“Vamos bien y estoy seguro de que la gente va a votar a finales de marzo del año próximo porque continúe mi periodo constitucional hasta finales de septiembre de 2024. Si tengo suerte y termino mi mandato, creo que vamos a consumar la obra de transformación y no dejaremos ningún pendiente”
Andrés
Manuel López Obrador, Presidente de México
Durante mucho
tiempo he afirmado que el poder ciudadano es a través del cual se provocan los
cambios; no obstante, este debe encontrar un rumbo, un líder con un proyecto
sólido que conduzca ese poderío. Hoy en México tenemos ambas cosas y lo
mostramos en las urnas para llevar a la Presidencia de la República a Andrés
Manuel López Obrador y su proyecto de Nación, el cual implica un cambio de
régimen a partir de gestar la Cuarta Transformación de la vida pública de
México.
Los cambios se
han generado desde el día uno de su sexenio abriendo las puertas de “Los Pinos”
para convertirlo en un complejo cultural; ahora es la casa del pueblo y él,
como otro de los grandes de la historia: Benito Juárez, regresó la residencia
del Poder Ejecutivo a Palacio Nacional.
Esta no será una
Nornilandia donde detalle los ya de por sí innumerables logros de la Cuarta
Transformación liderada por el presidente López Obrador, en esta ocasión
hablaré de la revocación de mandato, instrumento por excelencia para dar el
bastón de mando a la ciudadanía. Porque como lo expresa recurrentemente Andrés
Manuel: “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.
De ahí la
necesaria adición de la fracción IX al artículo 35 de la Constitución Federal.
Artículo que enlista los derechos de la ciudadanía, y es precisamente en la
fracción aludida donde se hace realidad otorgar ese poder al pueblo para
participar en los procesos de revocación de mandato. La reforma se publicó el
20 de diciembre de 2019 en el Diario Oficial de la Federación, misma que no
estaría completa sin la expedición de su ley reglamentaria. Esta es la Ley
Federal de Revocación de Mandato, nueva legislación publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 14 de septiembre de 2021, consultable en el
siguiente enlace www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LFRM.pdf
De esta manera
les demostramos –una vez más- a los neoliberales que sí es posible hacer valer
el artículo 39 de la carta magna que durante el antiguo y decadente régimen
neoliberal solo constituía una mera declaración de amor constitucional, que
valía para absolutamente nada. ¡Tengan para que aprendan!
Para quien no
sepa lo plasmado en este artículo se los leo: “La soberanía nacional reside
esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y
se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el
inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. Lo más
irónico, es que dicho texto es el original, data del 5 de febrero de 1917.
Con la
regulación e instrumentación de esta herramienta estamos diciendo adiós al
autoritarismo neoliberal que por décadas mantuvo Presidentes pese al repudio
del pueblo. ¡Cómo olvidar dos escandalosos casos de esta índole! El primero, la
imposición de Felipe Calderón, el espurio que gobernó como tal; con las
manifestaciones de rechazo siguiéndolo por todos lados, a la par que reprimía
al pueblo. El segundo, el “presidente de la televisión”, Enrique Peña Nieto, a
quien recurrentemente se le exigió su renuncia.
En situaciones
como estas, la revocación de mandato nos hubiese venido de maravilla. Solo
baste ver el objeto de la recién creada Ley relativa a este mecanismo de
participación ciudadana, que es: “regular y garantizar el ejercicio del derecho político de las
ciudadanas y los ciudadanos a solicitar, participar, ser consultados y votar
respecto a la revocación del mandato de la persona que resultó electa
popularmente como titular de la Presidencia de la República, mediante sufragio
universal, libre, secreto, directo, personal e intransferible”.
Tanto miedo le tienen los rancios políticos
neoliberales al pueblo, que ya acudieron a la Suprema Corte de Justicia de la
Nación para que la declare inconstitucional. Esperemos que no ocurra. Estemos
atentos.
