20 ago 2013

“LAS #LEYES QUE VIENEN…”

 @BarbaraCabrera

“Nada destruye más el respeto por el gobierno y por la ley de un país, que la aprobación de leyes que no pueden ponerse en ejecución”
Albert Einstein

Ley, se define como: a) cuerpo de reglas decretadas o acostumbradas y reconocidas por una comunidad como obligatorias; b) todas las reglas de conducta establecidas y declaradas obligatorias por la autoridad; c) regla de conducta establecida por la autoridad.
Desde el punto de vista formal, Ley es lo acordado por los órganos legislativos competentes, dentro del procedimiento legislativo prescrito.
En esta época, es inevitable voltear a ver las leyes o prospecto de ellas y por añadidura a quienes las hacen o proponen. Es momento de estar atentos a esas prescripciones legales que emanan del Congreso.
Estamos en un tiempo en que las reformas están a la orden del día. Y hay un Pacto por México que las consecuenta.
¿Cuántas leyes deben coexistir en un tiempo y espacio determinado? Solo aquellas tendientes a regir lo necesario. Ni más ni menos. ¿Qué pasa cuando una ley no se requiere o bien obedece a intereses muy particulares? Existen dos vertientes: la resignación ante su inminente creación, reforma y aplicación; o bien, las diversas manifestaciones digitales y físicas llevadas a cabo para lograr revertirla. Sobre esta última, existe un caso contemporáneo muy significativo en México, cuando se pretendía imponer una tasa impositiva a Internet, a fuerza de tweets (#InternetNecesario) fue posible que los Senadores reconsideraran y desecharan la iniciativa.
En este momento, el debate lo constituye la reforma energética; iniciativa que fue presentada en sociedad con bombo y platillo hace unos días, documento acompañado de una campaña mercadológica inusitada: spots publicitarios, difusión en Redes Sociales; infinidad de posturas difundidas a través de medios digitales y tradicionales; y esto apenas inicia. La bondad o no de esta socialización depende de cómo recibimos y procesamos esa información. (Abro paréntesis para compartir un texto del Centro de Investigación para el Desarrollo: “Tres dilemas. Un diagnóstico para el futuro energético del país http://cidac.org/esp/uploads/1/3Dilemas_FuturoEnergetico16.pdf)
De un lado se habla de la necesidad de llevar a cabo una consulta ciudadana; por otro, se utiliza a Lázaro Cárdenas del Río para convencer a los escépticos –como parte sustancial de esa parafernalia publicitaria-; en este y otros asuntos vemos como el priísmo ha hecho gala de sus mejores tiempos, aquellos donde todo sale como es debido porque se ciñen a un guión previamente establecido. Solo falta que la mayoría de los señores legisladores lleven a feliz término la crónica de una reforma anunciada. ¿O será que únicamente se lleven a cabo reformas legales a 12 ordenamientos, tal como lo propone la izquierda?
Derivado de ese andar, existen secuelas respecto a temas aguardando en el tintero y que poseen un vínculo casi imperceptible con la reformitis aguda que permea, como el relacionado con la reelección en México la cual no es bien vista (Según Mitofsky, 6 de cada 10 rechazan cualquier tipo de reelección, sea de legisladores o gobernantes). En consecuencia la imagen que se tiene de los legisladores no muestra mejora alguna. De la misma manera, se ha suscitado una evidente división socio-política respecto a tópicos por reformar. Por ejemplo, acerca de la energética; cuyo ejercicio societal se está registrando sobre todo a través de las Redes Sociales, vemos como existe una clara segmentación de opiniones: el 52% está a favor de la Reforma Energética y el 48% en contra. (Con información de Merca 2.0).  De ello se desglosa que: 
El 24% manifiesta abiertamente no saber del tema.
El 36% expresa comentarios muy generales sobre la privatización, la inversión privada o la inversión extranjera, sin emitir una opinión clara.
El 25% se pronuncia a favor de la Reforma Energética, principalmente  del aprovechamiento de recursos, el ahorro de energía y la modernización.
El 16% emite opiniones negativas, tienen desconfianza y señalan que existen muchos intereses políticos a la par que cuestionan la privatización.
Dicho lo anterior, no hay que perder de vista lo indispensable que resulta estar informados para formar una opinión responsable de ésta y otras reformas que están por llegar. Las leyes que vienen sin duda representan el rumbo económico, social, cultural, educativo y jurídico de este aún #MéxicoLindoyHerido.
La participación ciudadana en los asuntos públicos que derivan en cambios -en ocasiones estructurales-, va en franco crecimiento. Y aunque lejos estamos todavía de una eficaz democracia participativa, sin duda el camino está ahí; y la invitación no excluye a nadie.

Es todo por hoy.

Nos leemos la próxima Nornilandia