“No eres tú.
Somos nosotros”
@_BarbaraCabrera
Días antes un grupo de tuiteros convocaban
a dejar Twitter y abrir una cuenta en VK porque la red ya estaba muy
contaminada por los “derechangos” y los “Krauzes”,
así lo expresaron.
No se olvide al Gargamel
tuitero (Felipe Calderón) https://bit.ly/2WovtNW que dedica un
porcentaje importante de sus tweets a
propagar el odio y división, sin olvidar su gran amargura ante la existencia de
cuentas parodias, mientras que tiene a su servicio un ejército de bots y trolls, para salir en la defensa de su conservadurismo.
Que decir
de la amenaza de Florencio Siller Linaje, quien se ostenta como presidente
municipal de Ciudad Frontera, el cual por interpósita persona, es decir del
titular del jurídico municipal, Olain Obed Mendoza, profirió a finales de
febrero: “No se va a permitir bajo ninguna circunstancia que ninguna persona,
ningún ciudadano hable mal de nuestra investidura, que es el alcalde” por lo
que amenazó con demandar a toda aquella persona que lo critique a través de
Facebook y Twitter.
Y así podría
seguir enlistando ejemplos, en muchos de los cuales Donald Trump y Vicente Fox
serían los especimenes a analizar, uno iracundo que gobierna a través de
Twitter e inclusive despidió a altos funcionarios con un tweet; el otro desquiciado y paranoico, al que le dio por tuitear que
un comando armado intentó ingresar a su rancho, por lo que hace responsable al
Presidente Andrés Manuel si algo le llegaba a ocurrir, luego se supo que mentía;
ambos unos trollecillos.
Hasta aquí
dejo esas muestras, por ser suficientes para fijar mi postura.
En los casos enunciados confluyen
algunos denominadores comunes: el odio, la ignorancia, el chantaje y la
intolerancia extendida propagada en la red del pajarito azul, y no señores, no
es Twitter per se el que la propicia,
son los usuarios que la avivan.
Amenazar con dejar Twitter por no
aguantar los acontecimientos, los comentarios, la presencia de tuiteros
incómodos, rijosos o indeseables o por los trolleos proferidos de unos a otros,
me evoca aquella escena de Los Simpson donde todo Springfield se “muda” a otro
lugar dejando tras de si una ciudad hundida en la inmundicia y ahogada en la
basura, sin percatarse que al estilo Juana de Asbaje son la ocasión de lo mismo
que culpais. En lugar de limpiar y formar parte de un cambio, deciden huir.
Es cierto, no todos tienen cuenta en
Twitter, no obstante estamos ante una red que es reflejo de la plaza pública y
lo que pasa en Twitter trasciende los 280 caracteres y a las pruebas me remito.
Baste ver los noticieros, los periódicos del día siguiente, las charlas de
sobremesa, en el café, la academia y hasta en otras redes sociales, se toma
como punto de referencia o se cita lo que tuitea alguno que otro personaje.
Si ya llegamos a tal punto, la
pregunta es ¿cómo podemos ser parte de la solución y no desistir a la menor
provocación?
Hace tiempo lo anticipé, Andrés
Manuel ganaría la elección, así lo mostraron en todo momento los números, el
pulso ciudadano, los miedos de aquellos que sabían perderían el poder y con
ello sus privilegios; pero sobre todo por las benditas redes sociales, entre la
que Twitter destacó.
Dicha red continúa siendo
protagonista para informar, hacernos presentes, crear comunidad, organizarnos,
romper cercos informativos y ser consecuentes en aportar desde nuestras
trincheras a ese anhelado cambio, que ahora estamos viviendo con la Cuarta Transformación.
Por ello habremos de estar unidos,
participar de manera activa y agarrarnos muy fuerte porque este país tendrá
varias sacudidas. Las redes sociales, no son la excepción a esas agotaciones. El
dinosaurio neoliberal está dando coletazos en las redes. La corrupción
enquistada en todos los niveles está provocando grandes movimientos que algunos
no logran comprender. Es importante estar atentos, no caer en provocaciones, no
desistir.
Por lo pronto hay grandes motivos
para seguir en la tuiteada: por las mañaneras de Andrés Manuel y porque hoy más
que nunca hemos logrado romper el cerco informativo, cimbrado a los chayoteros,
fijado posturas y, de paso, haciendo de Twitter una eficiente herramienta para
organizarnos, crear comunidad y llenarnos de acciones. Twitter es una de las
benditas redes sociales. No se les olvide.
Es todo por hoy.
¡Hasta la próxima Nornilandia!