En este orden de
ideas, sentar las bases para la Cuarta Transformación de la vida pública de
México tiene que ver con no permitir este tipo de escenarios. En lo sucesivo –y
con las acciones dispuestas para que los sátrapas corruptos no regresen al poder-
tendríamos a nuestro alcance el proceso de revocación de mandato –el cual describe el artículo 5 de la
ley de la materia- como aquel instrumento de participación solicitado por la
ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo
de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida
de la confianza.
El colmo es
cuando quienes se dicen “demócratas” opacan y aplastan este tipo de ejercicios
de participación cívica. Y pondré dos ejemplos: a nivel federal, la minoritaria
oposición moralmente derrotada, que a los cuatro vientos vociferaba que sacaría
del poder al Presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora le huye a que se
someta a una consulta popular de revocación de mandato, tal como lo prometió
desde la campaña. Resulta lógico que los personeros del decadente
neoliberalismo le tengan terror a este tipo de mecanismos de participación
ciudadana; primero, porque saben que Andrés Manuel goza de una amplia
aceptación; y segundo, porque si ellos se sometiesen a la revocación de
mandato, sin dudarlo, la ciudadanía, votaría para botarlos.
Esto conduce al
segundo ejemplo, el cual se trata de un caso estatal. Me refiero al Estado de
Jalisco y la falsa promesa de quien hoy es inquilino de Casa Jalisco, el
emecista Enrique Alfaro Ramírez, personaje que manifestó se sometería a la
revocación del mandato. Al respecto, recuérdese uno de sus tweets, del 21 de
noviembre de 2018 a las 5:34 pm, donde como respuesta a un tuitero aseveró: “la
revocación de mandato ya existe en la legislación jalisciense (…); los
ciudadanos la solicitan ante la autoridad electoral. Yo me someteré a la mitad
del sexenio a una ratificación de mandato como ya lo hice en Guadalajara y
Tlajomulco”. En efecto, el mecanismo existe en dicha entidad federativa, pero
no es suficiente tener una “ley de avanzada” hay que llevarla a la práctica
para que no quede –como otras- plasmadas en papel y nada más. [La
Ley del Sistema de Participación Ciudadana y Popular para la Gobernanza del
Estado de Jalisco, publicada en el Periódico Oficial El Estado de Jalisco, la
pueden consultar buscándola en el
múltiple listado de la legislación vigente https://congresoweb.congresojal.gob.mx/BibliotecaVirtual/busquedasleyes/Listado.cfm#Leyes]
Ahora el señor
Alfaro rehúye el asunto, dice su mamá que siempre no. ¡Por supuesto!, pues
aunque tiene el poder de la nómina, no cuenta con la simpatía de la ciudadanía;
en diversas ocasiones ha quedado demostrado el repudio ante su peculiar,
lejano, agresivo y gatopardista modo de “gobernar”. Lo que sí hará ese
impresentable personaje que forma parte del club de “goberladrones” de la
supuesta “Alianza Federalista” es llevar a consulta el pacto fiscal,
confrontando al gobierno federal y gastando 22.5 millones de pesos. Consulta
que durará 4 fines de semana, en la que además –determinó- podrán votar hasta
menores de edad.
¡Vaya cúmulo de
incongruencias las de Alfaro Ramírez! Es tan evidente su “dislexia
gubernamental” ante las necesidades de sus resilientes gobernados.
Estemos atentos
desde nuestro poder ciudadano a todo cuanto ocurre en el escenario
socio-político. Sigamos impulsando el cambio de régimen y contribuyamos para
consolidar otras de las grandes transformaciones de México, la cual se está
llevando de manera pacífica y se llama Cuarta Transformación.
Concluyo
esta Nornilandia con palabras del Presidente Andrés Manuel López Obrador,
dichas durante la mañanera del 15 de octubre de 2021 y cito: “Primero, es una
incongruencia que quienes se dicen demócratas rechacen mecanismos de democracia
participativa en donde la gente va a tener la libertad de expresarse, de
manifestarse, además, por la vía pacífica, porque este es un proceso que aleja
los derrocamientos, los golpes de Estado, el autoritarismo y permite dirimir
nuestras diferencias con el método democrático, y escuchando al pueblo, porque
la voz del pueblo es la voz de Dios y la voz de la historia”
Es
todo por hoy.