Dra. Bárbara Leonor Cabrera Pantoja | Entre letras, con mi café y a un “x” de distancia me encuentran como @_BarbaraCabrera
“¿Por
quién estamos aquí? POR EL PUEBLO.
¿A
quién hay que servir primero? AL PUEBLO.
¿En
quién confiar? EN EL PUEBLO.
¿Con
quién transformar? CON EL PUEBLO.
¿Quién
nos protege? EL PUEBLO.
¿Qué
somos? PUEBLO, PUEBLO, PUEBLO”
Presidente Andrés Manuel López Obrador
¡Qué bonita se ve
la palabra pueblo plasmada en la Constitución! La encontramos a lo largo de su
articulado en 30 distintas ocasiones para hacer referencia a los pueblos
indígenas, al pueblo como tal, al poder del pueblo soberano, al pueblo
mexicano, al pueblo en la vida democrática, al pueblo delegando su poder, a la
autodeterminación de los pueblos y cuando el pueblo recobre su libertad en caso
de que alguna rebelión interrumpa la observancia del texto constitucional.
Las referencias
más significativas al pueblo son, desde mi perspectiva, las comprendidas en los
artículos 39, 40 y 41 constitucionales; donde queda sentado el poder del pueblo
al señalar que “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el
pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de
éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar
la forma de su gobierno. Además, de ser voluntad del pueblo mexicano
constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal; manifestando
que el pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión”
Al final, el
pueblo es quien manda, debido a la potestad que la propia Carta Magna le
confiere. Y el pueblo, somos todos, sin distingo, ni exclusión.
En este sentido,
es oportuno rescatar las palabras de Geneviève Bollème que en su libro El pueblo por escrito sostiene “así como
el pueblo como nación es siempre una multitud que puede quebrar, rehacer,
destruir o recomponer la nación, así también la multitud popular es siempre una
nación potencial; el propio pueblo es un movimiento que se manifiesta por la
relatividad de los juicios y de definiciones”
Y como dijo
Giovanni Sartori en su libro La
democracia en 30 lecciones “un pueblo soberano que no tiene nada que decir
de sí mismo, un pueblo sin opiniones propias, cuenta menos que el dos de copas”
Afortunadamente,
en esta época de transformación, el pueblo ha asumido un rol más activo y
protagónico en el escenario socio-político; es decir, se involucra cada vez con
más intensidad en los asuntos públicos.
Y esa
participación afirma Sartori “es tomar parte activa, voluntaria y
personalmente. Voluntariamente es un detalle importante, porque, si se obliga a
la gente a participar a la fuerza, eso es movilización desde arriba y no
participación desde abajo. Insisto: participación es ponerse en marcha por uno
mismo, no que otros te pongan en marcha ni que te movilicen desde arriba”
Al bloque
conservador le da prurito la palabra pueblo, ni que decir su significado y
poder. Están acostumbrados a no nombrarnos, prefieren el término sociedad
civil; hasta que se dan cuenta que al reconocernos puede llevar agua a su
molino, tal es el caso de Margarita Zavala quien desde su curul balbuceo lo
siguiente:
“Yo creo que es importante a lo mejor que estudiemos una iniciativa que reforme la Constitución para que la palabra pueblo no pueda ser utilizada para excluir a parte del pueblo, porque no podemos excluir constantemente a quienes no piensan como Morena, a quienes no piensan como el Presidente. Le hemos hecho un enorme daño a este país excluyendo del pueblo a quienes no pensamos como el Presidente, a quienes creemos que está mal el país, a quienes nos duele la inseguridad, a quienes nos preocupa que dos dipu.. dos candidatos de su partido, de nuestro partido, dos candidatos hayan sido asesinados en Maravatio en Michoacán. No pueden excluirnos de la palabra pueblo, le estamos haciendo un daño enorme al país. Somos el pueblo de México, todos y todas y así nos vamos a seguir defendiendo”
Ante tal improperio de declaración por parte de la diputada del PRIAN, el Presidente Andrés Manuel López Obrador expresó: “Hubo una señora, política, que planteó que desapareciera de la Constitución, o que ya no se hablara, no que desapareciera de la Constitución, sino que ya no se hablara de pueblo; pero es que nunca ha leído la Constitución porque, de acuerdo a la Constitución, en el artículo 39 se establece que el poder dimana del pueblo y se instituye para su beneficio. Entonces, ¿cómo vamos a suprimir la palabra pueblo? ¿Por qué les molesta que se hable de pueblo?” señaló el Presidente en clara referencia a la ultraderechista Margarita Zavala.
