9 mar 2011

“TIERRA DE DINOSAURIOS”


@BarbaraCabrera

¿No que ya habían desaparecido? ¡PLOP…!


Lo maravilloso de esta Nornilandia, es que pude haberla escrito en cualquier tiempo; pues las circunstancias de antaño y las que hoy percibimos tratándose de este asunto, cambian solo en tonalidad. Me refiero a una especie política que se resiste a desaparecer: ¡los dinosaurios! Y México vuelve a poblarse de estos especimenes bajo el lema del “nuevo PRI”. Esa vieja guardia que conserva los mismos vicios. ¡Eso es lo criticable!

No obstante, también existen algunos que han evolucionado y se adaptan a los tiempos modernos donde la sociedad es cada vez más observante y participativa de los políticos y de las decisiones gubernamentales adoptadas en nombre de todos.

¿Qué pasa entonces con los jóvenes políticos?, en este sector hay de todo. Desde aquellos que de manera férrea luchan por un cambio en las estructuras y formas de hacer política; no sólo en el partido al que he hecho alusión, sino en general. Junto a ellos, se sitúan los dinosaurios junior, aquellos mimetizados con sus padrinos y jefes políticos, mismos a los que deben obediencia, sumisión, respeto y ¡hasta el cargo de elección popular que ostentan!; es evidente, sus miras están puestas rumbo a 2012.

¿Cómo ciudadanos que hacer, como actuar? ¿Podremos con nuestra participación hacer la diferencia? o ¿será mejor quedarnos como simples espectadores? Total, hay jóvenes como tú y como yo, pero con una gran diferencia: repiten como si fuera mantra “nada va a cambiar” “estamos condenados a ser gobernados por políticos ineptos” y así podría seguir enumerando los mil y un pretextos que esgrimen para no convertirse en protagonistas de nuestra historia.

Recuerden, la mayor parte de los discursos evocados por la clase política si no van acompañados de hechos, se convierten en pura demagogia. ¿Les suena familiar?

Ahora bien, retomando esa misteriosa tierra de dinosaurios, los invito a estar atentos de los acontecimientos; así como de las maneras que pretendan adoptar estos especimenes. Aunque las disertaciones van encaminadas a desterrar este concepto anquilosado, no quiere decir que vaya a desaparecer por arte de magia.

Un ejemplo real y contundente de su existencia fue la reciente toma de posesión de Humberto Moreira Valdés como nuevo dirigente del PRI (desde mi punto de vista, es mejor como bailarín, domina muy bien la técnica). En tan magnánimo y concurrido evento, diversidad de personajes de antaño vistieron sus mejores ropas e hicieron gala de sus más elocuentes palabras. Bueno, algunos no lucieron tanto.

Es un hecho, se han reagrupado; y surgen alrededor de ello varias interrogantes que de manera intencional no serán contestadas en esta Nornilandia, las dejaré a la reflexión, de manera tal que genere en mis lectores el pensamiento crítico: ¿A que aspiramos como ciudadanos? ¿Estamos de verdad interesados en los asuntos públicos gubernamentales? ¿Somos exigentes con nuestras autoridades o después de emitir nuestro voto nos olvidamos de participar? ¿Será que vivir en tierra de dinosaurios sea lo más saludable para la cultura política?


Es todo por hoy, ¡Nos leemos la próxima Nornilandia!