada. Apenas estamos logrando regresarla al espíritu y la letra como
lo quiso el pueblo de México que luchó en la Revolución por la justicia, la
libertad y la democracia.
Asimismo, manifestó
durante la ceremonia de conmemoración por el 102 aniversario de la Constitución
que “no hay condiciones para elaborar una cuarta Constitución porque tenemos
otras tareas, sin embargo, se optó por hacer propuestas de reformas a la actual
que consideramos tienen la misma importancia, la misma profundidad de una
nueva”
En este sentido,
el Presidente López Obrador recibió el 10 de junio en Palacio Nacional a la
Presidenta electa, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo para, además de hablar de la
transición, plantear la pertinencia de aquellas las reformas constitucionales
necesarias para que siga la transformación. No se pierda de vista que el
Presidente Andrés Manuel el 5 de febrero de 2024, en el marco del 107
aniversario de la Constitución, presentó un paquete de 20 reformas
constitucionales, para devolverle a la Carta Magna el humanismo y espíritu
público. (Véase de que tratan en el siguiente enlace https://lopezobrador.org.mx/20-iniciativas-de-reforma-a-la-constitucion/)
Para priorizar, el
Presidente Andrés Manuel y Claudia, Presidenta electa, acordaron como temáticas
prioritarias para ser enviadas como iniciativas en el mes de septiembre, que es
cuando inicia la nueva Legislatura, cinco reformas legales y constitucionales que
versarán sobre la Ley del ISSSTE; otorgar pensión a las mujeres de 60 a 64
años; becas universales para todos los estudiantes de educación básica pública;
la no reelección; además de la tan esperada reforma al Poder Judicial.
De esta manera, mientras
la oposición continúa buscado el voto oculto que nunca existió; nosotros, el
pueblo, le dimos a Claudia Sheinbaum el poder transformador.
Poder reformador
para llevar a cabo una inaplazable reforma al Poder Judicial que optó –durante el
sexenio de López Obrador- ser comparsa de la oposición moralmente derrotada,
desenfundado el lawfare para frenar la transformación; así como otras
adecuaciones al texto constitucional para regresar a la Constitución el
espíritu humanista; es decir, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la
mayoría de los Tribunales, se pusieron al servicio de la oligarquía, ¿y el
pueblo? ¡muy bien, gracias!
En suma, haremos
posible que el poder reformador se instituya para consolidar el Estado de
Bienestar, auspiciado por la Cuarta Transformación de la vida pública; baste ver
–además de los casi 36 millones de votos para que siga la transformación- los
resultados de las recientes encuestas levantadas por dos firmas encuestadoras: Enkoll
y De Las Heras Demotecnia, a las que se unió la Comisión de Encuestas de Morena.
De dichos ejercicios demoscópicos destacan los siguientes datos, expuestos por la
Dra. Claudia Sheinbaum en su Conferencia del 17 de junio:
Ante las
interrogantes ¿Cómo cree que deben ser elegidos los ministros de la Suprema Corte?
Entre el 68 y 75% considera que debe ser por elección del pueblo de México. Porcentajes
similares se dan cuando se preguntó ¿Cómo cree que deben ser elegidos los
magistrados y jueces del Poder Judicial?
Al preguntar si ¿estaría
de acuerdo o en desacuerdo con la creación de un órgano independiente al Poder Judicial
de la Federación que vigile, investigue y sancione a los ministros, magistrados
y jueces que incurran en alguna falta o en actos de corrupción? Al respecto,
entre el 85 y 89% está de acuerdo.
Por lo que sabe o
ha escuchado, ¿considera necesario que se lleve a cabo una reforma en el Poder Judicial
o no? Entre el 77 y 83% contestó que sí, es necesaria una reforma al Poder Judicial.
Finalmente, asociada a la anterior pregunta destaca la siguiente cuestión de
las encuestas: si tuviera la oportunidad de votar para que se llevara a cabo
una reforma al Poder Judicial ¿votaría a favor o en contra de reformarlo? Los porcentajes
para un decisivo sí oscilan entre el 81 y 85%.
Con estos
resultados es posible constatar que el mandato del pueblo es claro y
contundente ¡la reforma al Poder Judicial va! Estemos atentos.
Para cerrar esta Nornilandia
no se olvide y que quede registro para la historia cuales fueron los cuatro
triunfos del 2 de junio de 2024:
¡Triunfó el pueblo
de México!
¡Triunfó la
democracia!
¡Triunfaron las
libertades!
¡Triunfó la Cuarta
Transformación de la vida pública!
Y agrego una más:
¡triunfará el poder reformador y transformador!
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima
Nornilandia!