“No
existen políticos más peligrosos que aquellos que creen ser útiles a sus
gobernados y se mueven como seres inmaculados, cuando sabemos y comprobamos que
un denso manto de corrupción e impunidad, los cobija”
@BarbaraCabrera
¿Han
escuchado el adagio popular que dice: no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo
que lo resista? estoy segura que sí. Y lo traigo a colación al iniciar esta
Nornilandia debido a que en estos días el PRI dice celebrar 88 años contigo
[ese fue justamente el hashtag que se
convirtió en tendencia en Twitter, pero no por las razones que el priísmo anhelaba.
Es decir, el aplausómetro se quedó en sus recintos, y retumbo únicamente a
través de sus bots y uno que otro fanático aplaudidor.
Avenida
Insurgentes Norte #59 que alberga la sede nacional del PRI en la delegación
Cuauhtémoc de la Ciudad
de México, se vio rodeada de un fuerte dispositivo de seguridad, cortesía del
Estado Mayor Presidencial, ya que Enrique Peña Nieto arribó a la pachanga
priísta. Acá ya no existe la sana distancia entre Partido y Gobierno, ahora
existe una insalubre cruzada.
La
celebración incluyó un recinto repleto de selecta militancia priísta, entre los
que se dejaron ver y fotografiar [con selfies incluidas]: Enrique Ochoa Reza
[presidente del tricolor], Claudia Ruiz Massieu Salinas [despedida de la Secretaria de
Relaciones Exteriores y recién ungida secretaria general]; Aurelio Nuño
[Secretario de Educación Pública, al que tal vez recuerden porque le gusta
“ler”], José Antonio Meade [de la
Secretaria de Hacienda y hombre gris del peñismo abstracto],
Pedro Joaquín Coldwell, Emilio Gamboa Patrón, César Camacho y Manlio Fabio
Beltrones [dinosaurios mayores], así como gobernadores de varias entidades. ¿Y con
estos nombres y la fama que los precede dicen ser la mejor opción? ¡Por cierto!
¿Y dónde quedó Javier Duarte de Ochoa? ese que actualmente es perseguido por la
justicia y que el año anterior fue de los protagonistas en la celebración de
los 87 años del priísmo. ¿Y Tomás Yarrington? ¿Y Fidel Herrera? solo por
nombrar a uno que otro “insigne” y orgulloso priísta.
Un evento en
que EPN se sintió [una vez más] todo un rock star. Se contaron 5 minutos de
ovaciones, que incluyeron porras que se repetían como mantra, como para
convencerse a ellos mismos que el PRI es un partido fuerte, pujante, popular; una
opción viable y atractiva para el electorado. Cuando lo cierto es que llegan a
estos 88 años con respiración artificial, ya que se ubica en el tercer lugar de
las preferencias electorales [con todo y la compra de votos y propaganda que
despliegan], con una figura presidencial desgastada, reprobada y deslegitimada;
incluidos los escándalos de corrupción por todos conocidos, así como el enojo
ciudadano por la imposición de reformas estructurales de donde -aunque lo
nieguen- deriva el gasolinazo.
Aun así, a
los priístas poco les importa, ellos viven en su mundillo. Se aplauden, se
apapachan y celebran entre ellos. Y dicho sea de paso aprovecharon su evento para
entregarse reconocimientos al mérito revolucionario [lo que sea que eso
signifique en sus códigos] uno de los galardonados: Manlio Fabio Beltrones.
Saquen ustedes sus propias conclusiones.
Este tipo de intrépidos
eventos, con un ambiente de “unidad” cuidadosamente ensayado, da elementos para sumar al descrédito hacia la
clase política e instituciones va in crescendo,
lo que debe llevarnos a concluir que México necesita recobrar su dignidad,
dejar de moverse o inmovilizarse al son que lo toque por ejemplo los Estados
Unidos de Norteamérica o del puñado de políticos corruptos que lo tienen
cooptado. Y que conste, no se trata de exacerbar el nacionalismo, ni
patriotismo; sino de integrarse al concierto de naciones mostrando sus
cualidades y aportación en la era de la tecnoglobalización.
Y en un
ambiente de demagogia pura, EPN rodeado de militantes priístas dijo durante la
ceremonia de celebración de 88 años de priísmo:
“Con este
mismo sentido de responsabilidad de Estado hemos asumido el desafío de
construir una nueva relación con el gobierno de Estados Unidos”, asegurando que
su partido “antepone el supremo interés de la nación a cualquier otro interés”.
“Nos alienta a la defensa de nuestra soberanía y de nuestra dignidad como país”
y continuo perorando “Hemos actuado con diplomacia y al mismo tiempo con
firmeza, y hemos ofrecido y exigido respeto y con dialogo, dejando bien claro
qué buscamos y qué no aceptamos”
Y como joya
de una fina alquimia demagógica remato el líder del peñismo abstracto [Léase
aquí de que trata este movimiento http://bit.ly/29ozYkc]:
“México no
solo hay que defenderlo en el exterior, de hecho hay que defenderlo aquí mismo
porque hoy nuevamente hay riesgos de retroceso. Al igual que hace seis años
están resurgiendo las amenazas que representa la parálisis de la derecha o el
salto al vacío de la izquierda demagógica”
En este
sentido y ante tales discursos huecos del dinosáurico partido político, mi
mensaje para los priístas exacerbados, así como a los entusiastas de toda
índole es: Todo lo que sea fanatismo es peligroso: porque es una venda en los
ojos, son los oídos que no escuchan, la boca que no habla. No se piensa, no se
razona, no existe conciencia, no se dan cuenta. ¿Cómo logran despojarse de este
y por ende derribar las barreras del status quo? escuchen, vean y lean más todo
el tiempo. ¡No hay nada
peor que estar desinformado y creer tener la verdad absoluta! La realidad los
desmiente aunque una y otra vez intenten dibujar un país distinto y una verdad
histórica que no cuadra.
Sin duda,
entre nosotros existen muchas diferencias, hagamos que estas nos unan y no que
nos separen. Tenemos un objetivo común [exceptuando a los sátrapas y corruptos]
que la economía funcione, que el sistema funcione, que las instituciones sirvan
y no sean agencias de colocación de chambas para los “amiguis”. Que la Constitución deje de
ser reformada como si se tratase del plan sexenal en turno.
Yo
amo a México, por eso alzo la voz.
Adendum: Marzo es un mes importante para Twitter: el 12
es el día Internacional de los Tuiteros y el 21 se celebra el 11° aniversario
de esta plataforma comunicativa, que marca tendencia y trasciende más allá de
los 140 caracteres. ¡Larga vida a Twitter!
Por hoy es todo.
¡Hasta la próxima Nornilandia!