@_BarbaraCabrera
“El
mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la
injusticia, hizo otro gesto y se acabó la guerra. El político hizo un gesto y
desapareció el mago”
Woody
Allen
Ese político al que se
refiere Woody Allen bien podría ser Enrique Peña Nieto, quien en 2012 arrebató
con imposición la magia de una ciudadanía que luchaba por un cambio; el cual
logramos conquistar el 1 de julio de 2018.
Era el 1 de diciembre de
2012, en las calles se contaban por cientos los manifestantes contra la toma de
protesta de Peña como presidente de la República. Desde muy temprano en
diversos puntos de la Ciudad de México, hubo enfrentamientos entre la fuerza
pública y quienes decidieron revelarse.
Afuera de la Cámara de
Diputados, sede de la ceremonia, a las 7 de la mañana, la policía federal lanzó
gas lacrimógeno contra un grupo de manifestantes que rompieron el cerco en los
alrededores de San Lázaro. Sin duda el gobierno tuvo y sigue teniendo miedo http://cort.as/-9sr2.
A la distancia pero cercanos,
miles de tuiteros mostraban su descontento y daban parte de los acontecimientos.
A partir de un tweet al aire o un retweet, se dieron a conocer sucesos de
diversa índole que algunos medios callaron. Ese fue el sello inicial de un
sexenio considerado como fallido. Y cada paso, cada exabrupto fue registrado
para la historia contada a través de los trending
topics que el sexenio de EPN nos dejó http://cort.as/-9-t-.
¿Y así pretendía el inquilino
de Los Pinos que le aplaudiésemos?
Quienes estamos informados,
aquellos que vivimos las vicisitudes de un país convulsionado por las malas
decisiones y omisiones gubernamentales, no aplaudimos al cinismo sexenal
auspiciado por Peña Nieto, líder del Peñismo Abstracto http://cort.as/-8bv2. Ese que ahora se lapida y da golpes
de pecho, derrochando el erario para decirnos –en una spotiza que se antoja ofensiva- que
gracias a sus reformas estructurales, deja los cimientos para que al próximo
sexenio pueda irle bien, y de esta manera le vaya bien a México. ¡Nada más
alejado de la realidad!
Demagogia y falta de respeto
a los mexicanos salen a relucir una vez más. Se presentó, por no decir se aventó
el sexto informe de gobierno (consultable aquí http://www.presidencia.gob.mx/sextoinforme/), en la Cámara de Diputados.
De nueva cuenta Enrique no fue, Peña no dejo de tener miedo debido a esa falta
de legitimidad, su fiel compañera en este sexenio que agoniza http://cort.as/-9sgq. Este tipo de proceder tiene
un adjetivo calificativo: cinismo, definido como aquella actitud de la persona
que miente con descaro y defiende o práctica de forma descarada, impúdica y
deshonesta algo que merece general desaprobación. Si encontráramos imágenes en
el diccionario, junto a esta palabra, bien podría encontrarse la fotografía de EPN.
Eso sí, de nueva cuenta en petit audiencia dio un mensaje en
Palacio Nacional, en este caso el último, donde se aplaudió a si mismo al apuntar
que dejó un país mejor al que recibió hace 6 años. Juzguen ustedes.
Evento al que lo acompañaron
la actriz en retiro Angélica Rivera alias “La Gaviota”, quien desde hace tiempo
solo se deja ver en escándalos u ocasiones especiales; así como sus retoños
–propios y ajenos- unos con caras descompuestas y otras con lágrimas de
cocodrilo, porque saben que se acabaron los abusos y privilegios que les daba
el poder. Ahí, apenas saludo al Lord Socavón, conocido en los bajos mundos como
Gerardo Ruiz Esparza; abrazó con efusividad a Rosario Robles, a quien la etiqueta
de corrupta e impune la perseguirá hasta que la justicia la alcance; además,
evitó saludar a la compungida Claudia Ruiz Massieu, sobrina de Carlos Salinas.
Así es, la desfachatez, la
desvergüenza y el descaro parecieron instituirse como misión del gobierno. Y
algunos medios de comunicación tradicionales ayudaron a darles eco, por fortuna
las redes sociales hicieron lo suyo: se erigieron en el canal idóneo para dar registro
de los acontecimientos y así como de la caótica realidad, para contrarrestar
las múltiples verdades históricas.
No señor Peña, el país que
describe y los supuestos logros que enumera no corresponden a la realidad, esa
que sabemos no conoce porque sus guaruras y aplaudidores le ayudan a no ver y a
olvidar.
¡Pugno porque no sea borrón y cuenta
nueva! ¡Que las acciones y omisiones de EPN no queden en el anecdotario de la
impunidad!
Por lo pronto, Enrique saldrá por la
puerta trasera, tal como lo hizo al iniciar el sexenio repitiendo como mantra:
ya sé que no aplauden, ya sé que no aplauden, ya sé que no aplauden... Solo que
esta vez ya no se regocijara con las porras de aquellos peñalibers http://cort.as/-9qgk que lo vitorearon a sueldo o
por conveniencia.
¡Hasta la próxima Nornilandia!