@BarbaraCabrera
- “¿Existe el Gran Hermano?” - Winston
-“Claro que existe. El Partido existe. El Gran Hermano es la encarnación del partido” - O'Brien
-“¿Existe en el mismo sentido en que yo existo?” - Winston
-“Tú no existes” - O'Brien
Extracto del Libro 1984 de George Orwell
¿Cómo le van a hacer para proteger mis datos personales? Es la pregunta central de unos de los spots del IFAI, órgano rector en materia de transparencia, acceso a la información y protección de datos personales en México lindo y herido.
Y pensando en ello, vino a mi mente la conversación que sostiene Winston con O'Brien en referencia al Gran Hermano, ese ente que todo lo ve, todo lo observa, todo lo sabe. Y es así con los datos personales que hemos ido dejando en posesión tanto del gobierno, como de los particulares. Esta vez sólo esbozaré un análisis de este tipo de datos en posesión de particulares, que dicho sea de paso tiene un ordenamiento específico que ha cumplido el 5 de julio un año de vigencia: me refiero a la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares.
Para celebrar esa primera anualidad, cualquier empresa o ente privado que solicite datos personales deberá elaborar un Aviso de Privacidad.
Continuando en la lógica del cuestionamiento con el que inicié la redacción de esta Nornilandia, es preciso preguntarnos ¿Qué son los datos personales? ¿Por qué están en posesión de un particular? ¿Tengo que entregar mis datos así nada más o tengo que saber algo más? ¿En que consiste el aviso de privacidad?
Para empezar, debemos tener claro que los datos personales se refieren a cualquier información concerniente a una persona física identificada o identificable; estos a su vez pueden clasificarse como sensibles cuando afecten a la esfera más íntima de su titular, o cuya utilización indebida pueda dar origen a discriminación o conlleve un riesgo grave para éste. En particular, se consideran sensibles aquellos que puedan revelar aspectos como origen racial o étnico, estado de salud presente y futuro, información genética, creencias religiosas, filosóficas y morales, afiliación sindical, opiniones políticas, preferencia sexual.
En esta tesitura, a través de los años desconocíamos a donde iban a parar nuestros datos: de repente recibíamos un sin fin de correos electrónicos con diversas promociones; las llamadas telefónicas de empresas ofreciendo sus servicios, como seguros, cursos, entre otros no se hacía esperar. Es decir, no había manera de controlar esta situación. Hoy en día, tal escenario prevalece pero va con tendencia a decrecer.
Muchos años tuvieron que pasar para llegar a ello; hoy tenemos un órgano garante que además de defender nuestro acceso a la información, como un mecanismo interesante de participación ciudadana para la toma de decisiones; poseemos el derecho de que, cualquier ente privado que tenga nuestros datos personales los maneje de manera adecuada y nos diga por escrito para que utilizarán esa información personal que con motivo de algún trámite facilitamos, eso mis lectores es lo que se conoce como Aviso de Privacidad.
Aunque hoy en día tenemos quien nos proteja, es trascendente leer con detenimiento este tipo de avisos para saber a que atenernos o en todo caso manifestar lo que a nuestro derecho corresponda.
Vivimos sin duda en una vorágine de información que se transporta en tiempo real, gracias a los adelantos tecnológicos; donde casi cualquiera puede saber de nosotros en un solo “clic” y aunque ya contamos con esa protección legal e institucional, está en nosotros ser responsables de los datos que damos; luego entonces no se vale quejarse cuando no estamos atentos a los avisos de privacidad. Hemos dejado atrás aquella época donde el gobierno era el paters familia y eso es benéfico para nuestro México lindo y herido.
En placer compartir con ustedes.
¡Nos leemos la próxima Nornilandia!