Y ya que hablamos
de personajes impresentables, recuérdese que, ante la imposición en la
presidencia de Felipe Calderón Hinojosa en 2006, Andrés Manuel enfatizó el
poder del pueblo en la Convención Nacional Democrática al afirmar: “¡Nunca más
una república simulada! ¡Nunca más la violación a los principios
constitucionales que garantizan los derechos del pueblo! convoco hoy al pueblo
de México a iniciar juntos una etapa nueva de la vida pública del país. Esta
propuesta está inspirada en lo más profundo de la historia de nuestro país y en
el pensamiento como los del presidente Benito Juárez, que en su tiempo
escribió: el pueblo que quiere ser libre
lo será. Hidalgo enseñó que el poder
de los reyes es demasiado débil cuando gobiernan contra la voluntad de los
pueblos. Así se lee en el libro ¡Gracias! de la autoría de López Obrador. (Cfr. pp. 166 a 169)
Regresando a la
diputada del PRIAN Margarita Zavala, en respuesta al Presidente Andrés Manuel, lanzó
un post en la red social X (antes Twitter) el 4 de marzo de 2024 acompañado de
una fotografía donde se le ve con sentada con una sonrisa forzada y una torta
entre las manos diciendo: “Aquí echándome una torta mientras reviso por décimo
quinta vez nuestra Constitución”
Tal parece que la
señora Zavala no logra comprender la Constitución, ya que luego de innumerables
lecturas, no ha entendido nada ¡que alguien le explique!
Para ilustrarla un
poco, sepa usted señora Margarita que la toma de decisiones en una época de
transformación como la que estamos viviendo, necesariamente debe acompañarse de
la participación ciudadana; hoy más que nunca gobernantes/representantes y el
pueblo/representados formamos un binomio indisoluble.
No se olvide, la
derecha está acostumbrada a darnos diezmo democrático. No le interesa el
pueblo; por el contrario, lo desprecian; y en ocasiones, niegan su existencia.
Cuando lo que somos es un pueblo empoderado que contamos con mecanismos
constitucionales para ejercer nuestro poder, tales como las consultas populares
y la revocación de mandato.
Creen al estilo
porfirista que somos flojos, inútiles, poco capaces de generar riqueza, malos
administradores, incapaces de elegir a nuestros representantes y gobernantes;
irresponsables, incultos e ignorantes. Creen tener la verdad absoluta y que
únicamente vale lo que ellos quieren. El grupo opositor a la Cuarta
Transformación defiende privilegios; ansía que a México le vaya mal para
regresar al poder y seguir abusando, privatizando y denostándonos.
En suma, no se
atreven a reconocernos, nos faltan al respeto y luego imploran nuestro voto,
queriendo hacerse pasar como uno más de nosotros. Deben saber que somos mucho
pueblo y no daremos un paso atrás en la transformación que estamos llevando a
cabo. Solo el pueblo puede salvar al pueblo y solo el pueblo unido y organizado
puede salvar a la Nación.
Concluyo esta
Nornilandia con lo publicado por el Presidente Andrés Manuel en su libro más
reciente ¡Gracias! donde apunta: “Cuando estamos a punto de concluir la primera
presidencia del pueblo y por empezar una nueva etapa de la transformación,
hagámoslo con el mismo entusiasmo de siempre. Sigamos avivando conciencias
adormecidas y organizando a los ciudadanos. Que no nos angustie y detenga el qué
dirán nuestros adversarios” (cfr. p.
303) Que quede claro y grábenselo integrantes del conservadurismo, tal como lo
escribió el Presidente López Obrador “no se trata de llegar al poder y que la
gente siga pensando igual, sino que la transformación sea asimilada, producida,
aplicada y defendida por el pueblo” (cfr.
p. 295) en eso consiste la revolución de las conciencias. Así que ya lo saben
integrantes de la oposición moralmente derrotada ¡somos mucho pueblo! y lo
seguiremos demostrando.
Es todo por hoy.