@BarbaraCabrera
(Susurrando al oído)
Esto es Nunca Jamás…
Expresión de la
película “Descubriendo Nunca Jamás”
En
un país de fantasía por más vicisitudes que se presenten y por más que se
denote un retroceso, existen aquellos que se esfuerzan en demostrar y convencer
que dicho país va mejorando, hacen creer estar en Jauja. Allí, se presentan
reformas con una producción televisiva digna del canal de las estrellas
(Televisa para quienes me leen de otro país). Se hace entender que a través de éstas,
con alguno que otro apoyo gubernamental y al desplegar la fuerza bruta para
intentar repeler a los cada vez más organizados criminales, se enderezará lo
que a través de los sexenios se ha descompuesto.
En
una nación con esas características, se atestiguan hechos tan absurdos, así
como de una exquisita ambivalencia: por una parte políticos, dirigentes
poderosos y hampones que han sido encarcelados; por otro, los que han sido
absueltos y otros tantos intocables ¿necesito decir nombres? No lo haré, toda
vez que la lista corre el riesgo de ser interminable
Pero
no todo debe girar en torno a estos personajes públicos, ni transitar alrededor
de un grupúsculo que nada o poco aportan. Es preciso analizar la sociedad que
nos rodea, el compromiso asumido o no en relación al entorno, y el papel que a
cada cual corresponde en el engranaje socio-político.
En
un país de fantasía, cuyas ilusiones se sostienen con alfileres; el destino de los
impuestos no se sabe, ni se refleja. El Poder Judicial tiene un tufo añejo como
la justicia impartida. En ese pueblo, la mayor parte de los integrantes del
Poder Legislativo se pone a los órdenes “del preciso”. El Poder Ejecutivo se
place de utilizar la mercadotecnia para engañar el prójimo –conste que no es
actitud exclusiva del sexenio en turno-. Los actores principales y secundarios
del Sistema Educativo denotan una escasa preparación y deseos por desterrar la
simulación de que la mayor parte es presa. Las víctimas de delitos son
apapachadas con una palmada en la espalda sin tener certeza de sus destinos. En
este país de fantasía se utiliza a personajes políticos del pasado para
convencer e imponer reformas estructurales. Existe un andar cuasi disipado mientras no pase algo que
aturda.
LO
BUENO: Estamos ante una época de oportunidad donde –si nos lo proponemos y
actuamos- lograremos el cambio deseado, o por lo menos dejar los cimientos para
los que nos sucedan.
LO
MALO: Esa visión reduccionista de un porcentaje de la población que todavía
cree en el gobierno paternalista cuyos beneficios les llegarán por arte de
magia.
LO
FEO: La situación que impera en este país de fantasía y algunas otras partes
del orbe.
¿Se
han preguntado si verdaderamente ejercen su papel de ciudadanos? ¿Son
generadores de cambio o de status quo?
Por
hoy es todo.
Nos
leemos la próxima Nornilandia.